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A través del Programa de Atención Social a la Salud, adulto mayor recupera movilidad física con rehabilitación en CSS Tejavanes

  • Pese a su enfermedad, el señor Carmelo denota ganas de seguir asistiendo a sus citas médicas y no faltar a su ejercicio.

Hace ocho años, al señor Carmelo “N” le pronosticaron eventos isquémicos, mismos que le causaban entumecimientro en la mayor parte del cuerpo; convulsiones; parálisis en la cara, y dificultad en el habla, brazos y piernas, lo cual le impedía caminar.

Actualmente, el paciente recibe tratamiento en la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 186, pero, a través del Programa de Atención Social a la Salud (PASS), ha logrado recuperar su movilidad física y su estado anímico, realizando rehabilitación en el Centro de Seguridad Social (CSS) IMSS Tejavanes.

Sin dejar de acudir a consulta con su médico familiar cada mes y sin olvidar la toma de sus medicamentos, el señor Carmelo desde hace dos años realiza una hora diaria de acondicionamiento físico en el Centro de Seguridad Social (CSS) IMSS Tejavanes.

El paciente dice que acudir al CSS le hace sentir bien. “Me cuesta trabajo, pero hago lo posible por venir. Ya me muevo, hablo y como bien. Puedo ir al baño sólo; camino sosteniéndome de algún bastón o barandal y con ayuda de mis familiares”.

Las rutinas físicas que establece el profesor, dijo, “me han hecho bien; incluso mi carácter es menos agrio. Me gusta convivir con las demás personas que vienen aquí, plático con ellas y se preocupan por mí, me motivan y eso me ayuda mucho en mi enfermedad”.

Don Carmelo fue prensista de rotativa y, pese a su enfermedad, denota fortaleza y energía de seguir cumpliendo al pie de la letra con las citas médicas y no faltar a la actividad física.

“Me gusta mucho el ejercicio; desde joven, en mi adolescencia y madurez, fui maratonista. Participé en la mayoría de los maratones de la Ciudad de México, corrí hasta cerca de 45 kilómetros sin parar en tres horas.”

Su hija, la señora Verónica “N”, quien lo compaña al CSS, señaló que “mi papá con sólo saber que le toca ir a su ejercicio su estado de ánimo cambia por completo. Al llegar todos lo saludan, le dan la palmadita, o motivan y eso lo hace sentir bien”.