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Caducidad de la monarquía española: el nudo gordiano.

En España, el común denominador de los temas punteros es el abuso de poder, en todos los órdenes de la vida: en la política, en el poder judicial, en las fuerzas de seguridad, en la economía, en los medios de comunicación y, como no, ‘supuestamente’ también en la monarquía. Y no podemos olvidar, tampoco, los abusos de poder machistas (violencia de género), racistas, clasistas, etc.

En la política lo hemos visto estos días con los rifirrafes con insultos incorporados, pero, lo más grave es su influencia en los otros poderes y, como no, en sus puertas giratorias con el mundo empresarial (esta semana con el pase a Enagás, de José Blanco y José Montilla, ambos exdiputados y exministros; Montilla, además, expresident de la Generalitat). La lista de políticos que han pasado a la empresa privada sería infinita.

En el poder judicial tenemos también suficientes pruebas, y como ejemplos podemos recordar las sentencias de los casos de Altsasu y contra los representantes políticos y sociales catalanes, etc.

En las fuerzas de seguridad los ejemplos también son múltiples, y están relacionados con los casos judiciales citados y, también lo hemos visto estos días, con la crisis en la guardia civil (luchas internas y presiones al gobierno), etc. 

En la economía, además de las puertas giratorias mencionadas, podemos ver numerosas pruebas como el caso Castor (de Florentino Pérez), el rescate bancario (que según Mariano Rajoy, no iba a costar ni 1 € a los españoles, y casi lo acierta, pues sólo nos costó 65.725 millones de € (pero, claro, responsabilidad, ninguna).

Respecto a los medios de comunicación, podríamos considerar que ya no es el cuarto poder, ha ascendido en el ranking, pues han transcendido el clásico eslogan de que ‘el medio es el mensaje’ (H. M. McLuhan, 1911-1980), ya que los medios, en España, dominados por los principales bancos, conforman la realidad, no la explican; sólo unas pocas excepciones, al margen de subvenciones y libres o con deudas controladas, mantienen su libertad.

Obviamente, todo abuso de poder, de los citados, pero también del machista (violencia de género), racista, clasista, etc., denotan una grave falta de ética y de moral, y todo ello con una total falta de escrúpulos.

Pero ahora me centraré en la monarquía, que estos días ha sido centro de atención de algunos de los principales medios de comunicación internacionales, en concreto el rey emérito, Juan Carlos I, supuestamente involucrado en diferentes asuntos turbios.

Así describe el diario Le Monde a Juan Carlos I: “Un viejo rey devorado por su pasión por las mujeres y el dinero”, con un artículo titulado “Maleta de billetes en Suiza, sociedad opaca en Panamá”, el diario francés hace un exhaustivo repaso de los escándalos que rodean el rey emérito sin escatimar ningún detalle. “El rey Juan Carlos, una amenaza para el futuro de la monarquía”, y con un juego de palabras el anterior “roi d’Espagne” pasa a ser el “désarroi d’Espagne” (el desconcierto). “Decir que la princesa Leonor (14 años) será la próxima reina es muy aventurado”, “La monarquía es una institución medieval que ha llegado hasta nuestros días por milagro, y que solo puede mantenerse si es ejemplar. La monarquía española no lo ha sido”.

Esta misma semana en otro medio francés, como Point de Vue, se dice que “La familia real está en peligro”; y en uno suizo, Tribune de Genève, que en marzo publicó la existencia de una supuesta cuenta del rey emérito, con 100 millones de € donados por el rey de Arabia Saudí, comenta que “Es hora de que España levante el velo sobre Juan Carlos I”.

No es mi objetivo, en estas líneas, detenerme en las supuestas comisiones, amantes, hijos ilegítimos, etc., ya que requeriría mucho espacio y no aportaría nada nuevo.

Me parece más interesante efectuar un análisis general del tema, con un objetivo pretendidamente didáctico, del ‘meollo’ de la cuestión.

Como quizás recordará el amable lector, en anteriores escritos traté el tema de la controversia entre la preponderancia de la ley sobre la democracia, o al revés, de la democracia sobre la ley. Tema muy confrontado al tratar el juicio a nuestros presos y exiliados políticos y sociales. Obviamente, el poder judicial y los unionistas consideran que la ley es prioritaria (formalmente, ya que cuando les interesa, como hemos visto, se la pasan por el forro), mientras que la otra postura corresponde a los que somos independentistas.

También traté el tema de la inviolabilidad del rey emérito, puntualizando las diferentes interpretaciones del marco constitucional, ya que mientras los monárquicos, las instituciones, partidos y medios de comunicación sistémicos, así como una inmensa mayoría de inmovilistas, efectúan una lectura laxa, que exonera al rey por sus hechos pasados y futuros. Mientras que otros muchos profesionales y especialistas de derecho, así como otros muchos, consideramos que debería aplicarse una lectura restrictiva, que exonere al rey, únicamente, en sus actos oficiales, debidamente refrendados por el gobierno, mientras que sus actos privados deberían estar sujetos a la ley, igualando, así, a todos los ciudadanos ante a dicha ley.

Como se puede ver, esos temas tienen un calado muy profundo, ya que entroncan con el deseo del dictador Franco, de “dejarlo todo atado y bien atado”, así que, a mi modo de ver, no se trata de quitar el velo a los temas del rey emérito, como apunta el diario suizo, más bien se trata de romper el nudo gordiano que, como sabemos, tiene la siguiente referencia:

“La expresión nudo gordiano procede de una leyenda griega según la cual los habitantes de Frigia (región de Anatolia, en la actual Turquía) necesitaban elegir rey, por lo que consultaron al oráculo. Éste respondió que el nuevo soberano sería quien entrase por la Puerta del Este, acompañado de un cuervo posado sobre su carro. El que cumplió las condiciones fue Gordias, un labrador que tenía por toda riqueza su carreta y sus bueyes. Cuando le eligieron monarca, fundó la ciudad de Gordio y, en señal de agradecimiento, ofreció al templo de Zeus su carro, atando la lanza y el yugo con un nudo cuyos cabos se escondían en el interior, tan complicado que nadie podía desatarlo. Según se dijo entonces, aquél que lo consiguiese conquistaría Oriente.

Cuando Alejandro Magno (356-323 a. C.) se dirigía a conquistar el imperio persa, en el 333 a. C., tras cruzar el Helesponto, conquistó Frigia, donde se enfrentaron al reto de desatar el nudo. Solucionó el problema cortándolo con su espada, diciendo (según la narración de Curcio Rufo): ‘Es lo mismo cortarlo que desatarlo’. Esa noche hubo una tormenta de rayos que simbolizó, según Alejandro, que Zeus estaba de acuerdo con la solución.

(…)

El lema personal de Fernando el Católico, ‘Tanto monta’, hace alusión a este nudo: ‘tanto monta cortar como desatar’. Es decir, da igual cómo se haga, lo importante es que se consiga. Y efectivamente esta divisa se presentaba sobre las flechas, con una cuerda suelta (cortada) alrededor. Y efectivamente, el reino de Aragón llevaba unos siglos empeñado en la conquista de Oriente” (Wikipedia).

Popularmente ese lema de Fernando se generalizó, diciendo ‘tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando’, dando a entender que el reino de Castilla y el de Aragón, estaban en un mismo plano jerárquico.

Volviendo al tema que nos ocupa, muchos catalanes tenemos claro que el estado profundo español nunca consentirá un cambio constitucional que permita votar, democráticamente, la forma del estado; ni tampoco permitirá una lectura moderna, actualizada, del corsé constitucional que votamos como mal menor, como única salida del túnel franquista.

Tampoco estamos de acuerdo con la interpretación de Alejandro, ni la del citado Fernando, pues consideramos que la forma de conseguir los objetivos tiene muchísima importancia, ya que estimamos que el fin no justifica los medios. Y tampoco nos gustan ni las espadas y mucho menos las flechas (que aún siguen manteniendo los falangistas).

“El yugo y las flechas hace referencia al escudo de los mencionados Reyes Católicos (Isabel y Fernando), y “fue una alusión a los nombres de los dos monarcas: la letra Y representaba el yugo y a Ysabel (en la escritura de entonces), mientras que la F representaba las flechas y a Fernando. Además, el yugo era por su parte una alusión a la leyenda del nudo gordiano, al igual que al lema de ‘tanto monta’; mientras que el haz de flechas aludía a la clásica historia moral que advierte de que las flechas pueden ser fácilmente rompibles por separado, pero todas juntas, son irrompibles” (Wikipedia).

Y ya estamos cansados de toda la podredumbre y de tanto unionismo, tampoco queremos romper ninguna flecha, por nosotros, pueden seguir con su haz bien juntito y atado, pero sin la flecha de Catalunya.

Sabemos que es una tarea muy difícil, pues romper cualquier tipo de cadena es un trabajo costoso, máxime cuando el que tiene el candado no para de tirar de ella, y cuando al otro lado no vemos a ningún político ni ‘intelectual’ unionista que tenga la ética, la moral, ni la decencia, para replantear el problema, y el mantenimiento en prisión de nuestros presos políticos y sociales, y a otros en el exilio, son una buena muestra.

Por nuestra parte, algunos representantes en ejercicio tampoco están a la altura política del momento, como lo demuestra la continua guerrilla ejemplarizada, estos días, por Joan Tardá (ERC), con su artículo publicado en El Periódico “Más ‘junquerismo’ y menos ‘torrismo’”, en referencia a Oriol Junqueras (ERC) y al president de la Generalitat, Quim Torra (JxCat).

Ya se que puede parecer hasta cierto punto contradictorio, que me desagrade la fuerza del haz de flechas unidas, como quiere el estado español, mientras que aquí, en Catalunya, pida la unidad de los partidos independentistas. Pero la diferencia sustancial es que esta unidad que pido, que pedimos muchos, es meramente transitoria, para afrontar la implementación de la República Catalana, siempre de forma democrática, y después ya vendrá el momento de confrontar programas para elaborar nuestra constitución y futuros gobiernos.

El reto es muy complejo, ya que algunos catalanes, como Miquel Iceta, tienen una visión castellana de España, tal como ha demostrado comentando que “es un error dudar de la trayectoria de Pérez de los Cobos, poner en duda toda la trayectoria de Diego Pérez de los Cobos después de ser sustituido como responsable de la Guardia Civil en Madrid, es ‘un prejuicio y un error’.

El economista Xavier Sala i Martín, ha respondido al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que se vuelve a equivocar, porque nadie tiene dudas sobre la trayectoria del coronel de la Guardia Civil, ya que todo el mundo tiene claro que siempre ha estado al servicio del ‘deep state’ y la sagrada ‘unidaZ’. ‘Como Iceta’, ha concluido Sala i Martín , con un colofón donde pone al mismo nivel al policía y al político, los dos al servicio de una determinada idea de España“ (elNacional.cat)

Y esa complejidad añadida, nos habría de unir más a los independentistas, ya que es el único camino (por cierto, muy diferente al que marca “El camino” de José María Escriva de Balaguer, fundador del Opus Dei, tan de ‘moda’ tristemente).

Pero personajes como Iceta, que son unos acomodaticios, sabemos que, llegado el momento, se adaptará camaleónicamente a la República Catalana, como lo hará Ada Colau y, entonces, nos dirán que ellos siempre la habían querido. Esta es su forma de hacer política.

Amadeo Palliser Cifuentes