La situación política actual tanto en Catalunya, España, Europa, América, África, etc., tiene un denominador común, que es el desconcierto que genera, por eso, he dudado hasta en el título del presente escrito, por lo que, finalmente, he optado por incluir dos títulos, como explico a continuación.
Efectivamente, intentar seguir la información diaria es un ejercicio demoledor anímicamente, pues la marea de noticias sobre guerras, corrupciones, violaciones, asesinatos, etc., es tremenda, como cualquier observador puede constatar.
Y vemos que esas catástrofes no son lejanas, aunque sucedan a miles de kilómetros de nuestro hogar, como puede ser Ucrania, Gaza, Somalia, Chad, Sudán del Sur, etc., ya que, su permanencia en el tiempo, nos las han hecho casi familiares, a pesar de que vayan apareciendo y desapareciendo según las modas y otros intereses, por lo cual las tenemos asumidas ya en nuestra rutina, salvo que la aparición de noticias más sangrientas todavía, las haga reflotar.
Y vemos, asimismo, que en nuestro ‘primer mundo’, como nos gusta auto-considerarnos acríticamente, no estamos exentos de noticias sobre actuaciones faltas de ética y de moral, tanto por parte de ‘políticos’, como de ‘profesionales’ de diferentes ámbitos: periodístico, bancario, empresarial, etc., incluyendo, en ese etc., hasta al clero, como sabemos.
Afortunadamente, en todos los ámbitos hay verdaderos profesionales, sin el entrecomillado peyorativo, pero el morbo predominante los mantiene en el anonimato, cumpliéndose, así, el viejo refrán de que la noticia es cuando el niño muerde al perro, no al revés; o cuando el profesor se descubre que es un pederasta, obviando que la inmensa mayoría cumplen sus obligaciones de forma ética y moral.
Y claro, como vemos, todo es muy complejo, y nunca tenemos todas las claves de la partitura, por lo que nuestras opiniones siempre son sesgadas. Y gran parte de la culpa de ese gran embrollo la tienen los propios ‘profesionales’.
Ayer, pudimos ver un claro ejemplo de esa situación, en los telediarios y hoy en la prensa, me refiero a la rueda de prensa realizada por Juan Roig, el presidente de Mercadona, una gran cadena de supermercados que, en 2023, supuso el 2,1% del PIB español y el 3,6% del empleo del estado.
Según Roig, el balance del 2023 presentó un beneficio extraordinario de 1009 millones de euros, un 40% superior al año anterior; y un aumento muy superior, también, al incremento de la facturación, que creció un 15% (pasando de 31.000 millones a 35.527), comentando que ‘esta diferencia evidencia la capacidad de la compañía de incrementar el margen de beneficio, dado que el aumento de los beneficios fue casi tres veces superior al repunte de las ventas.
Y en respuesta a las preguntas de los periodistas sobre las quejas de los agricultores, que retraen a la distribución alimentaria la distancia entre la retribución que percibe el productor y lo que paga el consumidor en el supermercado, Roig negó cualquier responsabilidad en esta diferencia y se limitó a señalar que él quiere que el productor gane dinero, y que su negocio sea rentable. Pero que es un problema que excede sus capacidades y responsabilidades.
En el telediario de TV3, Roig comentó que alguna vez, un amigo le había consultado al respecto, y su respuesta a ese amigo fue, que bien, que cogiera su coche y fuera a los diferentes productores a comprarles directamente sus productos, a ver si así, considerando los costes y tiempo, le salía a cuenta.
Evidentemente, esta respuesta es propia de un prepotente e insensible, ya que, su cadena es la que más aprieta a los agricultores y ganaderos para obtener precios más bajos. Además, es evidente que no se plantea reducir el margen de sus beneficios, incrementando, aunque sea mínimamente, los precios de origen; ni se replantea sus donaciones (‘personales’ supongo), a organizaciones tipo FAES (el think tank de José María Aznar), la fundación ‘Mujeres por África’ (de María Teresa Fernández de la Vega, exministra con José Luís Rodríguez Zapatero)
En el ámbito político vemos infinidad de ejemplos de corrupción (o presunta corrupción, hasta que los tribunales lo determinen) ya sea por parte del PSOE (caso Koldo, o del tráfico de influencias que acusa el PP a Pedro Sánchez, para beneficiar, según Núñez Feijóo, a su esposa, María Begoña Gómez, incluso votando a favor en un consejo de ministros); o la propia corrupción del PP (caso de Alberto González, novio de Isabel Díaz Ayuso)
Y en ese ámbito político, vemos que hoy, los Comunes han tumbado los presupuestos de ERC, ya que el Parlament ha aprobado las enmiendas a la totalidad con el soporte de todos los grupos, excepto el PSC/PSOE, que apoya los presupuestos de Pere Aragonès, que se ha visto obligado a anticipar las elecciones al próximo 12 de mayo.
Y es penoso ver que el motivo aparente, sea la construcción de un macro casino (Hard Rock). Que Salvador Illa (PSC/PSOE) ponga como condición ‘sine qua non’, la construcción de ese casino, para apoyar los presupuestos; que los Comunes hayan mantenido el veto, también ‘sine qua non’ a ese casino, que tampoco gusta a ERC, pero que Pere Aragonès asume su construcción a cambio del voto de los presupuestos.
Ya comenté en diferentes ocasiones, que me parece vergonzoso hacer pivotar los presupuestos de Catalunya en la construcción de un casino privado, y que esa haya pasado a ser una ‘conditio sine qua non’ (expresión legal latina, que manifestaba que es una ‘condición sin la cual no’; es decir, que es una condición, una acción, un ingrediente necesario y esencial)
No sabemos qué hay detrás de esa exigencia de Salvador Illa (PSC/PSOE), ni del veto de Jéssica Albiach (Comunes/Sumar).
Albiach, asimismo, se ha quejado de las maniobras de Aragonès, para que Yolanda Díaz, líder de Sumar, presionase a los Comunes, y, claro, con argumentos como los que expresé yo ayer, es decir, la mentalidad sumisa de Aragonès al Madrid político.
ERC, hasta el último momento, confiaba que los Comunes fueran de farol, y que al final, cederían, cosa que no ha sucedido. Y eso no lo han entendido en la Generalitat, pues la consellera de economía y hacienda, Natàlia Mas, ha manifestado repetidamente que la situación era como la del año anterior, y finalmente, los Comunes votaron a favor de los presupuestos del 2023.
Pero hay una notable diferencia entre ambos momentos, y es que, en el año 2022, la alcaldesa de Barcelona era Ada Colau (de los Comunes) y necesitaba el apoyo de ERC, para aprobar los presupuestos de la ciudad, a cambio, después, de votar los de la Generalitat, un verdadero cambio de cromos.
Pero ahora, con Jaume Collboni (PSC/PSOE) de alcalde, y que está haciendo todo lo posible para demorar los pactos que le garanticen una mayoría estable en el ayuntamiento, y con unas ganas infinitas de marginar a Ada Colau, la situación es totalmente distinta, está claro.
Por eso, el tema clave, a mi modo de ver, en realidad no es el Hard Rock, sino el futuro cargo de Ada Colau.
Pero, como en el mencionado caso de Mercadona, Roig no fue transparente, los políticos mencionados tampoco lo son, todos utilizan subterfugios, para engañarnos a la ciudadanía, ya que los verdaderos temas los mantienen subterráneos, alejados de los profanos.
Por eso, el título del presente escrito hace referencia a dos películas: ‘Las amistades peligrosas’, dirigida en 1988 por Stephen Frears y ‘Orgullo y prejuicio’, dirigida en 2005 por Joe Wright, pues, en realidad, reflejan los principales aspectos de la convivencia, del poder.
El poeta romano Juvenal (Decimus Iunius Iuvenalis, 60 – 127 d.C.) planteó las preguntas: ¿quién vigilará a los vigilantes?, ¿quién nos protegerá de los que nos protegen?
Solón, primer magistrado y reformador de la constitución de los atenienses, recibió en su casa a un príncipe extranjero, Anacarsis, y éste le dijo a Solón: ‘eres un ingenuo, si piensas que las leyes pararán las injusticias y frenarán la codicia’; Solón contestó que ‘los hombres respetan las leyes’, y Anacarsis, finalmente concluyó que ‘las leyes son simples telarañas que atrapan a las moscas y dejan pasar a los pájaros; las leyes enredan un poco, pero el que es grande rompe la red y escapa’.
Y desgraciadamente, el príncipe escita y filósofo Anacarsis (Anacharsis, s. VII-VI a.C.) tenía más razón que el legislador y poeta Solón (630 a.C.- 550 a.C.), todo el sistema está montado para enredarnos a la ciudadanía, mientras los poderosos aumentan o mantienen su poder. Y así ha sido y será, salvo que la ciudadanía queramos imponernos y dar la vuelta a la tortilla, vigilando que no se reproduzcan los actuales sistemas.