Ayer, un compañero de Meridiana Resisteix, mientras pasábamos semáforos en verde, comentó la conveniencia de sustituir el nombre de España por el de Borbonia.
Ese nombre fue la denominación del libro editado por la revista Mongolia, dedicado a ‘lo mejor de Mongolia sobre la Monarquía: Borbonia, incluyendo la Contrahistoria de los Borbones’, editado en el año 2015, para celebrar el primer año del centenario de Felipe VI (el ‘preparao uve palito’)
Efectivamente, la historia ‘oficial’ española sigue el pensamiento de Napoleón Bonaparte (1769 – 1821): ‘¿Qué es la historia? Una sencilla fábula que todos hemos aceptado’; si bien yo creo que se ajustaría más a la realidad, decir que es ‘una sencilla fábula que nos han impuesto y que muchos han comprado’.
Esa falsificación histórica la podemos ver incluso en la censura de la consideración y denominación de nuestro país, pues:
‘En el diccionario de la RAE, desde la edición de 1832, se podía consultar la palabra ‘bovaje’ (del catalán bovatge), en referencia al antiguo reino catalano-aragonés, tributo pagado al rey sobre las yuntas de bueyes (ver Heraldo de Aragón, 13 de mayo del 2014). Consultando la misma palabra, en la nueva edición del 2014, leemos: ‘boalaje’, m., en la corona de Aragón, tributo pagado al rey sobre las yuntas de bueyes. La palabra bovaje ha sido sustituida por la palabra boalaje y antiguo reino catalano-aragonés, sustituido por corona de Aragón.
La RAE, como nueva inquisición, sigue con el borrado de toda referencia catalana. Que Catalunya era un reino lo dijo Cervantes mismo en la Galatea: ‘Caminando por el reino de Cataluña, a la salida de Perpiñán, dieron con él una cantidad de bandoleros, los cuales tenían por señor y cabeza a un valeroso caballero catalán, que por ciertas enemistades andaba en la compañía, como es ya antiguo uso de aquel reino…’
Otros autores también hablan del Reino de Catalunya, como, por ejemplo: Pere Serra i Postius (1726), ‘Prodigios y finezas de los santos ángeles hechas en el Principado de Cataluña: Reynos de Cataluña, Aragón. Navarra y Sardeña’. Antonio Sousa de Macedo, ‘Flores de España, Excelencias de Portugal’: ‘su hermano Don Pedro fue eleto rey de Cataluña…’.
Y también lo dice Jaume I (1208 – 1276) en el ‘Llibre del Feits’: ‘Et cum Catalonia que est nobilius et honorabilius Regnum Yspanie habens quator… E fe que deuem a Deu, pus aquels de Cathalunya, que es lo meylor Regne d’Espanya, el pus honrat, el pus noble …’
(Josep Baella Isanta, ElPuntAvui, 13 mayo 2016; www.inh.cat, Institut Nova Història)
‘¿Por qué se denomina Corona de Aragón a los dominios del Principat de Catalunya?
La respuesta más razonable es que, entre los siglos XVII y XVIII la monarquía manipula el origen del poder simbólico del Principat, entorno del cuál giraban los otros reinos, y lo hace ligar al Reino de Aragón’
‘Se entiende por reyes de Aragón, de forma usualmente aceptada, los reyes de la Corona de Aragón, que no eran, si no, los reyes de Catalunya a partir de Alfons I de Catalunya i II de Aragón.
Estrictamente, el rey de Aragón solo era rey del reino de Aragón y no de Catalunya, Valencia, Mallorca, Sardenya, Nàpols y Sicília, y, después, de Navarra, porque Aragón era un territorio todavía más pequeño que las actuales provincias de Zaragoza (o Çaragoça), Huesca y Teruel. Por eso se da el caso de la numeración diversa: cuando, por ejemplo, se habla d’Alfons I de Aragón, no se habla nunca de Catalunya, por que este rey sólo gobernó el antiguo Reino de Aragón. Pero, Alfons I de Catalunya, ya reinó sobre Aragón, por lo que en Aragón se le bautiza como Alfons II. Y con los Peres pasa lo mismo. Pere III, llamado también Pere Terç, es Pere IV en Aragón, pero no en Catalunya, donde Pere IV es Pere el Conestable.
Si, como nos quieren hacer creer infantilmente, Catalunya no hubiese sido nunca un reino, sino un simple condado de Aragón, como explican los aragoneses y los españoles en general, aunque tengan apellido catalán, los monarcas catalanes se habrían de haber numerado igual que los reyes de Aragón.
Como que eso no fue así, si no que se numeraron siguiendo la ordinalidad catalana, en tanto que reyes de Catalunya, es preciso inferir que Catalunya era un reino diferente del de Aragón (como muestra la documentación explícita, sin tapujos) y que Aragón había de ser, como de hecho era, un territorio incorporado al conde de Barcelona primero, y después, al rey de Catalunya. Y por esa simple razón el monarca hablaba catalán y vivía en Barcelona. Y por esta razón, las barras o palos de sus armas fueron asumidas por Aragón, que entonces tenía unas señales heráldicas bien diferentes. Si el conde de Barcelona y sus condados hubiesen sido un apéndice de Aragón, ahora Catalunya tendría las antiguas armas aragonesas, que no era, precisamente, los cuatro palos’
(Jordi Bilbeny, www.inh.cat)
‘Es un hecho constatado y no suficientemente reconocido, que el archivo de referencia de la historia de la Corona de Aragón es el Arxiu Reial de Barcelona, el cual, en el siglo XVIII pasó a denominarse Archivo de la Corona de Aragón, por una decisión de la monarquía. Por su parte, el Archivo de Simancas, el archivo de referencia de la monarquía castellana se creó en el siglo XVI’
Y es vergonzoso que desde el 2017, el impresentable Javier Lambán, presidente de la Comunidad de Aragón, reivindique la titularidad de ese archivo, y pretenda obtenerlo por la fuerza de las togas y de la guardia civil, como hicieron durante la aplicación del 155, con las obras de arte de Sixena, del museo de Lleida.
Efectivamente, el expolio por parte de Borbonia, ya nos viene de siglos, un expolio no sólo respecto a la economía y a la fiscalidad, si no, también, a la simbología, a la identidad, como hemos visto con estas referencias.
Por ello, en diversos momentos, los políticos catalanistas efectuaron diferentes memoriales de ‘greuges’ (agravios), que, obviamente, el estado español ignoró.
(En el escrito de mañana me referiré a esos memoriales, pues me servirá para contrastarlos con la situación actual, en la que, tanto el gobierno como los partidos independentistas, se han rendido a Borbonia. Por eso no es de extrañar que corra por las redes sociales un memorial crítico con ellos, que también comentaré mañana)
Y vemos, también, que el poder distorsionador del reino español sigue funcionando, sin el menor pudor ni ética, como se refleja, en los siguientes ejemplos de hoy:
- ‘Pedro Sánchez: No hay un problema en ‘rodalies’ (trenes de cercanías de Barcelona), pues estos años se ha invertido más que nunca’,
- Las presiones efectuadas en Bruselas, para ‘suavizar’ y ‘descafeinar’ el informe contra el Catalangate (el espionaje a los independentistas catalanes mediante la aplicación del Pegasus), pues, al final, ha quedado reducido a unas simples recomendaciones, pero reconociendo que ‘la justicia española es independiente y garantista’. Me gustaría saber cuantos contratos y cuantas prebendas ha ofrecido Pedro Sánchez, pues, como sabemos, la UE no deja de ser un club de mercaderes, de mercenarios mafiosos, que únicamente se rigen por el beneficio y por la defensa entre ellos, sus iguales.
En definitiva, que o nos independizamos o nos independizamos, no hay otra.