MADRID, 18 dic (Reuters) – Una larga fila de jóvenes, muchos de ellos sin mascarilla y fumando, hacen cola para entrar en un bar de moda en Madrid, en una típica escena de la noche en la capital de España.
Madrid, uno de los lugares más castigados por el coronavirus al comienzo de la pandemia, ha reducido progresivamente su propagación durante la segunda ola del nuevo virus sin cerrar lugares de ocio o comercios en comparación con otras grandes ciudades que tratan de frenar las infecciones antes de Navidad.
Con una incidencia acumulada de 244 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, la comunidad de Madrid ha vuelto a los niveles que tenía antes de que comenzara la segunda ola de la pandemia.
Este nivel es apenas superior a la media nacional, a pesar de que en gran parte del resto de España hay restricciones más severas.
Los datos son desconcertantes, según dijeron a Reuters cuatro científicos de alto rango, los cuales barajan la posibilidad que los números relativamente bajos de Madrid se deban al hecho que fue tan golpeada durante la primera ola que mucha gente ha conseguido tener algún grado de inmunidad.
Las pruebas de antígenos también pueden haber ayudado, dijeron los científicos, al tiempo que advirtieron que no se debería bajar la guardia.
“Los milagros en ciencia no ocurren”, declaró Manuel Franco, profesor de la Universidad de Alcalá e investigador de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos.
Un estudio realizado esta semana a nivel nacional mostró que casi el 19% de los madrileños han desarrollado anticuerpos contra el COVID-19, el porcentaje más alto de toda España y casi el doble de la media nacional.
“En Madrid fue de la zonas más afectadas y ahora hemos vuelto a tener muchos casos. No hay inmunidad de rebaño, al menos no en toda la región, pero en ciertos lugares todo el grupo puede estar ya infectado y esto hace más difícil (que el virus) llegue a otros grupos”, añadió Elena Vanessa Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
¿TERCERA OLA?
La presencia de anticuerpos es particularmente alta en los grupos de personas que fueron más afectados en la primera ola, como las residencias de ancianos, donde más de la mitad de los residentes y al menos el 37% del personal han desarrollado anticuerpos contra la COVID-19, según mostró otro estudio publicado en noviembre.
Cuanto mayor fue la penetración del virus durante la primera ola, menor ha sido el impacto en la segunda, dijo Daniel López Acuña, médico y exdirectivo de la OMS.
“La inmunidad es un factor determinante pero no el único”, afirmó, añadiendo que eso podría ayudar a explicar por qué los países que sufrieron menos en la primavera, como Alemania, están siendo ahora más afectados.
Acuña advirtió, no obstante, que la ausencia de medidas más restrictivas podría significar que una posible tercera ola de infecciones afecte a Madrid antes que a otros lugares.
Aunque la propagación del brote se ha ralentizado, Madrid ha tardado 10 semanas en bajar al nivel actual de infecciones, dijeron, comparando estas cifras con la región parisina de Île-de-France, por ejemplo, que se ha comportado de la misma forma en cinco semanas aplicando restricciones más duras.
Una disminución más lenta del número de casos significa que los hospitales y las unidades de cuidados intensivos han estado bajo presión durante más tiempo, dijeron expertos.
De hecho, la tendencia a la baja de Madrid ya se ha frenado, con un aumento de los nuevos casos en los últimos días.
“Con el tiempo el virus se vuelve a reorganizar”, advirtió Martínez.
En las bulliciosas calles de Madrid, los residentes tienen sentimientos encontrados.
Judith Casals, ingeniera informática, considera que actividades típicas de vacaciones de fin de año como el patinaje sobre hielo deberían estar cerradas.
“Nos va a afectar en el sentido de que en enero o febrero veremos las consecuencias”, dijo.
Para la pensionista Carmen de Diego, en cambio, la aplicación de restricciones más suaves en Madrid son un alivio.
“Yo intento ir al cine y al teatro más que nunca, precisamente por mover la economía”, declaró.
Información de Belén Carreño; información adicional de Silvio Castellanos y Kate Kelland; editado por Ingrid Melander y Alexander Smith; traducido por Andrea Ariet en Gdansk