Con sus monumentos más emblemáticos resguardados por vallas metálicas y soldados y policías uniformados apostados en puntos estratégicos, Washington comenzó este viernes la cuenta regresiva para albergar el próximo miércoles el acto de investidura del presidente electo de EE.UU., Joe Biden, tras el asalto de la semana pasada al Capitolio.
El miedo a otro brote de violencia política ha llevado a las autoridades a blindar como nunca antes la capital de EE.UU., que es por estos días epicentro de una serie de investigaciones que buscan determinar cómo un grupo de seguidores del presidente saliente, Donald Trump, superó la seguridad del complejo del Legislativo.