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Canícula / Agosto / Vacaciones

Canícula:

“El término ‘canícula’ deriva de ‘canes’ (perros) (…) que alude a la constelación Can Mayor (Canícula) y su estrella Sirio (la Abrasadora), cuyo orto helíaco coincidía con el fenómeno de calor abrasivo. Así lo ratifica el astrónomo Joachim Herman (1986):

‘Su primera salida, es decir, su reaparición como estrella visible en el cielo de la mañana después de su período de invisibilidad, coincidía hace siglos con los días más calurosos. De ahí proviene el calificativo de ‘días perros’

Sin embargo, debido a la precesión del eje terrestre, actualmente reaparece Sirio en el cielo matutino a principios de septiembre”.

Agosto:

“En el antiguo calendario romano se llamaba ‘sextilis’, porque ocupaba la sexta posición, pero se le cambió el nombre a ‘augustus’ en honor a César Augusto (Caesar Augustus), el primer emperador romano.

El mes de ‘sextilis’ tenía 30 días en el primitivo calendario romano, pero pasó a tener 29 con el calendario lunar de Numa Pompilio.

El calendario juliano le restituyó el número de 30 días, pero Augusto le añadió un día más (que quitó a febrero) porque no tuviera menos que julio, mes dedicado a su padre adoptivo Julio César”

Vacaciones:

“Etimológicamente, la palabra vacaciones deriva del latín ‘vacans’, participio del verbo ‘vacare’, estar libre, desocupado, vacante.

‘Vacuus’: vacío, desocupado, libre. Vacui diez: días de descanso”

(Wikipedia)

El ‘ajuste del mes de agosto citado, es un ejemplo más, aunque insignificante, de la manipulación política para fines meramente personales, narcisistas.

Lo que no es insignificante, sino, muy significativo, es que el poder judicial se haya apresurado para retornar a la prisión a nuestros representantes políticos y sociales. Aún falta revocar el tercer grado a Forcadell y Bassas, pero es cuestión de días o de horas.

Que unos jueces, antes de irse de vacaciones, adelanten su trabajo para retornar a la prisión a unas personas pacíficas e inmoralmente retenidas mil días, supongo que les satisfará, y se irán a descansar, a disfrutar, con sus familias.

La aplicación legal más restrictiva a los independentistas, pero de forma laxa para los realmente delincuentes de la extrema derecha, como los asaltantes violentos del centro cultural de Blanquera, o los violadores en manada, de Girona, les retrata. 

Obviamente, la ética es subjetiva, pero la moral no, y espero que más pronto que tarde, la justicia europea les dé un nuevo varapalo, como en el caso Otegui hizo el Tribunal de Derechos Humanos, que el Supremo ha tardado dos años en reconocer. Pero eso les importa un bledo a los poderes del estado; su desprestigio les perseguirá siempre, y espero que lo arrastren mientras vivan y después quede en los anales de la historia, para vergüenza de sus descendientes..

Está claro que los inquisidores, los Torquemada / Marchena, siguen su Chronos, su tiempo cronológico lineal y su Aion, su tiempo circular, les da esa posibilidad, pero dudo que consigan alcanzar su Kairós, la satisfacción, la plenitud del momento, ya que si bien, subjetivamente puedan considerar que están realizando correctamente su labor, cosa que dudo, puesto que la venganza, siendo negativa, nunca puede tener un resultado positivo, que es la característica del kairós.

Seguidamente reproduzco parcialmente un artículo bastante extenso, pero que me parece muy interesante e ilustrativo, del mal karma de la ‘justicia’ española:

“Una venganza en dos tiempos: Así ha endurecido el Supremo la sentencia del 1 de octubre (por el Referéndum):

¿Por qué una venganza en dos tiempos? El tribunal presidido por Manuel Marchena condenó a los presos políticos a penas de entre nueve y trece años de prisión por los delitos de sedición y malversación. El Supremo descartaba la acusación de rebelión, que aún sostiene la Fiscalía, y también descartó incluir una cláusula, el artículo 36.2 del código penal, que establece que se ha de cumplir la mitad de la pena antes de acceder a beneficios penitenciarios.

Aquella condena fue entendida por el movimiento independentista como una venganza del Estado por haber puesto en cuestión los fundamentos y la estructura del mismo Estado español.

Nueve meses después, el Supremo ha ejecutado la segunda parte de la venganza contra el independentismo, y lo ha hecho cambiando las reglas del juego en medio del partido y afectando, también, al resto de presos del estado español.

Con la resolución de la semana pasada, declarándose competente para resolver sobre el artículo 100.2 y dotaba de carácter suspensivo los recursos de la Fiscalía contra ese artículo y el tercer grado, el Supremo ha vuelto a cerrar a los presos políticos y hacer mucho más complicado que accedan a beneficios que les permitan salir con regularidad de la cárcel, ya sea para ir a trabajar o para hacer tareas de voluntariado.

‘Lo que quiere el Supremo es aplicar el 36.2 por la puerta de detrás’, sostiene Jordi Pina, abogado de Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull.

(…)

De esta manera, los presos independentistas han pasado de un tercer grado con posibilidades de flexibilizar (…) a un segundo grado cerrado, sin el artículo 100.2. (…) Además, se suma el hecho que una vez en la prisión, los líderes independentistas habrán de pasar diez días en aislamiento preventivo por el Covid-19. Esto quiere decir que pasarán 22 horas en la celda y sólo tendrán dos horas de patio. Del tercer grado a diez días de aislamiento.

(…)

La última evidencia de una ‘lógica de excepción’

Pro el Supremo no actúa solo. La Fiscalía ha hecho gala, todos estos meses, de ser el actor más beligerante contra los presos políticos. Lo ha recorrido todo: desde los permisos de Sánchez y Cuixart, pasando por el 100.2 de todos los líderes independentistas y ahora, también, el tercer grado. ‘No querían que pasasen las vacaciones fuera de la prisión. Sabíamos que el fiscal pediría todo lo que pudiera y más’, constata Pina (…) Pero Marchena ha sacudido el tablero de juego.

(…)

Dos resoluciones opuestas

Desde la resolución del Supremo de la semana pasada, se han precipitado los sucesos. De tener los nueve presos políticos en tercer grado, ahora los hombres vuelven a estar en prisión y las mujeres continúan en ‘semilibertad’. ¿El motivo? ‘En un caso se ha aplicado la ley y en otro no’, apuntan fuentes de las defensas. El caso de los presos de Lledoners lo revisó la juez de vigilancia penitenciaria 5 de Barcelona, mientras que el de Carme Forcadell y Dolors Bassa, el juez de vigilancia penitenciaria 1 de la capital catalana. En el primer caso, aceptó la petición de suspensión de la Fiscalía; en el segundo, no. ‘Hay una clara inseguridad jurídica. Dos tribunales pueden dictar resoluciones totalmente opuestas’, apunta Pina.

(…)

Pero todo apunta que, llegado el caso, el Supremo tumbará el tercer grado de todos los presos independentistas.

(…)

El Supremo recupera el control

(…) Por el hecho de no haber hecho ningún programa de tratamiento para ‘corregir’ la sedición. Un tratamiento que, por otro lado, no existe”

(Bernat Surroca, 2/8/20; Naciódigital).

Y, obviamente, quieren erradicar ese pensamiento, corregirlo, reeducarlos; pero, eso sí, continúan viendo modélico al rey emérito Juan Carlos I, con algunas pequeñas ‘sombras privadas que no empañan su largo historial de servicio y de luces’.

En ese sentido, me parece interesante reproducir el siguiente párrafo: “Y la monarquía como institución, y Juan Carlos I como rey, colocados por Franco no fueron el motor del cambio democratizador, si no más bien su freno parcial: aquello que permitió que la democracia no llegase a todos los ámbitos de la vida pública. La monarquía no trajo la democracia, sino que consagró sus límites. Y las supuestas luces y sobras de su reinado son, de hecho, la misma cosa”

(Vicenç Villatoro Lamolla, Ara, 3/8/20)

Como se ve, estamos inmersos en una inmoralidad generalizada en las diferentes cúpulas del estado, ya que al que no comulga con ella, se le frustra su carrera. Esa es la fórmula para homogeneizar el pensamiento dirigente.

Por eso, todos ellos, y en concreto la cúpula judicial y fiscal, dirigida por Dolores Delgado García, actual fiscal general del estado, se irán de vacaciones (sus días más perros) con los deberes hechos, habrán realizado su ‘cronograma’, como decía Manuel Marchena, y también habrán concluido su ciclo anual; por lo tanto, su Chronos como su Aion, pero no conseguirán nunca, nunca, el Kairós.

Jorge Luis Borges (1899-1986), en su libro ‘Historia de la eternidad’ (1943) explica las diferentes formas de retorno, la basada en Platón, la basada en Nietzsche y, finalmente, la que denomina antitética, que:

“Niega la noción vulgar de la pérdida de las cosas comunes y que extiende y aplica, metafísicamente, a todas las cosas que suceden en el universo (…) Así, lo que sucedió sigue, aunque transfigurado, sucediendo en lo que sucede, o en el ‘presente’. (…) En este ensayo se produce un fenómeno proléptico múltiple: de entre ellos destaca aquel en que Borges menciona que imagina la historia de dos teólogos, sanguinariamente rivales que, ya muertos, descubren que son la misma entidad o persona. Esta historia será más tarde el relato ‘Los teólogos’, comprendido en ‘El Aleph’”

(Wikipedia)

En nuestro caso, los teólogos podrían ser Franco y los dirigentes actuales del PSOE y demás dirigentes, que se postulan como antifranquistas, siendo, en el fondo, defensores del sistema impuesto por él.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com