- Un grupo de científicos e instituciones presentó una investigación que propone un enfoque innovador que combina la conservación marina con el desarrollo socioeconómico.
- El estudio se inspira en casos de éxito como el Parque Nacional Cabo Pulmo, donde la biomasa de peces aumentó un 463% en una década.
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Ciudad de México, 6 de febrero de 2025.- ¿Y si el futuro de los océanos no dependiera de lamentar lo perdido, sino de imaginar lo que aún podemos recuperar? Esta reflexión marcó un antes y un después en la carrera del ecólogo marino Octavio Aburto, quien promueve cambiar la narrativa de la conservación.
El estudio “Áreas de Prosperidad Marina: Un marco para alinear la restauración ecológica y el bienestar humano mediante protecciones basadas en áreas” publicado en la revista Frontiers in Marine Science, desarrollado por diversos investigadores y especialistas, propone un enfoque innovador que combina la conservación marina con el desarrollo socioeconómico. A diferencia de las Áreas Marinas Protegidas (AMP), las Áreas de Prosperidad Marina (MPpA, por sus siglas en inglés Marine Prosperity Areas), priorizan la prosperidad humana, reconociendo que una recuperación ecológica completa requiere tiempo y que es fundamental que esta esté alineada con los objetivos ambientales, económicos, y sociales del espacio geográfico en el cual se desarrolla.
“Recientemente visité Cabo Pulmo (Baja California Sur), un sitio en el que tres décadas atrás, había buceado en este mismo lugar y lo que vi entonces fue un desierto submarino: arrecifes desolados cubiertos de sedimentos y el silencio de un ecosistema agotado. Hoy todo es distinto, cardúmenes de peces giran como tornados, los corales están en su esplendor y los tiburones patrullan el arrecife”, afirma el profesor del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, Octavio Aburto.
El renacer de Cabo Pulmo no es fruto del azar, sino el resultado de la determinación de una pequeña comunidad que, hace más de 20 años, apostó por proteger su océano. Su decisión no sólo revivió el ecosistema marino, sino que también demostró que la conservación ambiental y el bienestar humano pueden coexistir y potenciarse mutuamente.
“El concepto de Áreas de Prosperidad Marina nos permite cerrar la brecha entre los resultados ambientales y sociales”, explica Alfredo Girón, coautor del estudio y director de la Agenda de Acción Oceánica en el Foro Económico Mundial. “Nos brinda la oportunidad de comprender que la naturaleza y las comunidades están intrínsecamente conectadas, y que cualquier plan de gestión marina debe generar beneficios para ambos”.
El estudio señala que las MPpA representan un enfoque innovador que integra la sostenibilidad ambiental con el bienestar económico y social, asegurando que los esfuerzos de conservación marina fomenten tanto la biodiversidad como la prosperidad humana. La investigación detalla el marco integral que se aleja de los modelos tradicionales de Áreas Marinas Protegidas, que a menudo fallan por la falta de participación local, gobernanza y sostenibilidad financiera.
“Este concepto ofrece una hoja de ruta para una conservación inclusiva y efectiva, donde las comunidades y la naturaleza pueden prosperar, siempre que se prioricen la inversión y la participación”, señala Catalina López, coautora del estudio y directora del Programa Marino del Golfo de California en el Instituto de las Américas.
Enfoque Holístico para la Conservación Marina
A diferencia de las AMP, que se centran principalmente en objetivos ecológicos, las MPpA están diseñadas para fomentar un ecosistema interdependiente marino-humano, donde la salud ambiental y el bienestar socioeconómico tienen la misma prioridad. El estudio afirma que este modelo se construye sobre tres principios fundamentales:
- Conservación Liderada por la Comunidad: Las MPpA enfatizan la cogestión, asegurando que las comunidades participen activamente en la toma de decisiones y se beneficien directamente de los esfuerzos de conservación.
- Gobernanza Adaptativa: Las políticas son flexibles y permiten ajustes en tiempo real basados en el monitoreo ecológico y socioeconómico.
- Diversificación Económica: En lugar de depender únicamente de la pesca o el turismo, las MPpA integran iniciativas de economía azul sostenible.
“Estas iniciativas han demostrado que la participación y el empoderamiento comunitario, el desarrollo de capacidades para el aprendizaje y el financiamiento sostenible son elementos fundamentales para la transformación hacia la sustentabilidad y el éxito a largo plazo”, menciona Alejandro Robles, coautor del estudio y presidente del consejo de NOS – Noroeste Sustentable. “Estrategias como el ecoturismo, la acuicultura sostenible y la restauración ambiental, a través de arrecifes artificiales, han permitido que las comunidades diversifiquen sus ingresos mientras protegen su entorno”.
Casos de éxito
El estudio se inspira en casos de éxito como el Parque Nacional Cabo Pulmo, donde la biomasa de peces aumentó un 463% en una década. Este parque demostró el poder de las áreas de no extracción y el liderazgo comunitario. Los pescadores que antes dependían de poblaciones agotadas se orientaron hacia el ecoturismo, generando nuevas fuentes de ingresos mientras protegían el ecosistema que los sustenta.
Otros ejemplos mencionados en la investigación son El Manglito en La Paz, Baja California Sur, y La Reforma, en la Bahía de Santa María, en Sinaloa, donde las comunidades han implementado estrategias de gestión y restauración con resultados muy positivos.
“Esta voluntad de cooperación es esencial, y estoy convencida de que, con esfuerzos organizados y dirigidos, podemos lograr el cambio sistémico necesario para proteger y sostener nuestros océanos”, concluye Rocío Abud Mirabent, coautora del estudio y Directora de Fundación Coppel y Responsabilidad Social de Grupo Coppel.
Llamado a la acción
Las MPpA representan una visión esperanzadora donde ecosistemas saludables y comunidades prósperas pueden coexistir. Este enfoque ofrece una vía para alcanzar los objetivos globales de conservación, como la meta «30×30» del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, que busca proteger el 30% de los océanos del mundo para 2030.
“Uno de los mayores desafíos es garantizar un apoyo continuo a lo largo de todas las fases del proceso”, advierte Valentina Platzgummer, coautora del estudio e investigadora del Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación. “Es crucial mantener un compromiso a largo plazo por parte de todos los actores involucrados, tanto en términos de financiamiento como de respaldo político y social”.
El estudio hace un llamado a gobiernos, organizaciones no gubernamentales y comunidades locales a adoptar las Áreas de Prosperidad Marina como una pieza clave en los esfuerzos de conservación global. Para que estos esfuerzos sean exitosos, es fundamental que exista un compromiso a largo plazo por parte de todos los actores involucrados, tanto en términos de financiamiento como de respaldo político y social