A medida que la pandemia de coronavirus se expandía y afianzaba, una empresa de planeación de reuniones y eventos del área metropolitana de Kansas City empezó a vender etiquetas con la frase “Yo estrecho la mano” para ayudar a disipar la incomodidad en los eventos sociales.
“No queríamos que la etiqueta dijera ‘No estrecho la mano’ porque es un poco cortante”, dijo John DeLeon, vicepresidente de operaciones y ventas en MTI Events, y añadió que quien no desee estrechar la mano simplemente no se pondría la etiqueta. “Pero si alguien tenía la etiqueta en ese grupo, era una señal de que estaba bien” darle la mano.
Ahora, a medida que los trabajadores regresan a las oficinas, las reuniones de amigos y los servicios religiosos pasan de realizarse por Zoom a ser eventos en persona, esta pregunta ha estado rondando en la mente de un creciente número de personas: ¿Estrecho o no la mano de los otros?
El apretón de manos ha sido una práctica común durante siglos. Una creencia muy extendida es que se originó para demostrar que una persona estaba ofreciendo la paz y no sostenía un arma. Pero las manos pueden estar llenas de gérmenes, cubiertas de materia fecal y E. coli.
El año pasado, el doctor Anthony Fauci, el experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, advirtió: “No creo que debamos volver a estrecharnos las manos de nuevo, para ser honesto”.
En el otro lado se encuentra el doctor Amesh Adalja, un especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Johns Hopkins. Cree que se está exagerando toda la controversia. La solución, señaló, es simple: “Si estás preocupado por el COVID, la mejor forma de dar un apretón de manos es si estás completamente vacunado. Y para otras cosas que podrían estar en las manos de las personas, simplemente laven sus manos antes de tocarse la cara. Para eso existe el desinfectante de manos”.
El saludo es casi instintivo y difícil de negar. Pero los empleados que han estado trabajando en oficinas improvisadas en sus cocinas o habitaciones no lo han dado durante meses. Las reuniones, cumpleaños, fiestas de jubilación e incluso los funerales se han llevado a cabo a través de videollamadas. La pérdida de conexiones ha sido desconsoladora y la resurgencia de la variante delta del coronavirus está planteando nuevas preguntas sobre retomar algo de la vieja normalidad.
DeLeon no está seguro de que el apretón de manos vaya a regresar. Las etiquetas de su compañía nunca fueron artículos muy vendidos. Otras compañías desalentaron firmemente el apretón de manos, colocando letreros como uno que tenía la mano de un esqueleto y otra cubierta con gérmenes de COVID-19.
“El otro día jugué golf con un muchacho, a quien no conocía y con el que me llevé muy bien. Y en el hoyo 18 es tradición que alargues la mano, te quites la gorra y le des un apretón de manos a la persona con la que jugaste”, comentó. “Y nosotros simplemente nos quedamos viendo, chocamos los puños y nos fuimos”.