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Más que unos shorts

Martha Nava Argüelles
Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Desde 1983 la cadena de restaurantes Hooters se ha caracterizado por sus meseras delgadas, atractivas, con uniformes escotados y shorts ajustados, pero la cadena estadounidense parece que esta vez fue demasiado lejos y es que la marca se volvió tendencia en redes sociales cuando las “Hooters Girls” denunciaron en TikTok el escandaloso “uniforme de prueba” al que compararon con ropa interior; al parecer la marca no entendió el mensaje pues ya ha enfrentado una demanda colectiva por discriminación de género en 1997.

Si bien las reglas de apariencia del restaurante indican, entre otras cosas, que las meseras siempre deben sonreír, llevar los tenis impecablemente blancos y un uniforme un tanto revelador ya que ellas son parte del atractivo de sus bares/restaurantes de corte “familiar”, también queda claro que en pleno 2021 emplear a las mujeres como un elemento exclusivo de atracción, puede ser perjudicial, vamos Victoria’s Secret lo aprendió a la mala, y es mucho peor cuando la imagen de estas se está sexualizando al grado de que las mismas meseras, que en busca de un ingreso extra para terminar sus estudios pues en su mayoría son estudiantes, están exhibiendo a la marca aún cuando saben que pueden correr el riesgo de ser despedidas. Lo cierto aquí es que las redes sociales son una excelente herramienta para promocionar, pero en este caso las mismas meseras se dieron a la tarea de dejarlos mal parados.

Lo interesante es que este restaurante que tiene presencia en más de 29 países, incluido México, ha dejado en claro su postura en nuestro país y a explicado que no sólo no están de acuerdo con el diseño de los uniformes de prueba que se les están dando a las meseras en Estados Unidos, sino que además, al menos en México, no se usarán y, cómo es una franquicia independiente a la del país vecino, no tienen la obligación de cambiarlos.

Si algo queda en evidencia aquí es que, hoy en día, asociar la imagen de una marca con una imagen sexualizada de sus colaboradores es un terrible error, y lo que es peor aún, este se ha convertido en un negocio que, a la fecha, hemos visto como “normal”, cuando en realidad no lo es; y esta inconformidad por parte de las meseras de Hooters deja en claro que la línea era extremadamente delgada, que sin duda ésta se ha cruzado y que por lo mismo es un tema que no sólo le generará mala reputación a la marca, sino que destapa un cúmulo de malas prácticas por parte de firmas similares que han seguido este modelo de negocio -que generan experiencias basados en los cuerpos de las mujeres que ahí laboran- y, que al menos hoy, ya no son tolerables.

Al final, estas acciones van más allá del maquillaje y peinado que se les exige a las conocidas “Hooters Girls”, aquí debemos preguntarnos ¿Qué hará Hooters al respecto para rescatar y pulir su imagen? Pues si bien muchos defendieron las posturas de las meseras, hubo otros que les sugirieron renunciar si no les gustaba “algo” de su trabajo.