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Messi y Argentina, campeones al fin; vencen a Brasil

RÍO DE JANEIRO (AP) — Lionel Messi y Argentina conjuraron el maleficio. Ahora, el astro ostenta un cetro que ni Diego Maradona ni Pelé consiguieron.

Es campeón de la Copa América.

Con un tanto de Ángel Di María en el primer tiempo y una férrea defensiva en el segundo, Argentina superó el sábado 1-0 a Brasil, en la final disputada en Maracaná, para conquistar su primer título desde que se coronó en la Copa América de 1993.

Messi era entonces un niño de 6 años. La falta de títulos con la Albiceleste para el crack que lo ha conseguido todo con el Barcelona se había convertido en un estigma durante una carrera por lo demás refulgente.

No más.

“Inexplicable la final, lo que siento”, expresó Messi. “Muchas veces me había tocado irme triste y sabía que se me iba a dar, no había mejor momento que éste, este grupo se lo merecía”.

El silbatazo final en el mítico recinto de Río de Janeiro hizo que el astro cayera de rodillas, llorando. Eufóricos, sus compañeros lo lanzaron más tarde por los aires en medio de una celebración con tintes cinematográficos.

“Lo soñé muchísimas veces, pensé en mi familia, mi mujer, mis hijos, mis viejos, mis hermanos, nos tocó sufrir, siempre nos tocó irnos de vacaciones y pasar varios días tristes”, recalcó Messi. “Todavía no somos cocientes de lo que hicimos, va a ser un partido que va a quedar en la historia no solo por ser campeones de la Copa América, sino ante Brasil y en Brasil”.

Argentina conquistó el certamen por 15ta ocasión, igualando a Uruguay como el máximo ganador. Brasil se vio impedido de su décima coronación, y fracasó por primera vez en el intento de ser campeón como local de la Copa América, tras lograrlo en 1919, 1922, 1949, 1989 y 2019.

Maradona, fallecido en noviembre, no fue parte de ninguno de los equipos argentinos que ganó el torneo. Tampoco Pelé obtuvo el cetro sudamericano con Brasil.

Rodrigo de Paul se apoderó de un balón perdido y entregó desde detrás del medio campo un estupendo y largo pase a Di María, quien se libró apenas del fuera de juego, controló y tocó por arriba ante la salida del arquero Ederson a los 22 minutos.

“No puedo llorar, no puedo caer, soñamos tanto con lograr esto, peleamos tanto, muchas gente decía que no volvamos, seguí dándome la cabeza contra la pared, hoy se rompió… Ganar a Brasil, ganarla acá. Vinimos acá, estaba dicho, teníamos que ganarla acá y se ganó”, expresó Di María.

El mediocampista del París Saint-Germain no había anotado en una final con la Albiceleste, que no había marcado goles en finales desde la Copa Confederaciones de 2005.

Argentina hilvanó su décimo partido anotando en el primer tiempo y abriendo el marcador, incluidos siete en este torneo.

El gol de Di María, aprovechando cierta displicencia del lateral Renan Lodi, destrabó una primera mitad en la que se habían presentado muy pocas oportunidades al frente. El forcejeo y el juego rudo que caracterizaron el arranque del partido quedaron reflejados en una tarjeta amarilla para Fred apenas a los 3 minutos por una dura falta sobre Marcos Acuña y en el pantaloncillo roto de Neymar, aparentemente como resultado de un tirón que le dio un rival.

Anonadada tras recibir apenas su tercer tanto en el torneo, la Canarinha fue incapaz de reaccionar en el Maracaná durante el resto de la primera parte. Un derechazo de Casemiro, que el arquero Emiliano Martínez contuvo sin problemas, fue lo único que generó.

Tite trató de romper el letargo en el descanso, al retirar a Fred por Roberto Firmino. Y a los 53, Brasil pareció conseguir el empate por medio del atacante del Everton, pero el árbitro uruguayo Esteban Ostojich invalidó por una posición adelantada.

Un minuto después, el grito de gol de Firmino quedó ahogado de nuevo. El arquero Emiliano Martínez le tapó un peligroso derechazo.

La claridad de esa aproximación contrastó con el caos que aquejó al ataque brasileño durante buena parte de un encuentro en que echó de menos a Gabriel Jesús, el delantero del Manchester City suspendido dos partidos a raíz de la patada voladora que propinó ante Chile en los cuartos de final.

Carente del brillo que lo había acompañado en cuartos de final y semifinales, Lucas Paquetá se retiró a los 76 minutos, sin que su reemplazo Gabriel Barbosa aportara más peligrosidad frente al esquema defensivo dispuesto por el estratega Lionel Scaloni.

“Hay que tener la grandeza del reconocimiento, por más doloroso que sea, por más difícil que sea”, dijo Tite al felicitar a sus contrincantes en la videoconferencia.

De inicio, el técnico argentino sorprendió con cinco modificaciones respecto de la alineación que enfrentó a Colombia en la semifinal.

Gonzalo Montiel, Cristian, Romero, Marcos Acuña, Leandro Paredes y Di María ocuparon los lugares de Nahuel Molina, Nicolás Tagliafico, Guido Rodríguez y Nicolás González

En los últimos compases, Neymar, que se ausentó por lesión en la coronación de 2019, intentó rescatar a su equipo con gambetas y pases más bien desesperados. Brasil no pudo revalidar el cetro que había conseguido en este mismo estadio ante Perú.

El encuentro fue el único del certamen que se llevó a cabo en el Maracaná y el primero en que se permitió público. La alcaldía permitió la víspera un aforo de 10%.

No hubo sin embargo venta de entradas al público en general. Concurrieron espectadores invitados y acreditados por la CONMEBOL.

Durante el partido muchos aficionados desacataron las reglas de distanciamiento social. Otros más se despojaron de las mascarillas.

Antes del encuentro, el órgano rector del fútbol sudamericano informó que había detectado varias pruebas falsas y que impediría el ingreso a las personas que las presentaron.

Entre los dignatarios presentes en el estadio se encontraba el presidente de la FIFA Gianni Infantino. Pero nadie disfrutó más que alrededor de 2.100 argentinos, residentes en Brasil, quienes figuraron entre los espectadores que ingresaron y quienes atestiguaron la primera coronación de Messi en la selección con la que debutó en 2005.

Tras el llanto sobre la cancha, Messi se incorporó y acudió hacia la zona donde estaban los hinchas argentinos, cantó con ellos. En la ceremonia de premiación, besó el trofeo, y lo alzó orgulloso.

Luego, pasó largos minutos sentado sobre el césped, mientras charlaba con su familia por teléfono.

El título inédito de selecciones para uno de los mejores futbolistas de la historia puso un cerrojo de oro a un torneo que se realizó en medio de la controversia.

La Copa América se aplazó un año por la pandemia que debió mudarse de último minuto a Brasil, luego que Argentina y Colombia quedaron descartadas como coanfitrionas.

“Había poco para hablar, estaba todo el escenario puesto frente nuestro, en su casa, en el Maracaná, una copa que debía jugarse en Argentina y la trajeron acá, y hoy se disfruta el doble”, valoró Lautaro Martínez, quien anotó tres goles en el torneo. “Jugar contra Brasil siempre es especial y Argentina demostró más cosas que ellos”.

Entrada la madrugada en Buenos Aires, miles de argentinos festejaban ante el Obelisco, el emblemático monumento iluminado de celeste y blanco

“Es una Copa América diferente y difícil, muy difícil”, comentó Scaloni. “Ganar un partido con cualquier selección se hacía complicado, pero al final lo conseguimos”.