• Platica Rodrigo Macías, Director de la OSEM, la manera en que se forma un Director de Orquesta.
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Toluca, Estado de México, 16 de diciembre de 2020. El Conservatorio de Música del Estado de México (COMEM) se sumó al Programa Cultura y Deporte en un Click 3.0, el cual ofrece a la población cibernauta una alternativa de entretenimiento, donde el conocimiento, los contenidos y el acercamiento al arte son los protagonistas.
Conducido por su Director, Luis Manuel García Peña, el programa “COMEMtando… entre música y artes”, tuvo como invitando al Maestro Rodrigo Macías González, Director de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), para charlar sobre “Dirección orquestal, los mitos y realidades».
En una plática en confianza, el Director de la OSEM dejó ver todo el esfuerzo, las preocupaciones y sentires que experimenta cuando se encuentra frente a una orquesta, y cómo se tiene que convertir en un «imán» que pueda darse a entender sin palabras.
En tanto, García Peña contextualizó que “fue en el siglo XIX cuando surgió la figura del Director orquestal, como líder de una agrupación musical. Los directores participaban en ciertos momentos de la ejecución y no estaban frente a la orquesta; tiempo después surge el concertino”.
Platicó que este rol siguió modificándose mientras que los grandes compositores eran los mismos directores; de hecho, “existe un ensayo escrito por Wagner donde explica la función del Director y cuyo título es Beethoven. La dirección de orquesta”, agregó.
Por su parte, Rodrigo Macías comentó que, “es un tema complicado y polémico, es una profesión a la que le tengo mucha gratitud, que me ha dado el camino para poderme desarrollar y en el que el aprendizaje ha sido mucho, durante estos años”, dijo.
“Fue una profesión que se hizo necesaria a través de la historia europea; inició por un aspecto coordinativo, no se estudiaba hasta hace relativamente poco. Los directores se hacían con la práctica”, relató.
Para Rodrigo Macías, “la función del Director ocurre en varios planos; el más simple es el aspecto coordinador que controla lo que ocurre físicamente, las entradas de cada instrumento basadas en la partitura.
“El otro plano es el de intérprete, quien tiene una idea particular que debe compartir e imprimir con los demás en el grupo, como tempos y la velocidad de la música y, tiene qué ver con el texto musical, esto viene después de mucho estudio y trabajo, es un trabajo de mesa”, compartió.
“El tercer plano, el más difícil de aprender, es el metafísico de la dirección de orquesta, esa capacidad que se tiene de transformar a la orquesta sin palabras, influye, le imprime su sello personal; no se estudia es algo que tiene que ver con un magnetismo personal”.
Para Macías González, el aspecto gestual tiene que ver con la necesidad que la orquesta tiene de cierta información y por otro lado es muy personal, como la voz. “Uno hace los gestos que el grupo requiere. Busco un gesto útil, funcional, tiene que ser natural y no artificial”, especificó.
“Para ser Director de orquesta se requiere un talento natural mínimo, una disposición, trabajo, disciplina, determinación y así el carácter se va desarrollando, es una mezcla de ambas”, dijo el Director de la OSEM.
“La batuta es la extensión de la mano que da información más precisa. Creo que ésta es secundaria, su uso es una decisión personal, no define el resultado musical”, comentó Macías.
Ambos recordaron a grandes compositores mexicanos, quienes han brillado a nivel internacional, como Eduardo Mata, Carlos Chávez, José F. Vásquez, Luis Herrera de la Fuente, Francisco Savín, Enrique Bátiz, Guadalupe Flores, Julián Carrillo, José Limantur, Enrique Patrón de Rueda, especialmente de ópera, Enrique Diemecke, y Eduardo Díazmuñoz.