Una de las noticias que llamó mucho la atención esta semana, fue el repentino “cambio de nombre” en Estados Unidos de la empresa Volkswagen a VoltsWagen –cambiando la k por la t para hacer referencia a la unidad de tensión eléctrica volt o voltio-, como parte de su compromiso con el medio ambiente a través de la producción de autos eléctricos. El comunicado en su web con motivo del cambio de nombre se publicó el día lunes y ese mismo día –pocos momentos después- se eliminó, lo cual fue muy extraño para, el día martes, volver a publicarlo.
Después en sus redes sociales, se vio un cambio tanto en la descripción de la empresa como en el nombre que usan para identificarse en sus perfiles y esto, estuvo acompañado de una publicación que decía, entre otras cosas, que presentaban Voltswagen, “similar a Volkswagen, pero con un enfoque en la conducción eléctrica renovado” para posteriormente presentar su nueva SUV eléctrica. La idea para posicionar la imagen de la marca y sobretodo el producto es buena, sin embargo puede ser que la ejecución no haya sido la correcta.
Si bien, debemos tener en cuenta que este esfuerzo atiende a las nuevas demandas del mercado ya que poco a poco la industria automotriz a nivel global se está moviendo hacia los autos eléctricos derivado del interés creciente del consumidor por modificar sus hábitos de consumo hacia unos más sustentables, también la marca tuvo que considerar que antes de modificar el nombre con el que ha sido identificado desde 1955 se pudo haber hecho un proceso de despedida y bienvenida, para dar oportunidad al consumidor de adaptarse a la idea.
Ahora, Mark Gillies, portavoz de la compañía, dijo que la idea de cambiar el nombre de su división estadounidense se trató de una broma adelantada de “April Fools” –Día de los Inocentes- cuya meta era llamar la atención sobre su nueva SUV. Vamos, el objetivo de llamar la atención se logró ¿por qué? Primero, porque no es normal que una compañía de ese tamaño se tome el atrevimiento de hacer un comunicado falso que pueda afectar su imagen –de ahí lo arriesgado de esta maniobra-, aunque, tampoco es absolutamente novedoso, pues ya otras compañías automotrices como Mini Cooper lo han aplicado para lanzamientos de sus nuevos vehículos.
Y segundo, porque derivado del anuncio “oficial” las acciones de la marca registraron un incremento de casi 5% en el mercado bursátil estadounidense, lo que puede generarle problemas con los reguladores de dicho mercado.
Al final, lo que queda claro es que el que no arriesga no gana, y al menos hoy Volkswagen logró que medios de todo el mundo hablaran de su marca, el cambio de nombre y el motivo del cambio.