Una de las frases más populares de Julius Henry ‘Groucho’ Marx (1890 – 1977), es ‘nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo’; pues bien, hay momentos que no dependen de nosotros mismos, y nos encontramos como socios de un club al que detestamos, como explico a continuación.
Y ese ‘club’ es el de los pacientes oncológicos, y dentro de ese grupo, el subgrupo ‘más popular’ en los hombres de cierta edad, el de próstata, por lo que ahora empezarán una serie de pruebas para determinar el tratamiento.
Y esa mala noticia no es necesario ocultarla, tengo cáncer, y no hay que buscar otros términos para disimularlo y quitar gravedad. Inicialmente las previsiones son las que son, pero podrían ser mucho peores, así que la moral bien alta.
La palabra ‘cáncer’, etimológicamente proviene del griego ‘karkinos’, que significa cangrejo; y del sánscrito ‘karkah’, también cangrejo (con la raíz ‘kar-‘: duro, maligno); y carcicoma toma el sufijo ‘-oma’ que hace referencia al tumor, duro y maligno. Hipócrates, Galeno y Dioscórides, en sus escritos, utilizaban esos términos.
Es curiosa la referencia al cangrejo, supongo que debe ser por la realidad de marchar hacia atrás y, metafóricamente, el contar hacia atrás, teniendo una fecha de caducidad.
A mi me parece interesante considerar a las células cancerosas como ‘alien’ (del inglés, ajeno, extraño, extranjero, alienígena), pero no lo son, no son células extrañas, son células propias, rebeldes, que dejan de hacer el trabajo que tienen encomendado según su material genético, y desobedecen la última orden que es la de autodestruirse para no suponer un problema. Y así, esa célula disfuncional sigue comiendo y expulsando sustancias de desecho, reproduciéndose de manera más rápida y descontrolada, ocupando mucho espacio, consumiendo recursos y envenenando a células sanas.
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Pero como mecanismo de defensa, psicológicamente, siempre tendemos a imputar lo malo, los errores, a los otros, expulsándonos todo tipo de culpa; por eso, a mi me parece mejor considerar esas células como alienígenas, en recuerdo de la película ‘Alien’, dirigida por Ridley Scott en 1979.
Si bien la realidad es la que es; y no se sabe por qué determinadas células se rebelan.
Haciendo un salto al nivel social, la historia nos ha mostrado que ha habido y hay personas rebeldes con el sistema; y, como mecanismo de autodefensa, han sido considerados como extraños, ajenos, extranjeros; ya que, explícitamente, se considera al otro como enemigo.
Pero en todo caso, esas células o esos sujetos que se rebelan contra el orden establecido tienen sus motivos, sus causas, y sus objetivos; las células, como las personas rebeldes tienen su plan, su estrategia, y, en función de esta, realizan sus acciones.
En varias ocasiones he citado al etólogo Clinton Richard Dawkins (n. 1941), autor de obras muy populares, como ‘El gen egoísta: las bases biológicas de nuestra conducta’ (1976) y ‘El relojero ciego’ (1986), entre otras. Este autor, divulgador de la selección natural planteada por Charles Robert Darwin (1809 – 1882).
Dawkins señala que:
‘explicar es un arte difícil. Se puede explicar algo de forma que el lector comprenda las palabras, o de forma que el lector lo sienta en la médula de sus huesos’
(…)
‘nuestros cerebros parecen estar predispuestos a resistirse al darwinismo y eso proviene de nuestro gran éxito como diseñadores creativos. Nuestro mundo está dominado por proezas de ingeniería y obras de arte. Estamos acostumbrados a la idea de que la elegancia compleja indica un diseño artesanal premeditado. Esta es, probablemente, la razón más poderosa de la creencia, mantenida por la mayoría de la gente, en algún tipo de deidad sobrenatural’.
(…)
‘Aunque parezca lo contrario, el único relojero que existe en la naturaleza es la fuerza ciega de la física, aunque desplegada de manera especial. Un verdadero relojero tiene una previsión: diseña sus engranajes y muelles, y planifica las conexiones entre sí, con una finalidad en mente. La selección natural, el proceso automático, ciego e inconsciente que descubrió Darwin, y que ahora sabemos que es la explicación de la existencia y forma de todo tipo de vida con un propósito aparente, no tiene ninguna finalidad in mente. No tiene mente ni imaginación. No planifica el futuro. No tiene ninguna visión, ni previsión, ni vista. Si puede decirse que cumple una función de relojero en la naturaleza, ésta es la de relojero ciego’.
(…)
‘La selección natural es un relojero ciego; ciego porque ni ve el más allá, no planifica las consecuencias, no tiene una finalidad en mente. Aún así, los resultados vivos de la selección natural nos impresionan de forma irresistible, por su apariencia de haber sido diseñados por un maestro relojero, nos impresionan con la ilusión del diseño y la planificación’
(…)
‘El cálculo de la improbabilidad estadística de una sugerencia es la forma correcta de ir por ahí evaluando su credibilidad (…) pero debe evitarse la confusión entre la selección natural y el azar. La mutación es azar; pero la selección natural es lo contrario del azar (…) y no es verdad que cada parte sea esencial para el éxito de la totalidad’.
(…)
‘La selección natural no escoge los genes directamente, sino los efectos que los genes tienen sobre los cuerpos, denominados técnicamente efectos fenotípicos’.
(…)
‘Las moléculas de ADN son el centro de una tecnología informática espectacular. Son capaces de empaquetar una inmensa cantidad de información digital, precisa, en un espacio muy pequeño; y son capaces de conservar esta información, sorprendentemente con pocos errores, algunos, durante un largo período de tiempo, que se mide en millones de años (…) es decir, los organismos vivos existen para beneficio del ADN, en lugar de ser lo contrario (…) Los mensajes que contienen las moléculas de ADN, lo son todo excepto eternos, cuando se ven frente a una escala de tiempo de la duración de las vidas individuales (…) Cada organismo debería contemplarse como un vehículo temporal, en el que los mensajes de ADN pasan una diminuta fracción de la duración del tiempo geológico’.
(…)
‘Cuando se lea la palabra ‘error’, hay que desterrar de la mente toda asociación peyorativa. Significa la existencia de un error desde el punto de vista de la duplicación de alta fidelidad. Es posible que un error dé como resultado una mejora (…) y, ‘en última instancia, una mayor eficiencia en la autoduplicación (…) como un proceso de moldeo confirma el proceso de la liberación de la nueva copia del viejo modelo’
(…)
‘Si fuésemos biológicamente capaces de vivir un millón de años, y quisiéramos hacerlo, evaluaríamos los riesgos de una manera diferente. Deberíamos acostumbrarnos, por ejemplo, a no cruzar las carreteras, porque si uno cruza una carretera cada día durante medio millón de años, indudablemente será atropellado’.
(…)
Estos planteamientos son muy interesantes y desdramatizadores, por cuanto nos sitúan en nuestro puesto, como meros organismos transmisores de ADN, y clarifica y relativiza los errores o aparentes errores, así como la eficacia y la eficiencia.
Durante la pandemia del Covid – 19, los médicos y biólogos especialistas, nos informaron que los virus siguen ciertos patrones, así, por ejemplo, que el virus del ébola es mucho más letal, pero menos contagioso (menor riesgo de transmisión) que el virus del covid; ya que, si éste fuera tan mortal como el primero, acabaría la humanidad, y eso no ‘conviene’ a los genes, está claro. Por eso hay ese cierto ‘equilibrio’, por decirlo de alguna manera.
Ciertamente, todo es muy complejo, está claro.
Y volviendo, metafóricamente, al nivel psicosocial, vemos que, efectivamente, podemos calificar como ‘errores evolutivos’ la presencia de ciertos elementos, como Donald Trump, Elon Musk, Vladimir Putin, Binyamín Netanyahu, etc., etc., pero, evolutivamente, a nivel macrosocial, esos ‘aparentes errores’ pueden tener una finalidad, aunque sea, a la larga, la regeneración de la conciencia social y, así, producir una alternancia más consistente, con más autodefensas.
Si bien, a corto plazo, esos ‘anticuerpos sociales’ (por llamarles de alguna forma) generan todo tipo de alarmas, como oír a Trump amenazando con guerras de conquista del Canal de Panamá y de Groenlandia, para potenciar el beneficio de los EUA; y, claro, también nos escandaliza oír que quiere rebautizar el Golfo de México, denominándolo Golfo de América, prescindiendo, por lo tanto de la historia, ya que si bien el estado de México fue creado en 1821, desde 1492 a ese accidente geográfico se le denominaba ‘El Seno Mejicano’ o ‘El Seno de México’, siendo ‘seno’ una palabra que expresaba concavidad o hueco; es decir, que antes de la creación de los EUA en 1776, ya se conocía de ese modo.
Así, estamos sufriendo una metástasis de intereses de extrema derecha y de supremacismos nacionalistas (como el español), que podemos observar en muchos niveles políticos, por ejemplo, ver que el ministro de cultura español, compró, ayer, la Casa Gomis, del Prat del Llobregat, una casa modélica del racionalismo arquitectónico, situada en La Ricarda, cuyo autor fue Antoni Bonet Castellana, miembro del ‘Grup d’Arquitectes i Técnics per al Progrés de l’Arquitectura Contemporània’ (GATPAC); y eso es una nueva muestra de la metástasis del reino español, comprando elementos culturales catalanes; y, encima, con el beneplácito del represor Salvador Illa, claro. La excusa del ministro Ernest Urtasun Domènech, es que así se podrá abrir dicha casa a la sociedad; pero ¿no se podría conseguir, sin que Catalunya perdiese ese patrimonio?, ¿la Generalitat no tenía los 7,2 millones de euros para optar por esa compra, pero si que tenía muchos más millones para subvencionar la Copa América de Vela, por ejemplo?
Aunque pueda parecer que ya estoy desvariando, al iniciar este escrito con el cáncer, y acabar con toda esta miscelánea de elucubraciones, me parece que todo forma parte de un mismo proceso de evolución natural, no azarosa, pues, siguiendo con Dawkins, no hay un plan premeditado, ni esos virus sociales mencionados tienen esa capacidad visionaria, únicamente miran su beneficio a corto plazo, inmediato. Y, desgraciadamente, producen una metástasis, ya que van invadiendo el sistema con sus detritus de todo tipo.
Pero confío que se contrarreste, que provoque la respuesta de otras células que intenten eliminar a esos rebeldes que incumplen su misión y, aparentemente, no tienen freno e incumplen su orden de autodestrucción.
En ese sentido, me parece relevante destacar que si pequeños grupos, como el nuestro de Meridiana Resisteix, aumentasen y se multiplicasen, se reduplicasen, asumiendo los posibles errores, podríamos provocar una nueva metástasis, que llegase a colapsar el sistema fascista, de extrema derecha o supremacista español castellanizado. Y, claro, sacar de nuestras instituciones a los alien y sus pasajeros.