Estos días todos los políticos, medios de comunicación, empresas, etc., efectúan sendos balances e inventarios, para reforzar su propio relato, como explico en el presente escrito.
Efectivamente, una característica común a esos balances es la de potenciar y magnificar los aspectos ‘positivos’ para el relato interesado, sin efectuar, por lo tanto, una verdadera confrontación de los activos y pasivos, que permita una objetiva visión del conjunto de la situación.
Así, sin esa verdadera balanza, en la que se ponderen los pros y contras, los resultados presentados, siempre son tendenciosos y no reflejan el verdadero funcionamiento de las gestiones efectuadas, los gastos y costes de las mismas y, por lo tanto, no es posible efectuar un análisis comparativo.
Igualmente, esos comunicados interesados tampoco son verdaderos inventarios que permitan contrastar la bondad del relato efectuado, pues, al no ser completos, ese relato no es un fiel reflejo de ese ‘re-llevar’, ‘traer de nuevo’.
Ayer tuvimos el ‘balance’ efectuado por Pere Aragonès, president de la Generalitat; y este mediodía hemos visto a Pedro Sánchez (PSOE) haciendo lo propio. Y, ambos balances no pueden ser más falsos, pues son meros cantos para endulzar su ego y engañar a las respectivas ciudadanías, ya que todo son excelencias, por lo que, según lo que dicen, Catalunya y España deben provocar la envidia de toda la galaxia, esa es la conclusión que se desprende de sus respectivos discursos grandilocuentes.
Tenemos muchos ejemplos de relatos interesados, y, aquí, me centro en un par de ellos:
Mañana, 28 de diciembre, la iglesia católica rememora la matanza (degüello) de los santos inocentes, ordenada por Herodes I el Grande (74 a.C. – 4 a.C.) (*), en los últimos años de su vida, según se explica en el evangelio de Mateo (2, 16-18) y en un par de evangelios apócrifos (el protoevangelio de Santiago y el evangelio armenio de la infancia)
(*) el fallecimiento en ese año refleja la controversia del año de nacimiento de Jesús, sobre el que hay diversas controversias, coincidiendo, únicamente, que podría haber nacido en el otoño, pero discrepando del año, debido a la diferente datación consular según los años de las magistraturas de los cónsules romanos, por lo que, según diferentes autores, Jesús habría nacido entre el año 8 a.C. y 6 a.C. (según la actual cronología)
Ese relato de Mateo trata la orden dada por Herodes I de ejecutar a los niños nacidos en Belén menores de dos años, al verse engañado por los sabios de oriente (reyes magos) que habían prometido proporcionarle el lugar exacto del nacimiento de Jesús.
El protoevangelio mencionado narra que Herodes buscaba al hijo de Zacarías (el futuro Juan el Bautista), al que Herodes suponía el potencial rey.
Ahora bien, ese trágico episodio de los inocentes no se menciona en ningún otro escrito, canónico o profano; y esto suscita serios problemas sobre el carácter histórico del incidente. (…) Flavio Josefo (Titus Flavius Josephus o Josep ben Maties, 37 – 100, d.C.), el historiador judío, no aludió a la matanza de niños en Belén, a pesar de haber documentado minuciosamente los hechos brutales cometidos por Herodes I (…) Si se tratase de un hecho histórico, la matanza no fue lo bastante notoria como para que llegara a oídos de Josefo quien, si la hubiera conocido, la habría mencionado, dado su interés por denigrar a Herodes I.
(…) En el Nuevo comentario bíblico, San Jerónimo señala que, si bien existe la posibilidad de que el relato no sea histórico, posee cierta verosimilitud y recuerda el decreto del faraón egipcio de matar a todos los primogénitos varones israelitas (Éxodo, 1, 16)
Otro ejemplo, que me parece ilustrativo, por cuanto explicaré más adelante, es la biografía del teniente coronel George Armstrong Custer (1839 – 1876), un oficial de caballería de los EUA durante la guerra civil (1861 – 1865) y en las guerras contra los indios (1622 – 1918).
Un personaje controvertido, por decirlo de forma suave, ya que, leyendo su biografía, parece que fue un arribista político, buscador de fama personal que reflejaba en su propia vestimenta, ‘héroe’ en el conflicto fratricida y, especialmente, en la guerra de conquista y exterminio de los pueblos amerindios y su localización forzosa en reservas; ya que se consideraba que ‘el único indio bueno era el indio muerto’; distinguiendo por su agresividad, imprudencia y temeridad.
(…) Después de la campaña de Hancock, Custer hubo de hacer frente a la corte marcial en Ford Leavenworth, Kansas, por haber abandonado su puesto, sin autorización, para ir a ver a su mujer. Fue suspendido de empleo y sueldo un año, pero sus poderosos padrinos, en este caso en general Philip Sheridan, lo salvaron, al reclamarlo para una nueva campaña contra los cheyenes.
(…) La batalla de Little Bighorn, o Masacre de Custer, fue un importante combate entre el Séptimo regimiento de caballería y un grupo de amerindios de etnias lakota, sioux, arapaho y cheyene, el 25 de junio de 1876.
Este combate, cerca del río Little Bighorn, en el territorio de Montana, fue un gran éxito de los amerindios, dirigidos por Toro Sentado (Thathanka Iyotake), Caballo Loco (Thathanke Witkó), Agalla, etc.) que aniquilaron a los cinco escuadrones comandados por Custer.
Custer dirigió a sus hombres hacia el campo de batalla, a una velocidad vertiginosa, marchando tanto de día como durante la noche; al vislumbrar lo que parecía el gran campamento indio, Custer tomó una decisión muy discutible y discutida, dividir sus fuerzas en tres batallones, para efectuar un ataque sorpresa sin dilación.
La gran batalla fue más rápida y menos heroica de lo que generalmente se cree, y los soldados que no huyeron, murieron. (…) Los mandos del ejército mantuvieron serias reservas sobre la gestión de Custer y su ayudante Reno, pero después de 26 días de audiencia, el veredicto unánime fue culpabilizar a los indios, obviando los errores tácticos.
Para los indios, fue una importante victoria, pero efímera, pues dos años después de la batalla, la mayoría de los indios de las llanuras habían sido acorralados, obligados a quedarse en las reservas o habían huido a Canadá.
(…) Pero la historia de Custer fue transmitida como la de un gran héroe, pasando, así, a formar parte del imaginario colectivo (…)
(fuente Wikipedia)
Como puede verse, ambos ejemplos presentan una manipulación histórica, para, tapando los propios errores, despreciar a los contrarios y, claro, todo a mayor gloria del narrador, es decir, del vencedor. Así se escribe la historia ‘oficial’ de los diferentes estados, por lo que, como mínimo, deberíamos tomarlas de forma crítica.
Y claro, del mismo modo deberíamos tomar los pseudo balances e inventarios, y los relatos que hacen todos los políticos y medios de comunicación, salvo honrosas excepciones.
He mencionado el ‘ejemplo’ de Custer ya que el reino español nos trata a los catalanes como si fuéramos indios en nuestra reserva. El grupo musical La Trinca, en el año 2007 publicó la canción ‘Com el Far-West, no hi ha res’ (Como el Far West, no hay nada), que reproduciré al final de este escrito, confiando que el lector vea los paralelismos y metáforas, utilizadas jocosamente.
Dada esa situación de balances e interpretaciones, me parece interesante reproducir el siguiente cuento del escritor británico John Fowles (1926 – 2005):
‘El príncipe y el mago
Había una vez un príncipe al que le gustaba observar y recapacitar sobre todo lo que veía. Y creía en todo, menos en las princesas, las islas y en Dios.
Su padre le había dicho que estas tres cosas no existían y él, como no había visto nunca princesas, islas, ni a Dios, creía a su padre.
Pero, un día, el príncipe decidió salir del reino. Sentía grandes deseos de conocer otros mundos. Y después de cabalgar durante bastante tiempo, llegó hasta el mar. Y, a lo lejos, vio unos pedacitos de tierra que le parecieron islas, y en ellas, se movían con elegancia unas mujeres que lucían vestidos lujosos.
Al príncipe le entró curiosidad y quiso acercarse a esa isla, y comenzó a buscar algún bote. Entonces, un hombre se le acercó y le preguntó: ¿Qué buscas?
Oh, busco un bote, porque quiero acercarme a aquel lugar – dijo, señalando a la isla-.
¿A esa isla?
¿Es una isla?, entonces … ¿existen las islas?
Claro que existen.
Vaya … ¿y quienes son esas mujeres de la isla?
Son princesas -respondió el hombre, que iba muy elegantemente vestido.
Así que existen las princesas … sólo falta que me digas qe también existe Dios.
Claro que existe, soy Yo, dijo el hombre, haciendo una gran reverencia.
El príncipe se quedó atónito, y decidió volver al castillo de su padre; al llegar, le dijo, muy enfadado: Me has mentido, me dijiste que no había islas, princesas ni Dios, y ahora sé que existen.
Su padre contestó con calma: ¿y cómo sabes que existen?
Los he visto, y también he conocido a Dios.
Y ese Dios … ¿vestía de forma elegante y llevaba las mangas recogidas?, preguntó el padre.
Si.
Pues te han engañado, hijo. Es un mago, le conozco.
¿Un mago?
El príncipe, más enfadado aún, fue a buscar al mago y le dijo: ¿Por qué me engañaste? Adora sé que eres un mago y me has hecho ver lo que tu has querido que vea … ahora sí que creo más en mi padre.
¿Tu padre? ¿ese que dice ser rey? Él también es un mago.
El príncipe no supo qué decir. Regresó a casa de su padre y le preguntó: ¿es verdad que eres un mago?
Sí, es verdad …
Me volviste a engañar ¿por qué me haces esto? Ahora mi vida no tiene sentido. Todo es mentira … ¡prefiero morir!
Entonces, el rey (mago) hizo aparecer a la muerte y ésta llamó al príncipe. Pero cuando el joven iba a ir hacia ella, le entró un escalofrío y dio marcha atrás. Recordó entonces las islas falsas pero hermosas y las princesas falsas pero bellas, y dijo: Está bien, padre, puedo aceptar que seas un mago.
Bien, hijo, contestó él, tu también comienzas a serlo.
Moraleja: qué extraña es la realidad (…) vemos lo que otros desean que veamos, y algunos (magos) son tan persuasivos que consiguen que creamos que esa, la realidad que nos muestran, es la auténtica realidad que existe (…)’
(https://tucuentofavorito.com)
Para finalizar, transcribo la mencionada canción de La Trinca:
‘Como el Far-West, no hay nada
Dicen que hay una tribu de indios
en el oeste americano
que tiene alguna retirada
con el pueblo catalán.
No hay tribu más ufana
bajo la capa del sol,
son y serán gente apache
tanto si se quiere como si no.
Ha recibido por todos lados;
pero adelante, que no ha sido nada
Por su mala estrella
es el pupas del far-west.
Pues sabemos según la historia
que esta tribu, pobrecitos,
cuando se rifan palos,
tienen todos los números.
Qué lejos está el far-west
que bonita es Oklahoma
como el far-west, no hay nada
Invasiones de toda clase
ha sufrido continuamente
pero una de las más sonadas
la ha tenido últimamente:
la del general Frank Custer
y un grupo de cabezudos,
ahora hace quince mil lunas,
más o menos unos cuarenta años.
La primera desatinada
del infame general
fue prohibir su lengua
y la danza ritual
y envió a los casacas azules
para colonizar a los nativos
y arrancar la cabellera
a los elementos subversivos.
Qué lejos está el far-west
qué bonita es Oklahoma
como el far-west no hay nada.
Pero a la muerte del general
el de los ‘sellos’ de correos
lo dejó todo bien atado
que mandan sus herederos.
para poder cambiarlo todo
pero que todo siga igual
montaron unas elecciones
para distraer al personal.
Y cuando la tribu con euforia
desenterrando el hacha
enviaba a hacer puñetas
la famosa cordura ancestral,
para parar el golpe, de momento
y presidir la reserva
del exilio llegó un ‘jefe’
que tenían en conserva.
Qué lejos está el far-west
qué bonita es Oklahoma
como el far-west no hay nada.
Y para serenar los ánimos
de este pueblo tan tozudo
se firma un tratado de paz
que le llaman estatuto.
Pero como siempre pasa en el cine
a la hora de la verdad
los tratados con rostros pálidos
siempre son papel mojado.
Y ahora se quieren tirar atrás
por qué dicen que somos un caso
que cuando se nos da un dedo
cogemos todo el brazo.
Y de tanto que nos recomiendan
prudencia y moderación
ya no estamos desencantados,
ahora estamos cagados de miedo,
pues no quieren que hagamos el ‘indio’
y amenazan cada día
que vendrá si no estamos quietos
el séptimo de caballería’
Bromas aparte, creo que todos tenemos claro que no debemos asumir, acríticamente, los mensajes y las lecturas que nos ofrecen los políticos, los medios de comunicación subvencionados, etc., pues, todos ellos, salvo honrosas excepciones, tienen sus propios intereses, generalmente inconfesables, ya que buscan el poder, su poder, la riqueza, su riqueza, etc., y mantenernos a todos en la reserva, callados y desarmados.