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A los independentistas catalanes nos consideran como a los mbuti (plural bambuti)

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Ayer empecé a leer ‘Les tenebres del cor’ (las tinieblas del corazón), la última obra de Albert Sánchez Piñol, pues las entrevistas previas y reseñas que había leído me ‘garantizaban’ que se trata de un excelente trabajo sobre un importante tema antropológico y social. 

Asimismo, de entrada, me ha servido para inspirar el presente escrito, y hacer un paralelismo con los independentistas catalanes, ya que en una entrevista al autor (*) le preguntaron ‘si los mbuti (pigmeos) se están acabando, y Sánchez Piñol dijo que ‘es que los están exterminando, lo que se acaba es la selva (…) pero tal como va el plan, yo diría que antes se acabarán los catalanes que los mbuti’.

(*) entrevista efectuada por Vicent Sanchis, ‘elmon’, 21/4/25)

Sánchez Piñol, de entrada, en el prólogo, aclara que este trabajo ‘es la historia de unos hombres y mujeres que vivieron esta experiencia (la de conocer al pueblo mbuti), y como les transfiguró para siempre. Algunos se enriquecieron como seres humanos, otros se obsesionaron hasta caer en la locura o sufrir una muerte increíblemente trágica. Este es, de hecho, el relato de cómo la quimera puede irrumpir en nuestras vidas y transformarnos (…)’.

Y nos explica que ‘los habitantes de la selva tropical africana, mal conocidos como ‘pigmeos’, son una de las sociedades que más fascinan a Occidente. Sería difícil encontrar un grupo humano más alejado de nuestra fisonomía y de nuestros patrones culturales. Están lejos de nosotros y de todos: en los países de África donde ha habido ‘pigmeos’, los africanos también los han visto como una gente diferente, ajena a su sociedad. Son los exóticos de los exóticos. Y algún día, Europa había de topar con ellos (…)’

Sánchez Piñol, en la entrevista mencionada, comentó el problema de que la cultura occidental se autoconsidere como normal, la norma y, así, todos los patrones culturales que se desvían de esa norma, son considerados raros, exóticos; y recordó que la ideología thatcherista impuso el concepto de que ‘la sociedad no existe, que solo existen los individuos’. Y claro, los pigmeos, los pygmaios citados por Homero, fueron considerados como los más exóticos, como los duendes. Sánchez Piñol explica los constructos sociales, señalando que igual que esas teorías inventadas sobre los pigmeos, también son inventadas las diferencias entre los hutus y los tutsis, ya que el término ‘hutu’, antes de la colonización, especificaba que era una persona pobre, sin contenido étnico. Y efectivamente, los mbuti, son muy diferentes, sus cuerpos son impactantes, tienen valores muy diferentes que los occidentales: cambian su nombre personal cuando les da la gana, viven en casas sin puertas, etc. 

Y claro, acercarse a esa cultura con nuestros patrones (basados en las películas de Tarzán, pues Edward Rice Burroughs, quería encontrar pigmeos, y al no encontrarlos, tomó un os enanos y los pintó de negro), es erróneo, y el autor comentó que, en una de sus estancias en el Congo, contrató a una mujer para que le hiciera la compra, cocinase, limpiase su casa, lavase la ropa, etc. Le pidió a la mujer, cuándo quería cobrar, y a él le pareció una miseria, y le dobló el sueldo. Y así, la fastidió, pues fue brutalmente agredida y, finalmente, asesinada por su propia familia, ya que, era inaceptable que cobrase más que su marido; eso no lo podían aceptar ni sus padres y suegros, ya que era romper el estatus quo.

También explica que Patrick Putnam, pasó 20 años conviviendo con los pigmeos, para efectuar el gran libro de esa cultura, pero no fue capaz de escribir ni una página, y, finalmente, lanzó la máquina de escribir contra la pared.

Aquí tenemos los prejuicios asumidos, como muestran los ‘conguitos’ (cacahuetes recubiertos de chocolate), en una bolsa con un dibujo de un pigmeo con lanza. ¿Y cómo voy a defender los valores occidentales? Si la última vez que fui a votar (referéndum del 1 de octubre del 2017) requisaron la urna y la pusieron en una bolsa de basura y me gritaron: ¡perro, muérete! ¿yo he de defender la democracia europea?

Pues bien, efectuada esta ‘presentación’, que me parece interesante, asimismo, para ‘explicar’ la concepción de la situación catalana, por parte del reino español, pues creo que hay muchos puntos en común, para efectuar la presente comparación, ya que:

El reino castellano y, posteriormente, el español castellanizado, nos consideran a los catalanes como miembros de una colonia exótica. Y a los independentistas catalanes, como la máxima representación de los exóticos dentro de los exóticos.

Y desde su poder, nos aplican su estructura mental, llegando al extremo de desconsiderarnos como sociedad, como pueblo; ya que, constitucionalmente, el único pueblo, es el español, como determina el título preliminar. Así, siguiendo la ideología ultraliberal de Margaret Thatcher (1925 – 2013), señalada por Sánchez Piñol, consideran que no hay una sociedad catalana, únicamente, meros individuos dentro del gran pueblo español.

Y consecuentemente, todos los poderes españoles (político, judicial, policial, militar, mediático, etc.), como los falsos antropólogos que fueron ‘visitando’ a los mbuti, y que encontraban lo que ya tenían preconcebido; aquí, con la represión, los jueces, policías, medios de comunicación, etc., tenían las acusaciones inventadas previamente y, si no, las fabulaban, para ‘confirmarlas’, y presentarnos a los independentistas, como los famosos ‘conguitos’ mencionados.

Ya que el objetivo del tribunal supremo, era (y es) capturar a los líderes independentistas, y mostrarlos en el juicio, y en la cárcel, como hicieron las culturas occidentales con los pigmeos capturados, presentándolos en los circos y zoológicos, obviando que era personas con destreza y virtudes como cazadores – recolectores. Aquí, obviaron la formación humanística, moral y ética, de nuestros líderes, que fueron expuestos como traidores. Y, claro, la pieza de caza mayor, perseguida por todos los medios, es el president Carles Puigdemont, y no cejarán hasta presentarlo esposado.

Actualmente, los mbuti viven en una reserva, en la provincia de Ituri, en la República Democrática del Congo; y así, a los catalanes, nos tienen en nuestra ‘reserva’ infrafinanciada, y alejada de las otras comunidades autónomas vecinas, ya que las vías ferroviarias y autopistas, presentan todo tipo de carencias, para dificultar el normal tránsito. Todo lo contrario de lo que sucede con Madrid, comunicada radialmente de forma óptima. Asimismo, el artículo 145.1 de su constitución, señala: ‘en ningún caso se admitirá la federación de comunidades autónomas’.

Ahora bien, discrepo de Albert Sánchez Piñol, pues a pesar de todos los problemas y dificultades (especialmente con la lengua), los catalanes no desapareceremos, y los independentistas tampoco, aunque la evolución demográfica (con la incidencia de la inmigración) nos lo ponga realmente difícil.  

Todo depende y dependerá de nosotros, de nuestra voluntad y decisión para conseguir nuestra deseada República Catalana, y dejar de ser tratados como meros ‘conguitos’.