· Las máquinas, las vías, los vagones de los trenes y las cornetas “eran su vida”: aseguran los hermanos Rodolfo, Antonio y Sergio López Alcántara
Toluca, Estado de México, domingo 17 de noviembre de 2019.- Enmarcada por una charla amena entre ferrocarrileros, se desarrolló la Tertulia Toluqueña: “El Rielero, un oficio olvidado”, donde el cronista municipal, Gerardo Novo Valencia, hizo un recuento histórico del ferrocarril en Toluca durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.
Luego de dar la bienvenida a los invitados especiales Venustiano López García, Marcos Guillermo Gutiérrez Torres y los hermanos Rodolfo, Antonio y Sergio López Alcántara, a la enfermera Juana Espinosa Legorreta y a la señora Reina Isabel Alvarado de Chávez, hija de un maquinista, el cronista recordó que la construcción del ferrocarril mexicano se llevó de 1837 a 1880, siendo don Ignacio Comonfort el primer presidente de México que viajó en él.
En octubre de 1865, dijo, el presidente municipal de Toluca, Prisciliano Díaz González, invitó a los toluqueños para que participaran en la compra de acciones, pero por cuestiones ajenas fue hasta 1882 cuando el ferrocarril llegó a Toluca.
Explicó que en 1870 el gobernador Mariano Riva Palacio obtuvo la concesión para establecer el ferrocarril México-Toluca, un proyecto de lo más ambicioso ya que la terminal iba a ser mucho más importante que la de la Ciudad de México, lo que implicaba una inversión 120 mil pesos, comparados con los 50 mil que costaría la ubicada en la capital del país.
Los ferrocarrileros Venustiano López García, Marcos Guillermo Gutiérrez Torres y los hermanos Rodolfo, Antonio y Sergio López Alcántara, compartieron experiencias que por más de 25 o 30 años vivieron día a día y donde coincidieron en que las máquinas, las vías, los vagones de los trenes y las cornetas “eran su vida”, pues recorrer parte del país a través de los rieles eran grandes viajes que conllevaban una gran responsabilidad.
Por su parte Juanita Espinosa dijo que fueron 21 años brindando servicios médicos como enfermera; recordó que el primer consultorio estaba ubicado en la calle de Villada 204, años más tarde pasó a la calle Aldama sur 517, donde actualmente se ubica la Clínica 244 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
“Todos los ferrocarrileros amamos el tren, todos pasamos por los rieles, son recuerdos que tenemos en el corazón, recuerdos de seres humanos trabajadores, honrados y disciplinados, viajeros en y del tiempo”, expresó con añoranza Antonio López, para quien recordar el ayer es como si los años no pasaran.
Como un homenaje a su trayectoria, el cornista municipal, Gerardo Novo Valencia, con la representación de la administración local les hizo entrega de reconocimientos.