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Brasil llora a un Pelé que llenó de orgullo a todo el país

RÍO DE JANEIRO (AP) — Por un camino de tierra en las montañas de Minas Gerais —el estado natal de Pelé—, Jorge Tavares se enteró del fallecimiento del astro del fútbol en un noticiario a las 4 de la mañana.

De niño, Tavares y sus primos escuchaban en la radio los partidos de Pelé en una Copa del Mundo. Las actuaciones deslumbrantes del jugador los animaron a jugar un deporte que nunca habían visto, al principio con una pelota hecha de calcetines y correas.

“Deja un legado: fue una persona de color que se coronó rey del fútbol y también llevó mucha paz al exterior de Brasil”, comentó Tavares, hoy de 67 años, conductor de una camioneta de transporte escolar, afuera de su casa. “Representó a Brasil ante todos en el exterior”.

Con el deceso de Pelé, los brasileños han perdido un pedazo de su corazón.

En la playa de Ipanema, en Río de Janeiro, Paulo Vinicius estaba jugando fútbol con su sobrino de 9 años cuando escuchó la noticia.

“Pelé representa lo mejor de Brasil: su gente, su clase trabajadora”, afirmó Vinicius, de 38 años, un instructor de educación física. “Pelé le dio sentido de identidad al pueblo brasileño”.

Roseli Augusto, de 55 años, se encontraba en su pequeño bar en las montañas de Minas Gerais cuando se enteró del suceso.

“Pelé es un ídolo, el mejor jugador del mundo”, dijo Augusto. Recuerda cuando su padre se iba en autobús a la la ciudad de Santos para ver jugar a Pelé. “Él inspiró a muchos niños, a muchos jugadores. Es nuestro mayor ídolo deportivo”.

De niña, Lucia Cunha escuchaba las hazañas de Pelé en la Copa del Mundo reunida con sus hermanos alrededor de un aparato de radio. Leía sobre Pelé en los periódicos que utilizaba para envolver pan.

“Él era un símbolo del fútbol, un gran jugador, una persona sencilla, humilde, una persona de Dios, una buena persona, que hizo todo lo que le fue posible”, comentó Cunha.

En la ciudad costera de Santos, donde Pelé se hizo famoso, Nicolás Oliveira, de 18 años, estaba afuera del estadio junto con otras 200 personas. Oliveira dijo que incluso las repeticiones en video de la forma en que jugaba Pelé lo colman de emoción.

“Pelé era un hombre negro del interior del estado de Minas Gerais”, recalcó Oliveira. “Estoy aquí por lo que hizo, por el fútbol que jugó, por el fútbol que mejoró y por los futuros jugadores que ayudó a moldear e inspirar”.

Everton Luz, un abogado de 41 años, lloraba afuera del hospital envuelto en una bandera del club Santos. Acudió directamente del trabajo para rendir homenaje al jugador cuyas actuaciones emocionaron a su propio padre y provocaron décadas de relatos.

Luz les cuenta esas historias a sus dos hijos y les muestra videos del ídolo. Recordó haber visto a Pelé en persona una vez, cuando fue a verlo en un partido en un estadio.

“Logramos acercarnos a su palco y él se despidió”, recordó Luz. “Era un ejemplo del brasileño, de lo que podíamos llegar a ser”.

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Biller reportó desde Minas Gerais. La periodista de The Associated Press Carla Bridi en Sao Paulo contribuyó para este despacho.