- Son ocasionadas por bacterias, parásitos, virus y ciertos alimentos
- En caso de infección, iniciar hidratación oral por medio de agua y jugos de manzana, pera, guayaba o duraznos
Las enfermedades gastrointestinales son aquellas que atacan el estómago y el intestino; en general, son ocasionadas por bacterias, parásitos, virus y ciertos alimentos, aunque algunos medicamentos también pueden provocarlas.
Para evitarlas, es recomendable no comer en la calle o en puestos ambulantes, lavarte las manos antes de comer y después de ir al baño, desinfectar frutas y verduras antes de comerlas, así como tomar agua hervida o embotellada.
La especialista médica Tatiana Van Der Heyden Pardo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Estado de México Oriente, informa que una infección de este tipo se caracteriza por tener más de 3 evacuaciones en 24 horas, o con una frecuencia mayor que la que se considera normal para la persona.
Las evacuaciones pueden ser blandas, semilíquidas o líquidas y pueden estar acompañadas por la sensación de seguir evacuando, dolor abdominal tipo cólico, náusea, vómito, poco apetito, fiebre, malestar general y debilidad y puede ser causada por bacterias (fiebre tifoidea, cólera), virus (hepatitis A, rotavirus), hongos o parásitos, la mayoría de los cuales se transmiten por agua o alimentos contaminados.
Las personas más propensas sufrir una deshidratación severa son los niños menores de 5 años y los adultos mayores.
En caso de sufrir una infección, los especialistas del IMSS México Oriente, sugieren iniciar la hidratación oral por medio de agua y jugos de manzana, pera, guayaba o duraznos.
Si se toleran adecuadamente los líquidos, es recomendable comer alimentos sin grasa no irritantes, evitar productos lácteos y sus derivados y procurar una dieta blanda.
Otra medida para evitar diversas infecciones gastrointestinales son: hervir el agua y lavar periódicamente los tinacos. La deshidratación es un cuadro clínico originado por la pérdida excesiva de agua y electrolitos.
Las características de una deshidratación son: tener mucha sed, ojos hundidos y secos, llanto sin lágrimas, sensación de boca seca. Y en casos graves decaimiento, confusión o un estado de coma.
Si una persona presenta datos de alarma de deshidratación como alteración del estado de conciencia, presión baja, intolerancia a la vía oral, es necesario acudir de inmediato al médico de la Unidad de Medicina Familiar a la que se encuentra adscrito, ya que una deshidratación sin tratamiento puede ocasionar la muerte.