La noche del sismo del pasado martes, decenas de familias vivieron momentos de pánico ante el riesgo de que el edificio que albergó a la Secretaría de Salud se desplomara y afectara a la unidad habitacional que está a espaldas del inmueble; desde septiembre de 2017 se emitió un peritaje que ordenaba demolerlo ante el peligro de colapso, pero las autoridades capitalinas –las anteriores y las actuales- no han actuado, poniendo en peligro a los vecinos
POR: VERÓNICA AYALA Y VANESSA CISNEROS
8 SEPTIEMBRE, 2021
Hace cuatro años, un peritaje determinó la urgencia de desalojar y derribar un edificio propiedad del Gobierno de la Ciudad de México que amenazaba con desplomarse, pero las autoridades no hicieron caso y en el sismo del pasado 7 de septiembre la negligencia puso en peligro a decenas de familias que vieron aterradas cómo caían trozos del inmueble.
En videos que circularon en redes sociales la noche del sismo se escuchan los gritos y llantos de pánico de los vecinos de un conjunto habitacional ubicado a espaldas del edificio en ruinas, que temían que en cualquier momento ocurriera el derrumbe.
“Solicitamos apoyo para la demolición del edificio Xocongo 225 dañado desde el sismo de 2017, las autoridades han hecho caso omiso”, escribió Flora Carbellido en su cuenta de Twitter, al compartir un video en el que se aprecia la caída de pedazos de un muro lateral del inmueble.
“(El edificio) se inclinó más y no dejó de tronar los vidrios. No entiendo por qué aún no lo derriban, es un foco rojo para los que vivimos alrededor”, compartió en redes sociales Ana Beatriz Reyes, quien reside en la Unidad Clavijero 25, ubicada a espaldas del inmueble.
“Se movió horrible el edificio y pensé que se caería”, escribió otra vecina que en sus redes se hace llamar Paola Stark.
Desde hace cuatro años María de Lourdes García vive aterrada. Las ventanas de su departamento dan hacia la parte de atrás del edificio de Xocongo 225. La noche del martes, durante el sismo, bajó del sexto piso donde vive y pudo ver desde el patio de la Unidad Clavijero 25 cómo se tambaleaba el inmueble en ruinas.
“En cualquier rato se va a caer (…) Me sentía muy impotente, lo único que hice fue orar”, relató al recordar el momento del temblor.
“Se mueve como papel”, así describe Nancy Vargas el movimiento del edificio abandonado, cada vez que tiembla.
“Estamos viviendo en peligro constantemente, o sea no sólo es el sismo, sino los vientos, la lluvia, todo afecta y desmorona el edificio”, dijo Nancy, quien durante el sismo del martes
escuchó con nerviosismo el estruendo de los vidrios de las ventanas.
Ella reside en el quinto piso de la unidad habitacional contigua al edificio en riesgo de colapso, y desde hace cuatro años vive con el temor constante de que el inmueble se caiga.
Las reporteras visitaron el lugar y constataron que, pese al riesgo de desplome, las autoridades de Protección Civil no habían cercado el edificio. En el acceso al estacionamiento del inmueble sólo había dos trabajadores que soldaban un portón que se cayó.
Desde hace 4 años ordenaron derribarlo
El mencionado edificio de siete niveles está ubicado en la colonia Tránsito, y era ocupado por la Secretaría de Salud de la Ciudad de México. Tras los sismos ocurridos en septiembre de 2017 quedó inhabitable y a punto del colapso.
El especialista en seguridad estructural Rafael Alberto Forsbach Prieto elaboró hace cuatro años un reporte en el que recomendó desalojar “de inmediato” el edificio donde trabajaban alrededor de mil 500 personas para la Secretaría de Salud local porque, ante los daños encontrados, el inmueble era de “muy alto riesgo”.
Forsbach Prieto alertó que el peligro se acentuaba porque había detectado que las varillas de las columnas, en el nodo de unión con las trabes, carecían de estribos. La colocación de esas piezas era importante para amortiguar el peso y posibles movimientos del edificio.
Para evitar fallas como las que se habían dado en el gran sismo de 1985, se establecieron desde octubre de 2004 nuevas normas para la construcción de edificios que obligan a que tanto las columnas como las trabes cuenten con estribos en los nodos.
No obstante, en el peritaje realizado en septiembre de 2017 se identificó que las autoridades capitalinas no habían cumplido con ese sistema de reforzamiento estructural.
Entre 2004 —cuando se oficializó la colocación de estribos— y el terremoto del 19 de septiembre de 2017 hubo cuatro distintas administraciones en la Ciudad de México. En todas ellas, desde la encabezada en el último tramo por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, hasta la de Miguel Ángel Mancera —ahora senador de la República— no se reforzó el edificio.
Forsbach Prieto incluyó fotografías dentro de su informe final para demostrar que el desprendimiento del recubrimiento sobre las varillas en columnas fue una evidencia de la falta de estribos. En la jerga de los ingenieros, nodo es el punto donde se conectan los ejes de los puntales, tensores y fuerzas concentradas, mientras que estribo se refiere a los refuerzos transversales de acero.
El ingeniero Jesús Valdés Aguilar, quien realizó otra revisión del inmueble en septiembre de 2017, también observó que la inexistencia de estribos dañó nodos y provocó grietas en columnas.
“(…) falló la estructura por efecto de torsión y compresión en nodos por defectos en reestructuración, losas desniveladas por deformación estructural, nodos construidos sin estribos y grietas en columnas”.
El departamento de María de Lourdes García está a espaldas del edificio en ruinas.
El edificio tiene daños estructurales desde 2012
El edificio de Xocongo 225 tuvo afectaciones desde sismos anteriores a los registrados en septiembre de 2017 y no hubo reparaciones en su estructura, de acuerdo con otros dictámenes obtenidos por solicitudes de acceso a la información.
“De varios quinquenios atrás y por tratarse de una estructura muy flexible, desde el sismo de 1985 la edificación sufrió desplazamientos de relevancia, los cuales le causaron a los elementos estructurales grietas, tales como en las columnas, trabes y muros, mismas que a la fecha no han sido atendidas debidamente”, indicó un reporte fechado el 26 de marzo de 2012 y firmado por el entonces coordinador técnico de la Secretaría de Obras, Renato Berrón Ruiz, quien actualmente se desempeña como director del Instituto para la Seguridad de las Construcciones.
Esa revisión fue hecha tras un sismo ocurrido el 20 de marzo de 2012, cuyo epicentro se registró en Oaxaca, con una magnitud de 7.4. Acompañado de personal de seguridad estructural de la Secretaría de Obras y de representantes de Protección Civil, ese mismo especialista inspeccionó en aquella ocasión el inmueble detectando grietas diagonales y horizontales, así como en los muros de la colindancias norte y sur. Además, los cubos de escaleras en el extremo poniente y oriente tenían el mismo problema.
“Se apreció que, en algunas columnas de los pisos intermedios y últimos, en el costado nororiente del edificio, tanto en columnas interiores como las ubicadas en la fachada posterior, existen grietas diagonales en las columnas, las cuales acusan los giros que el edificio ha sufrido a lo largo de su existencia, derivados de fuertes sismos”, completó Berrón Ruiz.
El funcionario recomendó en aquel entonces emprender trabajos urgentes de reforzamiento, que incluían inyectar con resina epóxica las grietas detectadas en las columnas, resanar las grietas de los muros de mampostería, logrando que el mortero expansor penetrara a todo lo ancho y realizar trabajos de rigidización (convertir en rígida una estructura deformable) para minimizar desplazamientos horizontales de entrepiso que sufre el edificio durante sismos.
Pasaron más de dos años, y ninguna de esas recomendaciones fue atendida.
El 18 de abril de 2014 ocurrió un nuevo temblor, esta vez de magnitud 7.2, con epicentro en la costa de Guerrero, y como en otras ocasiones se realizaron revisiones al edificio administrativo de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.
Lo sorprendente fue que, en este nuevo reporte, el mismo Berrón Ruiz suscribió un archivo en el cual consta que las reparaciones sugeridas desde marzo de 2012 no se habían realizado.
“Se hace énfasis en las deficiencias que presenta el edificio, las cuales se han dado a conocer en distintos documentos”, menciona el informe elaborado el 4 de agosto de 2014.
Lo desalojan, pero no lo derriban
Los sismos ocurridos en septiembre de 2017 finalmente causaron daños graves a un edificio ya vulnerable. En el sótano, el especialista Forsbach –el mismo que recomendó no ocuparlo más— observó fisuras en trabes no recientes y evidencias de que no recibió mantenimiento estructural preventivo.
En la planta baja halló desprendimientos de muros que cubren la fachada y, sobre todo, un notorio hundimiento hacia el noreste. En los tres primeros niveles se registraron desplazamientos verticales excesivos en la parte central de las losas, desprendimientos en muros divisorios y fisuras en las escaleras.
En los niveles superiores (del cuarto al sexto) el acero que sirve de refuerzo en las columnas quedó expuesto, dejando a la vista la inexistencia de estribos. Incluso, las varillas estaban pandeadas.
El especialista también reportó que esos pisos fueron reforzados de manera inadecuada, porque instalaron placas de metal de pobre espesor en las columnas. Eso —desde su perspectiva— era insuficiente para mantener la rigidez de la estructura.
“El edificio es un inmueble de muy alto riesgo, debiendo ser desocupado de manera inmediata, ya que, por la gran cantidad de daños que presenta, aunado a tener las varillas de columnas en el nodo de unión con las trabes sin estribos, lo hace aún más vulnerable a sufrir un colapso total o parcial en caso de presentarse otro sismo”, concluyó en su informe el especialista.
Han pasado cuatro años de esas recomendaciones, y las autoridades siguen sin emprender la acción urgente de derribar el edificio para evitar una tragedia.
Esta información fue publicada originalmente por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad en: https://contralacorrupcion.mx/abandona-el-gobierno-de-la-cdmx-edificio-danado-por-sismo-temen-vecinos-desplome/