Alemania se sumió este lunes en una fase aún más estricta de su segundo confinamiento, con la incertidumbre sobre su duración, el temor a las consecuencias económicas y las crecientes tensiones por su aplicación entre el Gobierno central y los «Länder».
Al menos hasta final de mes los colegios permanecerán cerrados -al igual que el ocio, la cultura, la gastronomía y los comercios no esenciales- y los residentes de los distritos con mayor incidencia no pueden alejarse más de 15 kilómetros de su localidad, para atajar la propagación de la pandemia.