Buscar

“Análisis sobre el fenómeno inflacionario a nivel global”.

Profuturo.

El pasado martes 9 de noviembre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que durante el mes de octubre, la inflación general de México llegó a su nivel más alto desde diciembre de 2017, presionada por el incremento en los precios de la luz, el gas LP y alimentos como la cebolla y el huevo. El dato de inflación general fue de 6.24%, un nivel por encima de lo estimado por analistas que preveían un 6.18%, y por encima de la inflación de septiembre que fue de 6%.

Para ayudar a entender este fenómeno que ha afectado a gran parte del mundo, Profuturo realizó el “Análisis sobre el fenómeno inflacionario a nivel global”, que busca brindar más información relativa a la tendencia y expectativas de inflación, y tratar de contribuir al debate sobre si estamos a un fenómeno generalizado, o es de esperarse que las presiones actuales sean de carácter temporal.

Le compartimos un resumen ejecutivo con las principales ideas de dicho análisis:

  • En Estados Unidos la inflación alcanzó niveles de 6.2% en octubre de 2021, y en la Eurozona la inflación sobrepasó el 4.1% a/a en el mismo periodo. En ambas regiones, la inflación se ubicó muy por encima del objetivo establecido por sus respectivos bancos centrales, registrando su mayor nivel desde finales de 2008.
  • Canadá y Reino Unido no fueron la excepción, con tasas de crecimiento anuales en 4.7% y 4.2%, respectivamente. La situación para algunos países emergentes, especialmente en países de la región latinoamericana como México y Brasil, no ha sido distinta, con tasas de inflación superiores al 6.0% y al 10.0%, respectivamente.
  • Al inicio de presente año, gran parte del impulso inflacionario se le atribuyó a un efecto base de comparación; sin embargo, la evolución desfavorable de ciertos factores comenzó a diluir la retórica de transitoriedad hacia una perspectiva de mayor duración.
  • Tal es el caso de la persistencia de los cuellos de botella en las cadenas de valor global, el aumento en los costos de logística y transporte de bienes, el alza en precios de materias primas y energéticos, la reconfiguración del gasto de los hogares, entre otros.
  • La economía global se paralizó por la pandemia, lo que provocó una fuerte desaceleración. Las restricciones impuestas por la emergencia sanitaria afectaron la actividad industrial, y generaron alzas en los costos de ciertos insumos. Aunque la industria a nivel global ha presentado una recuperación importante (en algunos casos por arriba de los niveles pre-pandemia) se están presentando problemas en el suministro de materias primas y otros insumos vitales para la producción manufacturera tanto de bajo como de alto valor agregado.
  • No obstante, la expectativa es que estas presiones no sean permanentes y vayan normalizándose gradualmente, aunque es importante decir que estas disrupciones han persistido por un mayor tiempo al anticipado inicialmente.
  • Las economías emergentes muestran presiones más generalizadas, como es el caso de México y Brasil, cuya dinámica de precios se ha visto desfavorecida por mayores precios de insumos industriales y productos agropecuarios.
  • El actual entorno macroeconómico sugiere un escenario con inflación volátil y expansión económica limitada. El cambio hacia una política monetaria restrictiva podría no ser la solución, sobre todo ante los problemas de oferta a nivel global y su presión sobre el nivel de precios. Sin embargo, el cambio de retórica es el preámbulo para evitar una mayor persistencia de la inflación subyacente.