LONDRES, 23 nov (Reuters) – AstraZeneca dijo el lunes que su vacuna para el COVID-19 podría tener una eficacia de hasta un 90%, proporcionando a la lucha mundial contra la pandemia una nueva arma: más barata de fabricar, más fácil de distribuir y más rápida de masificar que la de sus rivales.
La farmacéutica británica dijo que tendrá hasta 200 millones de dosis para finales de 2020, alrededor de cuatro veces más que su competidor estadounidense Pfizer. Setecientos millones podrían estar listas en todo el mundo tan pronto como a finales del primer trimestre de 2021. “Esto significa que tenemos una vacuna para el mundo”, dijo Andrew Pollard, director del grupo de vacunas de la Universidad de Oxford, que desarrolló el fármaco. La vacuna previno en promedio el 70% de los casos de COVID-19 en las últimas etapas de los ensayos en Gran Bretaña y Brasil, pero la tasa de éxito se elevó al 90% si la vacuna se administraba en media dosis seguida de una dosis completa y al 62% si la dosis completa se administraba dos veces, como fue el caso de la mayoría de los participantes en el estudio.
No se han confirmado casos de seguridad graves relacionados con la vacuna y fue bien tolerada en ambos regímenes de dosificación, dijo la farmacéutica.
Las acciones de AstraZeneca caían cerca de un 4%, en el camino de su peor rendimiento diario en seis meses.
Inversores percibieron los datos de eficacia como decepcionantes en comparación con los rivales. Pfizer y Moderna, que informaron que sus vacunas prevenían alrededor del 95% de los casos, habían puesto el listón del éxito por las nubes.
Sin embargo, la vacuna de AstraZeneca tiene algunas ventajas sobre las ofertas de los rivales estadounidenses.
El costo para los gobiernos se calcula en sólo unos pocos dólares por inyección, una fracción del precio de Pfizer y Moderna, que usan una tecnología menos convencional. También puede ser transportada y almacenada a temperaturas normales de refrigerador, lo cual, según sus defensores, haría más fácil su distribución, especialmente en los países pobres, que la de Pfizer, que necesita ser enviada y almacenada a 70 grados Celsius bajo cero. El despliegue más rápido significa que tanto los países ricos como los pobres que habían estado elaborando planes para racionar las vacunas podrán distribuirlas más ampliamente, ayudando a detener finalmente la perturbación social y económica de una pandemia que ha matado a 1,4 millones de personas. “El grueso del programa se llevará a cabo en enero, febrero y marzo. Y esperamos que en algún momento después de Pascua las cosas puedan empezar a volver a la normalidad”, dijo Matt Hancock, secretario de Salud de Reino Unido, que ha ordenado por adelantado 100 millones de dosis para sus 67 millones de habitantes.
En los países pobres, en los que la logística de distribución de las vacunas rivales planteaba un reto mayor, el efecto de una alternativa más barata y fácil podría ser aún más pronunciado. Zahid Maleque, ministro de Salud de Bangladesh, que está comprando 30 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca fabricada en la India, calificó los hallazgos como “muy buenas noticias”.
“La gran ventaja de tener la vacuna es que puede ser almacenada, transportada y manipulada a 2-8 grados centígrados, y tenemos esa instalación de almacenamiento”, dijo.
La científico jefe de la Organización Mundial de la Salud, Soumya Swaminathan, calificó los resultados de “alentadores” y dijo que el organismo de salud esperaba con interés ver los datos.
“Acogemos con beneplácito los esfuerzos de Oxford/AZ para que la vacuna sea asequible y fácil de almacenar, lo que será bueno para los países y las personas de todo el mundo”.
“SEREMOS MUCHO MÁS FELICES”
Sin embargo, hubo críticas a los hallazgos de AstraZeneca.
Los analistas del SVB Leerink, un banco de inversiones centrado en salud, dijeron que AstraZeneca no había revelado aún suficiente información sobre los acontecimientos de seguridad que le habían obligado a suspender temporalmente un estudio en Estados Unidos.
Leerink señaló que sólo un pequeño número de personas había recibido la primera dosis más pequeña. De los 131 casos de COVID-19 en el estudio, los investigadores no dijeron cuántos habían recibido la dosis inicial más pequeña para establecer la base de su hallazgo de eficacia del 90%.
Leerink dijo que era poco probable que la vacuna fuera aprobada para su uso en Estados Unidos, porque los datos hasta el momento no coincidían con los requisitos establecidos por los organismos reguladores de ese país.
AstraZeneca dijo que planea buscar la aprobación para modificar su estudio de Estados Unidos para obtener más datos sobre la dosis inicial más pequeña.
Algunos científicos dijeron que las tres vacunas podrían resultar comparables al final.
“Creo que es una verdadera tontería empezar a tratar de separar estas tres (Pfizer/Moderna/Astra) sobre la base de fragmentos de datos de fase 3 que salen de comunicados de prensa”, dijo Danny Altmann, profesor de inmunología del Imperial College de Londres.
“Mi opinión es que para dentro de un año estaremos usando las tres vacunas con cerca de un 90% de protección y seremos mucho más felices”.
La vacuna de AstraZeneca utiliza una versión modificada del virus del resfriado común de los chimpancés para dar instrucciones a las células para que luchen contra el virus en cuestión, una estrategia diferente de la nueva tecnología conocida como ARN mensajero (ARNm) desplegada por Pfizer/BioNTech y también por Moderna.
AstraZeneca, una de las empresas británicas con mayor valor bursátil, preparará de forma inmediata la presentación reglamentaria de los datos a las autoridades de todo el mundo a fin de que tengan un marco para la aprobación provisional o anticipada.
También solicitará a la Organización Mundial de la Salud una lista de uso de emergencia para acelerar la disponibilidad en los países de bajos ingresos. Paralelamente, se está presentando el análisis completo de los resultados provisionales para su publicación en una revista revisada por pares.
Reporte adicional de Aakash Jagadeesh Babu, Alistair Smout y Ruma Paul; Editado en español por Javier López de Lérida