Estudiantes de la UAG pusieron a prueba una herramienta en línea y aunque ahorra tiempo de traducción, es imprecisa
Alumnos de la Maestría en Traducción e Interpretación Inglés-Español, de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), pusieron a prueba los alcances de la Inteligencia Artificial en la traducción de textos.
Durante una de sus clases, los estudiantes hicieron este análisis para descubrir los alcances e impacto que tendrá la IA en el ejercicio de su profesión.
La actividad consistió en utilizar DeepL, un motor de traducción automática neural (en inglés neural machine traslation), para realizar una traducción de un texto, para luego llevarla a un proceso de pos-edición y análisis.
Entre los resultados del análisis posterior, los estudiantes comentaron que el uso de IA tiene debilidades, incluso para traducir textos sencillos.
Algunas de las deficiencias que encontraron es que a esta herramienta aún le falta fluidez y naturalidad en la redacción, es decir, hace traducciones literales, un error en común entre los traductores principiantes.
Sin embargo, coincidieron en que el uso de la IA disminuye el tiempo de traducción entre un 20 y 30 por ciento, ya que el traductor se encarga de corregir los errores y así tener un trabajo de calidad.
En conclusión, los estudiantes apuntaron que, si bien el uso de IA agiliza el proceso de traducción, es fundamental la intervención de un traductor para agregar el toque humano, experiencia y la creatividad para alcanzar una traducción de calidad