A la opinión pública
México es un gran país, por su riqueza natural, cultural y lingüística, lo que nos identifica y caracteriza ante el mundo como un país mega-diverso. En ese mosaico mega-diverso los pueblos y comunidades indígenas, a través del tiempo y el espacio hemos jugado un papel fundamental en la vida pública, social y política del país, ya sea de manera individual o de manera colectiva, con la finalidad de lograr un bienestar común basado en los principios de igualdad, equidad y respeto, que permita vivir y convivir en armonía, como sujetos de derecho y no como objetos de burla o de folclor.
A pesar de las adversidades, a lo largo de muchos años hemos mantenido vivas nuestras lenguas y nuestras culturas, herencia de nuestros antepasados; aquellos que con alma y espíritu defendieron la tierra que hoy pisamos; aquellos grandes que nos transmitieron su sabiduría, su conocimiento y su experiencia en nuestras lenguas maternas. Por eso, hoy y siempre seguiremos diciendo que los pueblos y comunidades indígenas somos la RAÍZ de la nación mexicana.
Por años nos hemos mantenido de pie y en lucha buscando que se respeten y se cumplan por parte de los gobernantes NUESTROS DERECHOS, plasmados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
Artículo 2o, Apartado B, párrafos III, IV y V. Que establecen el acceso efectivo a los servicios de salud, así como apoyar la nutrición de los indígenas mediante programas de alimentación, en especial para la población infantil.
“Por cada acto de discriminación y racismo se mata una comunidad indígena; muere con ella su cultura y su lengua materna, muere la identidad mexicana”.
Artículo 4o “Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará. Toda persona tiene derecho a la protección de la salud.”
Las comunidades indígenas de la Ciudad de México sabemos y somos conscientes de la problemática que atraviesa el mundo y nuestro país a causa de la enfermedad llamada Coronavirus-19, todos nos encontramos en una situación difícil, pues está en riesgo la vida misma de cada uno, sin embargo hay que reconocer que la población indígena tiene mayores desventajas, pues muchos no cuentan con un empleo formal ni con seguro social o un trabajo bien pagado, por lo que son más vulnerables ante este tipo de situaciones que no es cualquier cosa.
Como ya se ha referido, los pueblos y comunidades indígenas hemos sido protagonistas y partícipes de sucesos tan importantes que han marcado el rumbo de nuestro país, México, tales como en la Independencia, (1810) y en la Revolución Mexicana, (1910). Ahora nuevamente, en esta cuarta transformación que encabeza el gobierno del Licenciado Andrés Manuel López Obrador, los pueblos y comunidades indígenas estamos aquí presentes contribuyendo en la construcción de un futuro mejor para nuestros hijos y porque creemos que es posible construir un México mejor en el que impere la libertad, la paz y la justicia.
No obstante, ello representa un gran reto lleno de complejidades, considerando que después de tantos años aún permea la injusticia social, la discriminación institucional, la desigualdad e inequidad hacia los integrantes de pueblos y comunidades indígenas. Esto se ve ahora en la Ciudad de México ante la situación que estamos viviendo a causa del Coronavirus, donde por parte de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (SEPI), que es la encargada de la atención a pueblos y comunidades indígenas no ha actuado de manera respetuosa, eficaz y responsable, sino todo lo contrario, pues en la distribución de los apoyos de los programas han excluido a muchas personas que requieren de dichos apoyos. De acuerdo con la Constitución Política de la Ciudad de México en materia indígena la garantía de los derechos es para toda la población indígena, no para unos cuántos.
Esto no es nada nuevo, ni es por la contingencia sanitaria, así ha sido desde que inició la administración del nuevo gobierno, toda vez que la titular de la SEPI, Licenciada Larisa Ortiz Quintero, junto con su Secretaria particular, Licenciada Marta Villarreal Ruvalcaba y otros funcionarios han actuado con actitudes de prepotencia y discriminación hacia los integrantes de las comunidades indígenas cuando han solicitado algún tipo de apoyo. Ese tipo de personas no debería estar en las instituciones, pues en lugar de contribuir en el fortalecimiento y desarrollo de los pueblos y comunidades indígenas pisotean sus derechos y vulneran su identidad.
¿Dónde están los principios de ética, de respeto y valoración?, ¿Dónde está la humildad, la solidaridad o la sensibilidad?
“Por cada acto de discriminación y racismo se mata una comunidad indígena; muere con ella su cultura y su lengua materna, muere la identidad mexicana”.
Otro asunto que preocupa es el tema de intérpretes-traductores de lenguas indígenas, que tampoco es nuevo. Sobre esto la SEPI no ha tenido la capacidad de implementar los mecanismos necesarios para agilizar los pagos por los servicios que brindan los intérpretes, toda vez que se les ha liberado sus pagos hasta después de medio año o más, y esto no es culpa de nadie más que de la titular, su equipo de asesores y de planeación, la directora ejecutiva de derechos indígenas y la persona responsable que lleva el tema de intérpretes. Aquí es donde se ve que la SEPI no le interesa velar por los derechos humanos, indígenas, culturales y lingüísticos.
También como prueba de lo señalado, es que las comunidades indígenas que aquí manifestamos nuestra inconformidad el día 30 de marzo del año en curso ingresamos por escrito vía correo y en físico una solicitud de apoyo emergente para aproximadamente 463 personas, a fin de hacerle frente a la emergencia sanitaria por el Coronavirus-19, y hasta la fecha por parte de la SEPI no hemos obtenido ninguna respuesta, a pesar de que desde jefatura de gobierno se turnó la solicitud a dicha Secretaría.
Ante ello, pedimos a la Jefa de Gobierno, Dra. Claudia Sheinbaum que tome cartas en el asunto, a fin de que se respeten nuestros derechos humanos, indígenas, lingüísticos y otros, porque recuérdese que por cada actitud de prepotencia, por cada acto de discriminación y racismo se mata a un pueblo o a una comunidad, se mata a las culturas y a las lenguas maternas, en consecuencia se mata a la identidad mexicana.
Las comunidades indígenas de la Ciudad de México nos pronunciamos en favor de esta cuarta transformación puesta en marcha, cuya finalidad es lograr un bienestar común para todos los mexicanos, por lo que de manera urgente pedimos se nos apoye para poder salir de esta situación provocada por el Coronavirus.
ATENTAMENTE
Comunidades Indígenas de la Ciudad de México