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Celebridad Digital

Martha Nava Argüelles
Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Las estrategias políticas digitales son hoy, para el proceso electoral, la pieza clave de las campañas dadas las condiciones sociales y de salud; sin embargo, algo que ha quedado claro en estas elecciones, es que los equipos de comunicación -y los mismos candidatos- de los partidos políticos no han entendido los nuevos lenguajes que se manejan en las plataformas digitales, y por lo mismo, no logran generar un mensaje que se viralice en este medio, y aquellos que lo hacen sólo han trascendido por ser memes que ridiculizan al candidato y que al final no tienen un mensaje político asertivo, es decir, pasarán a la historia como basura digital.

Si bien, tenemos personajes que han hecho un uso poético de las redes sociales con fines políticos como lo fue en su momento Barak Obama, o recordemos la campaña electoral que hizo y ganó “El Bronco” Jaime Rodríguez -hoy gobernador de Nuevo León- quien basó en gran medida su campaña en las redes sociales; también tenemos, las elecciones 2021, así de simple.

En su momento Rodríguez Calderón empleó las redes sociales y los medios de comunicación para posicionar su imagen y transmitir su historia, para dar a conocer el motivo por el cual buscaba un cargo de elección popular, él -y su equipo- entendieron que es posible transmitir un mensaje emocionalmente fuerte y auténtico a su audiencia, mientras que, al mismo tiempo, evidenciaban las problemáticas sociales que quería erradicar y sus propuestas de campaña.

Curiosamente, el norte del país es quién ha logrado sacar partido a las redes digitales, y es que Samuel García, candidato del partido Movimiento Ciudadano para la gubernatura del estado de Nuevo León, ha echado mano de la naturalidad de su esposa Mariana Rodríguez -a quien todos ubicamos por su peculiar frase “Fosfo Fosfo”- para comunicarse en Instagram, Facebook o Tik Tok y evidentemente de su imagen digital; y tal ha sido el éxito, que García pasó de un cuarto lugar en marzo, a un segundo lugar, muy reñido con el primero, en esta contienda pues los separa sólo un 1% de diferencia.

Ciertamente, el candidato no está ganando popularidad por sus propuestas o su capacidad política, esa parte queda clara, pues el punto medular de su campaña es la influencer que: se muestra accesible a las selfies que además replica en sus redes, que comparte cada momento de su vida en sus historias, que está en los cruceros pegando calcas en los autos y sonriendo a los automovilistas; vamos, es la accesibilidad que está mostrando una celebridad digital en el entorno político, porque seamos honestos los mexicanos parecemos incapaces de renunciar a la admiración de las celebridades y la adoración al espectáculo y García lo sabe, y hace bien en sacar provecho de la imagen de su esposa para posicionar la suya porque al final no es cómo ganaste el partido, sino ganarlo.

En fin, si algo queda claro de estas elecciones, es que los estrategas políticos siguen aferrados a las viejas prácticas en las que se pone en un podio al político cómo para enaltecer y se acarrea gente para escuchar discursos de mínimo 20 minutos en los que se dice mucho, pero no se entiende nada. Hoy, las audiencias tienen más información, menos tiempo y aún menos ganas de escuchar un discurso político y muchos de ellos se encuentran detrás de una pantalla la mayor parte del día. Sin duda, el reto es grande.