– Los cigarros generan, por ventas directas e indirectas, hasta el 25% del ticket mensual del pequeño comercio en México.
– 5 millones de personas encuentran en la actividad del pequeño comercio su modus vivendi, hoy por hoy, inestable por la inflación y la baja de consumo. No sumemos obstáculos prohibicionistas a esta actividad.
– ANPEC se declara defensora del libre comercio, libre elección y libre competencia, libertades fundamentales del mercado mexicano. En México, lo único que está prohibido es prohibir.
Ciudad de México a 29 de noviembre del 2022.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) se declara defensora de las libertades fundamentales de la actividad del mercado: libertad de comercio, libertad de elección y libertad de competencia, por lo que no estamos de acuerdo en que se conculquen estas libertades al exigir esconder las cajetillas de cigarro, prohibiendo su exhibición con riesgo de ser penalizados. Las cajetillas de cigarros son un producto legal, por tanto deben tener la oportunidad de ser exhibidos a la vista del consumidor y él mismo, en pleno ejercicio de su libre albedrío, decidir comprar, no comprar y/o qué comprar.
“De nueva cuenta nos dirigimos al Comisionado Nacional de la CONAMER, C. Alberto Montoya Martín del Campo para refrendar en público lo que a través de los distintos mecanismos de consulta hemos expresado respecto al Decreto propuesto por COFEPRIS que busca reformar, adicionar y derogar la Ley General para el Control de Tabaco, el cual sobreexcede al espíritu de la propia ley emanada del Poder Legislativo al buscar estirar la noción de publicidad con la exhibición de productos, ya que resulta bastante claro y obvio que exhibir mercancías legales no equivale a un acto de publicidad”, declaró Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
La venta de cigarros en los pequeños comercios representa un verdadero motor de ventas, promueve hasta un 25% del ticket mensual por su venta directa y las ventas indirectas que genera. Prohibir la exhibición de este producto significa sacar su venta a las banquetas y cruceros y fortalecer el mercado informal. La venta de cigarros de contrabando y piratas que evade al fisco no observa las reglas sanitarias ni de comercialización al tener como práctica normal la venta de cigarros sueltos, en perjuicio de los consumidores, de la endeble estabilidad del pequeño comercio, y provoca un mayor riesgo de salud pública, por lo que esta medida, lo hemos dicho en todos los idiomas posibles, es una medida contraproducente de “perder-perder” en donde perderemos todos.
Por ello, Señor Alberto Montoya, reiteramos nuestra solicitud de cara a la opinión pública de ser tomados en cuenta y sean consideradas nuestras razones y argumentaciones a la hora de emitir la resolución final de este decreto que busca reglamentar la comercialización de los cigarros en México. Ponemos al centro de este litigio comercial la postura del Poder Ejecutivo de la Nación: en México está prohibido prohibir, política pública señalada reiteradamente por el Presidente López Obrador, con la que tenemos plena coincidencia.
1 millón 200 mil puntos de venta; 2 millones de pequeños comerciantes, mayoritariamente mujeres trabajadoras; 5 millones de personas cuyo modus vivendi es esta actividad comercial: al unísono le pedimos enérgicamente que no complique más la situación por la que atravesamos, no pongamos más piedritas en el camino, no agreguemos más obstáculos a la anhelada reactivación económica del país. Señor Montoya, ¡déjenos trabajar! Por sentido común, el que no enseña, no vende y el que no vende, quiebra, por lo que no aceptamos esconder a la vista de nuestros clientes ninguna mercancía legal en nuestros negocios. A escondidas no, prohibido prohibir.
“Adicionalmente a esta problemática, a partir del mes de diciembre se empezarán a dejar sentir aumentos de cierre de año en distintos segmentos del mercado. Por ejemplo, en el caso de los refrescos, se incrementará su precio entre 1 y 2 pesos, por lo que todo indica que la inflación de los productos de alto consumo continuará su curso, azotando los bolsillos de los consumidores”, concluyó Rivera.