Considerado el antiguo alimento de los reyes totonacas, los púlacles son sin duda uno de los platillos prehispánicos más importantes para la gastronomía papantleca, que se caracteriza por la utilización de los productos locales donde predominan los vegetales, las hierbas y el maíz.
El púlacle o púlacla, es una especie de tamal de masa de maíz con manteca de cerdo, relleno de verdura cocida, misma que va guisada en una salsa de tomate con ajonjolí molido, pepita de calabaza tostada, chiles jalapeños, chile chiltepín y caldo de frijol negro.
La salsa baña el relleno de los púlacles, que se pueden realizar con diversos ingredientes, sin embargo los más tradicionales llevan solamente calabaza, chayote, cilantro, frijol y hoja santa. Además de ser una opción de la gastronomía prehispánica, es una buena opción para bajar el consumo de carnes rojas o blancas.
Aunque se prepara en diversas regiones de Veracruz e incluso Puebla, el púlacle tiene un carácter ceremonial, y suelen comerse en fiestas patronales, Semana Santa, Día de Muertos o bien, durante las ceremonias de siembra y cosecha en el campo.
Gracias al suelo fértil de la región de la Huasteca Veracruzana y a la preservación de las tradiciones culturales y gastronómicas, hoy en día aún es muy común encontrar diversos restaurantes y hogares donde los púlacles son los protagonistas cada año.
La preparación es muy sencilla, se prepara la masa con la manteca, agua y sal al gusto, se amasa hasta que quede una consistencia uniforme y se deja reposar por 10 minutos. En otro refractario se pican finamente las verduras sin cocer, junto con el cilantro, el frijol cocido y la hoja santa. Posteriormente se prepara la salsa licuando el tomate, el ajonjolí, la pepita de calabaza, el caldo de frijol y los chiles al gusto; se vierte esta salsa en las verduras y se mezcla.
Después, en una hoja de plátano se unta la masa y se rellena de forma uniforme con nuestras verduras, para finalmente sellar la masa con la hoja de plátano y envolver con la misma. Finalmente se acomodan los tamales en una vaporera y se tapan con más hojas de plátano, y se deja a fuego por 1 hora y 15 minutos.
Sin lugar a dudas este platillo es solo un ejemplo de que el estado de Veracruz posee una gran riqueza cultural y gastronómica y a través de sus recetas milenarias es como la región del Totonacapan se mantiene como una de las culturas vivas más importantes de México.