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A los catalanes nos consideran izas, rabizas y colipoterras

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Las declaraciones de estos días sobre la posible futura ley de amnistía, nos muestra que el estado español sigue ejerciendo de poder colonial, que no quiere saber lo que es una amnistía, como intento explicar en este escrito.

‘La amnistía (del griego ‘amnestia’, compuesta de la ‘a’ privativa y de ‘mnéme’, memoria; es decir: sin memoria, olvido mutuo y general de las cosas pasadas) es una causa de extinción de la responsabilidad penal. Es un acto jurídico, normalmente emanado del poder ejecutivo, por el cual una pluralidad de individuos que habían sido declarados culpables de un delito, pasan a considerarse inocentes por la desaparición de la figura delictiva.

(…) La jurisprudencia internacional ha establecido que no pueden establecerse amnistías para olvidar violaciones de los derechos humanos. Es decir, no puede haber amnistía cuando:

  • Se impide el enjuiciamiento de personas que pueden resultar penalmente responsables de crímenes de guerra, desaparición forzada, genocidio, de lesa humanidad o violaciones graves de derechos humanos, incluidos los delitos que afecten concretamente a la mujer y la violencia de género;
  • Si interfieren con el derecho de las víctimas a un recurso efectivo, incluidas la reparación;
  • Se limitan el derecho de las víctimas y las sociedades a conocer la verdad sobre las violaciones de derechos humanos y del derecho humanitario. Además, las amnistías que procuren restaurar los derechos humanos han de estar formuladas con vistas a velar por no limitar los derechos restaurados ni perpetuar en algún sentido las violaciones iniciales.

(Fuente: Wikipedia)

Mientras que el indulto es un mecanismo para perdonar la pena a personas que han sido condenadas; la amnistía olvida el delito.

Pues bien, vemos que estos días todos los poderes (político, judicial, mediático, etc.) están debatiendo si ‘cabe’ o no la posibilidad de introducir los actos de terrorismo, en una ley de amnistía.

Sobre el particular, y como ya he tratado en escritos anteriores, es preciso aclarar que ni la participación en las manifestaciones organizadas por el Tsunami democrático, ni por los CDR’s, fueron actos de terrorismo, si no, expresiones pacíficas que deben encuadrarse en la libertad de expresión.

Y que el juez Manuel García Castellón, a punto de jubilarse, quiera prestar su ‘último acto de servicio al régimen’, considerándolos como actos terroristas, al objeto de impedir que sean amnistiados diferentes independentistas, entre ellos el president Carles Puigdemont (Junts x Catalunya) y Marta Rovira (ERC), no deja de ser una estratagema amoral para atacar al principal enemigo del estado como consideran a Carles Puigdemont y, a la vez, boicotear al gobierno de Pedro Sánchez (PSOE)

Pues bien, sobre el particular, es preciso puntualizar diferentes consideraciones que me parecen importantes:

  • Sabemos que todas las manifestaciones del movimiento independentista fueron y son pacíficas.
  • Que la consideración como actos terroristas las causas mencionadas, como he señalado, es un ‘invento’ de la derecha y extrema derecha.
  • Que no entiendo que Pedro Sánchez se empecine en excluir de la amnistía los actos de terrorismo; la única explicación es que, en realidad, como sabemos, es contrario a esa ley en su conjunto, como había dicho infinidad de veces, hasta que ‘se cayó del caballo’, y vio que era preciso hacer de la ‘necesidad virtud’. Pero, como hace siempre, ‘quiere nadar y guardar la ropa’, por lo que dice una cosa y la contraria, sin despeinarse.
  • Dadas todas esas premisas, creo que los independentistas debemos comprar el ‘pulpo como animal de compañía’, es decir, debemos comprar que somos unos terroristas muy violentos. Y olvidarnos de discutir con los poderes del estado, que nunca entrarán en razones, como sabemos.
  • Así, asumiendo que somos terroristas, podemos pasar al siguiente punto: que es forzar al PSOE para que incluya el ‘terrorismo’ en la futura ley de amnistía, ya que la jurisprudencia internacional no excluye esa posibilidad.

Asimismo, en el reino español tenemos el precedente de la ley 46/1977, del 15 de octubre, de ‘Amnistía’, que señaló:

Artículo primero: I, a) Quedan amnistiados todos los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al día quinde de diciembre de mil novecientos setenta y seis.

Artículo segundo. En todo caso están comprendidos en la amnistía:

  1. Los delitos de rebelión y sedición, así como los delitos y faltas cometidas con ocasión o motivo de ellos, tipificados en el Código de Justicia Militar.
  2. La objeción de conciencia a la prestación del servicio militar, por motivos éticos o religiosos.
  3. Los delitos de denegación de auxilio a la Justicia por la negativa a revelar hechos de naturaleza política, conocidos en el ejercicio profesional.
  4. Los actos de expresión de opinión, realizados a través de prensa, imprenta o cualquier otro medio de comunicación.
  5. Los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades, funcionarios y agentes del orden público, con motivo u ocasión de la investigación y persecución de los actos incluidos en esta Ley.
  6. Los delitos cometidos por los funcionarios y agentes de orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas.

(…)

Artículo sexto:

La amnistía determinará en general la extinción de la responsabilidad criminal derivada de las penas impuestas o que se pudieran imponer con carácter principal o accesorio.

Respecto del personal militar al que se hubiere impuesto o pudiera imponérsele como consecuencia de causas pendientes, la pena accesoria de separación del servicio o pérdida de empleo, la amnistía determinará la extinción de las penas principales y el reconocimiento, en las condiciones más beneficiosas, de los derechos pasivos que les correspondan en su situación.

Considerando ‘objetivamente’ todo lo expuesto, me parece evidente que Pedro Sánchez no debería tener ninguna objeción para incluir el ‘terrorismo’ que, tergiversando la ley, es decir, prevaricando, sí que estiman el mencionado juez y toda la cúpula judicial.

Pero constatamos que no es así, pues Pedro Sánchez, de momento, se mantiene firme en su postura de no incluir los ‘actos de terrorismo’ en cuestión, mostrando, así, que, en realidad, el PSOE sigue siendo un bastión del régimen.

Y esa mentalidad refleja, a mi modo de ver, que todos los poderes del estado siguen teniendo una visión colonial, que, en el caso que nos ocupa, se manifiesta mediante unos personajes que actúan con puño de hierro, mientras que unos pocos, ‘aparentemente discordantes’, como es el caso del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), que actúa con guante de seda, como vimos en sus declaraciones de ayer, diciendo que ‘la amnistía es un acto de generosidad del estado’.

Un acto de generosidad, habitualmente, lo tienen los poderosos versus los débiles; y muestra, asimismo, que mantiene la visión colonial desde la metrópolis, que menosprecia la realidad de las colonias.

Pero no debemos engañarnos, la estrategia del policía bueno y del policía malo, es una forma de actuación típica en los interrogatorios y de las negociaciones; pero, ambos el ‘bueno y el malo’, no dejan de ser policías que defienden el sistema del que forman parte.

Por eso, el trato que nos dan a los independentistas catalanes, me ha hecho recordar la novela del premio Nobel de literatrura el 1989, Camilo José Cela Trulock (1916 – 2002), ‘Izas, rabizas y colipoterras’ (1964), basada en fotografías de prostitutas del barrio chino de Barcelona, efectuadas por Joan Colom i Altemir (1921 – 2017). El texto de Cela expresa un  juicio inmoral de desprecio de la mujer y de la comunidad LGTBI.

La expresión de ‘izas, rabizas y colipoterras’ hace referencia a un poema de las ‘Adiciones de Amberes al Cancionero General, de 1573:

‘De cuantas coimas tuve toledanas,

de Valencia, Sevilla y otras tierras

iças, rabiças y colipoterras,

hurgamanderas y putaraçanas

de quantas siestas, noches y mañanas

me venían a buscar dando de zerras

las Vargas, las Leonas y las Guerras…

las Méndez, las Correas y Gaitanas…,

me veo morir agora de penuria

en esta desleal isla maldita,

pues más a punto estoy que Sant Hilario,

tanto que no se iguala mi luxuria

ni a la de fray Alonso el Carmelita

ni aquella de fray Treze el Trinitario.’

Volviendo a Cela, en el artículo titulado ‘Las vacas gallegas’, escribió:

‘Cuando era pequeño creía que las vacas eran parientes nuestros, las vacas, los mirlos, los donosiñas, los perros y los gatos, las vacalouras, los jilgueros, las raposas, los grillos …, las gallinas, no, las gallinas podrían ser parientes de los asturianos, de los leoneses o de los portugueses, pero nuestros, no, de ninguna manera, las gallinas son estúpidas y asustadizas. Cuando era pequeño, las vacas formaban parte del paisaje, aquí una vaca, aquí una hortensia, aquí el campanario de la colegiata, aquí un camelio, los respetuosos llaman camelia al árbol, como a la flor, aquí otra vaca, aquí el tren, aquí las silveiras de la corredoira y así sucesivamente. Cuando era pequeño había más vacas que funcionarios y las cosas iban a su ser, las vacas comían la yerba de los prados, los niños bebíamos en un caldero de peltre la leche recién muída y aún templada, las criadas viejas hacían manteca y queso mientras las criadas jóvenes se daban el lote con el jardinero o con un guardia civil fuera de servicio o con el guarda del paso a nivel, y todo era más natural y a su aire; entonces nadie se metía en el terreno de nadie, pero ahora pasa al revés, ahora todo el mundo se mete en el terreno del prójimo y las cosas van de mal en peor (…)’

Esa es la mentalidad imperante, todo lo malo, como el caso de las gallinas, son de los pueblos vecinos; mostrando, así, que el estado español tiene una idea equivocada de la ‘generosidad’ (como el mencionado J.L. Rodríguez Zapatero), ya que la generosidad es una virtud, la capacidad de dar sin recibir nada a cambio; pero, en el caso que nos ocupa, es decir, la inclusión del ‘terrorismo’ en la ley de la amnistía, no se trata de generosidad, se trata de justicia.

Por todo ello, los independentistas catalanes deberíamos ser intransigentes, pues ya hemos actuado demasiados años como los ‘pagafantas’, los ‘tontos útiles’ es decir, actuando para agradar a los otros, sin atender al beneficio propio, a la espera de un improbable beneficio futuro.

Así que, si Pedro Sánchez no acaba cediendo antes del próximo día 30, está claro que Junts debería quitar el apoyo a todas les leyes que promulgue su gobierno, especialmente, los presupuestos generales. Y que ‘salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera’, atendiendo a la segunda acepción de esa expresión castellana: que a uno le da igual una cosa u otra, o que uno está determinado a llevar a cabo su plan, aunque suceda lo imposible, como que el sol salga por el oeste.