Los catalanes, independentistas y unionistas (españoles dependentistas), estamos pendientes del desenlace final en la investidura del futuro president de la Generalitat; y esa será la gota que hará culminar el vaso, pero los independentistas debemos tener presente que el vaso ya estaba lleno con la penúltima gota; y la última, generalmente es una lágrima, como trato de explicar en este escrito.
Los independentistas catalanes tenemos memoria y no perdonamos el sin fin de medidas represoras aplicadas por el estado español: infrafinanciación, persecución de la lengua y de la cultura catalana, persecución de nuestros líderes, etc., y ya tenemos el vaso lleno.
Y la última gota, si, desgraciadamente, ERC nos vuelve a fallar, será una lágrima, por la pérdida definitiva de nuestras instituciones, con todo lo que comporta, a nivel sentimental, emocional, de representación, etc.
Por eso, confío que no llegue ese momento de rasgarnos las vestiduras, por nuestra mala cabeza de ir separados, por no conseguir la unidad. Sea como sea, aún estamos a tiempo de no cometer ese grave e irreparable error, pues, esa última gota de lágrimas, nos haría descontrolar, ya que, en ese momento, nos daríamos cuenta de nuestra vulnerabilidad.
Por todo ello, debemos recordar la tercera ley de Isaac Newton (1642 – 1727) que dice que ‘toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto. Es decir, que siempre que un objeto ejerza una fuerza sobre otro, este último devolverá una fuerza de igual magnitud, pero en sentido opuesto al primero’.
Pero, por experiencia, sabemos que la realidad es más cruda, ya que la reacción nunca suele ser de la misma intensidad, ni de igual magnitud y de sentido inverso.
La historia nos recuerda que la ley del péndulo, nos confirma que la tendencia cultural, política, económica, etc., tiende a ir de un extremo a otro, pues, ‘en dos péndulos con la misma longitud, pero de diferentes masas, el período de los péndulos es igual porque el período es independiente de la masa y de su naturaleza.’
Si bien, como en el caso de la tercera ley de la termodinámica mencionada, nuestra experiencia nos confirma que los péndulos nunca tienen la misma longitud, ya que la represión efectuada contra Catalunya, lleva más de tres siglos, y el franquismo / neofranquismo, más de 80 años, y sigue.
Esta semana hemos visto que, en el Reino Unido, el partido laborista venció al de los tory (conservador), tras 14 años de gobierno (o desgobierno conservador); y hoy, con altas posibilidades, veremos que, al final, en esta segunda vuelta francesa, el partido de ‘Reagrupamiento Nacional’ de extrema derecha, puede ganar las elecciones, obteniendo una mayoría en la ‘Asamblea Nacional’ respecto al ‘Nuevo Frente Popular’ (que agrupa a todas las fuerzas de ‘izquierdas’, desde ‘La Francia Insumisa’, el partido socialista, los comunista, los verdes, etc. Una unión heterogénea, artificial y forzada, que, de vencer, no podría gobernar, por la disparidad de objetivos de sus miembros.
Es evidente que todo nos muestra las debilidades de la democracia, ya que todo lo que se aleja de la exacta proporcionalidad, de un hombre un voto (aunque sea para regularizar la heterogénea distribución poblacional), es antidemocrático. Como lo es el sistema puramente mayoritario británico, o la doble vuelta francesa; fórmulas alejadas de la pura democracia, ya que, en este último caso, la ciudadanía ya votó en la primera vuelta y, con la segunda, se intenta manipular los resultados.
Por todo ello, y volviendo al origen del objeto de este escrito, es evidente que la ciudadanía, y, en concreto la independentista catalana, tenemos verdaderamente difícil, como minoría que somos, para romper y mejorar el sistema actual, que favorece a los partidos mayoritarios españoles, pues la ley d’Hont, protege el bipartidismo establecido en la transición / traición.
Por eso, no debemos esperar a tener que llorar y rasgarnos las propias vestiduras, en señal de pena y de duelo, debemos ser proactivos para evitar que el vaso de la represión, que ya está lleno, acabe rebosando, como he mencionado.
Los independentistas debemos evitar que la Generalitat sea tomada por un representante y avalador de la represión, y del 155, es decir, de la españolización de Catalunya.
Sólo así evitaremos tener que reaccionar con desmesura, de forma descontrolada.
Por eso debemos actuar, para evitar la negra eventualidad de tener que soportar a Salvador Illa, y, en paralelo, organizarnos para que nuestra reacción sea contundente, efectiva y pacífica, pues me parece evidente que, sólo mediante la independencia, nuestros líderes, en el exilio y los represaliados por el corrupto estado español, podrán volver libremente a sus casas y a ejercer sus labores sin las actuales inhabilitaciones.
Y, para ello, debemos unirnos y organizar nuestra reacción de forma racional y analítica, sin estar afectada por sentimentalismos.
En caso contrario, nos encontramos con las vestiduras rasgadas, llorando, como Boabdil el chico (*), y escuchando el reproche de la sultana Aixa, madre de Boabdil, que el 2 de enero de 1492, tras entregar las llaves de la Alhambra a los Reyes Católicos, le dijo: ‘Llora como una mujer, lo que no supiste defender como un hombre’. Esa frase, que seguramente es falsa (además de machista), expresa muy bien el sentir que tendríamos los independentistas catalanes, si no abrimos los ojos, de una puñetera vez, y nos comportamos como adultos.
(*) Abu-Abd-Al-lah Muhàmmad o Muhàmmad XII de Granada (1452 – 1528)