Autovaloración

Amadeo Palliser Cifuentes
Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Es muy complejo intentar efectuar una cierta aproximación al concepto de la ‘autovaloración’ pues, por su subjetividad, no es válido efectuar determinados análisis ni valoraciones.

Todos tenemos experiencias de nosotros mismos, derivadas de evaluaciones positivas (orgullo, pundonor, soberbia) y negativas (inferioridad, auto-desprecio, vergüenza, culpa).

Y todos hemos experimentado que, cuando muere un familiar muy próximo, vemos que la vida, y que todo sigue igual, excepto para el círculo afectivo más próximo, obviamente, que requiere un proceso de duelo, más o menos breve.

Y es más, aún en vida, una ausencia, más o menos prolongada, también pasa desapercibida; y, subiendo el listón, nuestra propia vida insignificante, también carece de relevancia, fuera de un circulo reducido.

Por el contrario, la vida de toda mala persona comporta un mal vivir en su entorno; y, por eso, su muerte, conlleva un cierto respiro y alivio. Esto lo vivimos con la muerte del dictador y asesino Franco, pero al poco vimos que se cumplía el refrán ‘los mismos perros con distintos collares’ (refrán incluido en ‘Los episodios nacionales’ y concretamente en ‘El Grande de Oriente’ (1876), de Benito Pérez Galdós, 1843 – 1920)

Efectivamente, entre estos dos polos hay gradaciones, pero me parece que abundan las buenas personas, grises y anónimas; aunque sobresalgan los mafiosos públicos.

Todas estas elucubraciones, en un momento en el que un familiar muy próximo está a punto de dejarnos, creo que también son generalizables al contexto global.

Así, los independentistas de base, nos podemos sentir, puntualmente eufóricos y después depresivos, y no es que seamos ciclotímicos, si no que somos reactivos a los hechos percibidos. Pero, en general, nos sentimos impotentes para seguir el embate iniciado el 2017.

Y esa impotencia está fomentada y abonada por los propios partidos independentistas que, ya sea por falta de iniciativas, de intereses y motivaciones, o falta de valor, prefieren la inacción, para seguir tirando y viviendo del actual statu quo.

Pero lo que sí que hemos visto en estos cinco años, es que el corrupto estado español sí que temió que tirásemos adelante, y por eso, actuaron y actúan con todas sus fuerzas: legales, alegales e ilegales; despreciando todo tipo de línea roja, ya que para ellos, salvar la unidad de su España, lo vale todo; como dijo hace años el infame Alfredo Pérez Rubalcaba (1951 – 2019), poderoso y maquiavélico personaje del PSOE, del que fue secretario general, y también vicepresidente y ministro, en repetidas ocasiones. Un personajillo malintencionado hasta el extremo de expresar que:

‘lo que quieren los independentistas es que el estado les quite a Puigdemont de en medio, y el estado lo hará, y pagará el coste (…) ahora estamos evaluando cuánto coste pagaremos, pero lo pagaremos’. Y en esa misma entrevista, elogió la ‘actuación sobresaliente del rey en la crisis catalana, creo que fue fundamental para dar a los españoles un sentido del estado, el rey explicó a los españoles que había un estado y unas reglas y dijo que había que cumplir la ley. Hizo lo que tenía que hacer y lo que algunos creíamos’.

(La Vanguardia, efe Madrid, 26 enero 2018)

Y tal fue el miedo de que nos independizáramos, que todos los partidos institucionales: PP, PSOE y sus sucedáneos menores, pactaron proteger el régimen del 78, para mantener sus privilegios. Ese era el sentido de estado que implícitamente quería mantener Felipe (uve palito) pues en cuanto a cumplir las leyes, ni su padre, ni ninguno de los partidos mencionados las han cumplido nunca, como es sabido. Pero no pasa nada, pues no son catalanes.

En las declaraciones filtradas estos días entre los ‘capos’ de interior, José Manuel Villarejo, Eugenio Pino y Agustín Linares, vimos ayer que:

‘lo único que hace miedo al estado profundo es la gente de la calle, tiene pánico a las manifestaciones en demanda de democracia, vengan de donde vengan, pero especialmente si se trata de catalanes. En España el estado está basado en estructuras con orígenes en la dictadura que no tienen ningún problema en mentir, ensuciar, reprimir, represaliar y hacer chantaje, pero se ven impotentes delante de un millón y medio de personas manifestándose en las calles de Barcelona. ¿Cómo amenazas a tanta gente? Es imposible.

Sabemos más cosas, este grupo de la cúpula policial, con un poder inmenso, hace servir toda clase de conexiones con las instituciones judiciales y con los medios de comunicación (…) La operación Catalunya es la respuesta -real y efectiva – de Madrid a las demandas de negociación de la parte catalana.

Más todavía. Todos estos jerarcas policiales y agentes de los se4rvicios de inteligencia consideraron un. peligro inaceptable que Catalunya acabase teniendo, vía negociación, un trato fiscal parecido al del País Vasco. Están convencidos que esto iría a costa de Madrid y consideran un deber patriótico mantener los actuales flujos económicos y fiscales entre Catalunya y Madrid.

Y un último detalle. Todos ellos creen que el ‘sí’ se impondría en un referéndum de autodeterminación en Catalunya, hasta que incluso alguno de ellos dice abiertamente que, si él fuese catalán, votaría independencia. Es por todo eso que tienen muy claro que a los catalanes no se les ha de dejar votar. Esto ha sido la Operación Catalunya, y hemos de decir que, en la parte esencial, ha acabado con éxito’

(Salvador Cot, El Món, 6 de marzo del 2023)

Pues bien, volviendo a la idea de la autovaloración, los independentistas deberíamos sentirnos orgullosos, pues ‘la conciencia de la propia dignidad provoca un sentimiento positivo de satisfacción y respeto hacia uno mismo’, mientras que, contrariamente, la inferioridad, ‘la percepción desfavorable de la propia imagen provoca un sentimiento negativo, acompañado de sentimientos de debilidad o impotencia’ (J.A. Marina y M. López)

Sabemos que lo que hicimos fue inmenso, gigantesco, y que el corrupto estado español se vio contra las cuerdas, y solo mediante sus actuaciones ilegales y todas sus cloacas, fue capaz de frenarnos (TEMPORALMENTE).

Por eso deberíamos salir de nuestro actual estado depresivo. Y dejar de oír los cantos de sirenas (y demás monstruos) de los partidos independentistas que nos quieren sumisos en el sofá de casa.

Vemos que, si nos movilizamos masivamente, somos y seremos imparables. Hasta los capos mafiosos lo reconocieron, y uno de ellos llegó a decir que, si fuera catalán, sería independentista.

Sabemos que pacíficamente, pero masivamente, somos imparables. Somos conscientes que ‘la unión hace la fuerza’. Y sabemos que si superamos la actual división interesada de los partidos veremos que ‘concordia res parvae crescunt’ (las cosas pequeñas florecen con la concordia)

Y todos juntos, pacíficamente, sin la participación ni ‘dirección’ de los partidos, podríamos hacer un verdadero embate, que forzaría al estado a repetir su represión, y también sabemos que la UE volvería a mirar hacia el lado oscuro, ¿pero, cuánto tiempo podría repetirse una sinrazón así? Tenemos todas las de ganar.

Si no lo queremos ver, es que ya estamos derrotados totalmente, como lo están los partidos independentistas.

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