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Esta mañana hemos visitado la exposición sobre el escultor Matteo Pugliese (n. Milán, 1969), que presenta un conjunto de obras (‘Extra Moenia’) de figuras humanas (fornidas figuras masculinas) que surgen fragmentadas de la pared y, según dice el catálogo, representa figuras condenadas al movimiento continuo, con una carga de angustia existencial, pues, según el autor, se sentía incompleto, y refleja el aquí y el ahora, la esclavitud del alma en el cuerpo, como estar atrapados con la moción de escapar. La exposición también presenta un conjunto de esculturas (‘The guardians’) de unos 50 cms., de guardianes, armados, de diferentes culturas, todos obesos y con unos pies exageradamente desproporcionados, como expresión de querer estar bien asentado, firme.
Esta segunda sección de la exposición presenta, también, el siguiente poema del autor:
Los guardianes
Estoy aquí, te protejo.
Cuido tus muros y el calor de tu casa.
Quiero evitar que este mundo pase el lindar de tu casa.
Vigilo por ti, para que no te falte nunca nada necesario,
pero, sobretodo, porque no te dejes llevar nunca por lo que es negligible (insignificante).
Esto es lo que te ofrezco: una fuerza controlada
lista para ponerse en marcha.
Con decisión, pero sin arrogancia.
Con determinación, pero nunca violenta.
Impactante, pero no con ira.
Me quedaré contigo y veré como tu mundo
toma forma delante de ti.
Acabaremos en diferentes lugares, algunos de nosotros posiblemente
cruzaremos el mar y acabaremos en parajes
que ninguno podía imaginar.
Seremos un ejército disperso, unido por
la gente que nos ha escogido, que habrá sido elegida por nosotros.
Escucha nuestro silencio.
Estoy aquí, te protejo.
Esta exposición, metafóricamente, permite hacer una lectura / interpretación de nuestro estado de ánimo, el de los independentistas catalanes, atrapados, con ganas de escapar de la ‘legalidad vigente’, y protegidos por los guardianes morales y éticos.
Pero claro, esa metáfora, si bien refleja una realidad de ciudadanos momentánea y circunstancialmente dispersos, no ofrece soluciones, pues éstas debemos buscárnoslas nosotros mismos, si mantenemos el ansia de libertad, individual y socialmente.
Y eso requiere mantener el espíritu independentista, en nuestro caso, pese las presiones censoras, represoras y esclavizantes (que nos impiden poder decidir y prometer)
Así, lo realmente importante es saber lo que somos, lo que queremos ser, y no desfallecer, por más tormentas que nos amenacen, y por más frustraciones que nos invadan.
