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Condenar o condonar

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Estos días estamos siendo bombardeados por los discursos del gobierno español, iniciados por la portavoz del gobierno de Pedro Sánchez, María del Pilar Alegría, y replicados por diferentes ministros, simplificando, falsamente, el discurso de condonar parte de la deuda fiscal, o condenar a las diferentes comunidades autonómicas, a sufragar íntegramente la deuda, como comentaré a continuación.

Estos días hemos visto que el trilero Pedro Sánchez ha seguido ejerciendo sus argucias, engañando a la ciudadanía en general, ya que, ‘asumiendo’ parcialmente la exigencia de ERC, ha acabado aplicando, nuevamente, el café para todos, así que ha condonado (perdonado) parcialmente la deuda fiscal, derivada de una deficiente financiación autonómica.

Es preciso destacar que, en realidad, no se trata de un perdón de esa deuda, si no que se trata de una mutualización de la misma, ya que la deuda ‘perdonada’, en realidad, es una deuda que deberá ser asumida, globalmente, en los presupuestos generales del estado (aunque no estén aprobados), pues las deudas, contablemente, no desaparecen, como es evidente.

Y todos sabemos que la revisión / actualización de la financiación autonómica, está caducada desde el año 2014, ya que los sucesivos gobiernos (PP y PSOE) han sido incapaces, políticamente, de actualizarla, a pesar de que la financiación autonómica tiene una finalidad fundamentalmente social (sanitaria, educativa, de seguridad, etc., es decir, aspectos básicos transferidos, en mayor o menor medida, según las diferentes comunidades)

Y que las comunidades autonómicas dirigidas por el PP, políticamente, hayan decidido ausentarse en el momento de la votación en el consejo de política fiscal y financiera, que otorga un voto de calidad del 50 % al gobierno, y el otro 50 % entre las diferentes comunidades autonómicas, no deja de ser un nuevo ridículo, ya que, con el voto del gobierno, más el de ERC, PNV, Junts, etc., ya es más que suficiente para aprobar dicha quita del déficit autonómico, sin comportar, por lo tanto, un prejuicio para la gran parte de las comunidades autonómicas gobernadas por el PP, que no podrían asumir, ante su electorado, rechazar esa quita, por corresponsabilidad con el PP estatal.

El aspecto realmente ridículo, es que ERC, empezando por su líder Oriol Junqueras, se prestasen a vender el ‘acuerdo’, como un gran éxito derivado de su negociación, cuando, en realidad, Catalunya se ‘beneficia’ de una quita del 19,24 % de la deuda, siendo, así, la penúltima comunidad autonómica en ese ‘beneficio’; las Islas Canarias se benefician con una reducción del 50,39 % de su deuda, Andalucía un 47,18 %, Asturias un 36,82 %, etc.

Evidentemente, toda burra se puede vender con diferentes ‘argumentos’, pues, en valores absolutos, tras Andalucía, con 18.791 millones de euros, Catalunya es la segunda ‘beneficiada’ con una quita de 17.104 millones de euros. Pero, por ejemplo, la comunidad de Madrid, que no tiene deuda con el FLA (fondo de liquidación autonómica) ‘gracias’ a la superfinanciación especial por el efecto de la ‘capitalidad’, tendrá, asimismo, una bonificación de 8.644 millones de euros.

En definitiva, por habitante, la ‘quita’ efectuada por Pedro Sánchez, se ha efectuado, casi linealmente, por habitante (5 comunidades, entre ellas Catalunya, 2.284 euros/habitante, siendo la media estatal de 1.892 €) 

La triste realidad es que Pedro Sánchez utilice los recursos del estado con fines partidistas, beneficiando, sobremanera, a la comunidad andaluza, al objeto de facilitar la futura campaña electoral de María Jesús Montero Cuadrado, vicepresidenta primera del gobierno, ministra de hacienda y secretaria general del PSOE en Andalucía; y esto es vergonzoso. Por eso, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, respondió que ese es el coste del alquiler para que Pedro Sánchez siga en la Moncloa.

Todo es un engaño, y lo esperpéntico es que ERC lo asuma como un éxito de su negociación para investir, en su momento, a Pedro Sánchez como presidente del gobierno.

Y más engaño todavía, cuando el gobierno español, ‘explica’ esa quita, comparándola con un perdón hipotecario, cuando todos sabemos que, nunca, nadie efectúa esa condonación en temas hipotecarios, vaya unos son los bancos.

Pero está claro, Pedro Sánchez, dominando todos los resortes del poder, abona la ‘flor que tiene en su culo’, para comprar todo tipo de voluntades; y lo penoso, es ver que ERC apoye y respalde sus tesis.

Volviendo al tema del ‘yo-piel’ del psicoanalista Didier Anzieu (1923 – 1999), que ya comenté ayer, es vergonzoso ver que el represor y útil vasallo, Salvador Illa, tome esa piel estatal, para ‘justificar’ el beneficio / progreso de Catalunya. E igualmente, que utilice su descafeinada ‘defensa’ del catalán, asumiendo los patrones nacionalistas españoles.

Los independentistas catalanes sabemos que esos nacionalistas españoles, potenciadores del ‘a por ellos’ (nosotros), son profesionales del odio, y nunca respetarán nuestra piel nacionalista, que incluye la lengua, como primer determinante.

El represor Salvador Illa puede hacer sus equilibrios truculentos, como la entrevista virtual con la presidenta del parlamento europeo, la maltesa Roberta Metsola Tedesco Triccas, para ponerse las medallas ante las críticas que la realidad impone; pero eso no es más que un nuevo arte malabar.

Así, Sánchez e Illa, pretenden seguir imponiendo su relato de la normalización de Catalunya (vaya estafa) pues los catalanes sabemos que si fueran sinceros y valientes, querrían ejercer con el desacomplejamiento que ejerce Trump, pero les faltan los votos para ello, ya que no tienen mayoría.

Los independentistas catalanes somos conscientes que nuestro ‘yo-piel’, es más amplio, como comenté ayer, e incluye nuestras ilusiones y deseos, es decir, nuestro futuro.

Y no nos contentamos con argumentos infantilizantes, como reducir la situación a la falsa controversia entre condenar / condonar; ya que, si tuvieran un mínimo de inteligencia y de pudor, el PSOE nunca utilizaría ese argumento, que constata que la actual infrafinanciación es una condena, pero la siguen aplicando a conciencia, ya que perjudica a Catalunya (por más que ERC y su monosabio Gabriel Rufián, quieran comprar esa tesis engañosa / mafiosa)

Desconocer, a sabiendas, que nuestras ilusiones son la independencia, la consecución de la República Catalana, sin los actuales problemas de financiación, es una manipulación truculenta, que intentan tapar con su permanente mensaje de ‘un gobierno para todos’, que nos presentan en todas sus comunicaciones.

No nos valen los discursos basados en el autoengaño. Sabemos diferenciar entre las mentiras (la persona es consciente de que no dice la verdad), y el autoengaño (aceptar como verdad una realidad que es falsa, sin ser consciente de ello); así, muchos catalanes, en su desconocimiento y/o nacionalismo español, no quieren o no pueden darse cuenta del engaño, por lo que se potencia el poder del autoengaño.

Es sabido que hay diferentes tipos de autoengaño, siendo el principal el funcional (cuando la persona se miente buscando convencerse de que su decisión es correcta); como explica muy bien la fábula de la zorra y las uvas, de Félix María de Samaniego, que no reproduzco, ya que la he utilizado en diferentes ocasiones, y no quiero repetirme más.

Por eso, debemos obviar los mensajes de los políticos, que se limitan a comentarios inconstatables, como, por ejemplo, utilizando términos como: cerca, lejos, mucho, poco, alto, bajo, grande, pequeño, pronto, tarde, etc. Cuando, lo que queremos, son datos objetivos; ya no nos conformamos con comentarios como un próximo regreso del president Carles Puigdemont y los demás exiliados, como se filtra de una pronta resolución del tribunal constitucional; queremos respuestas concretas, objetivas y contrastables.

No nos conformamos con soluciones como la anunciada por el PKK (partido de los trabajadores kurdos), mediante las declaraciones de su líder Abdullah Öcalan, capturado y preso desde el año 1999. No nos valen relecturas de la historia, rindiéndose al diálogo, como ha hecho ERC, pues eso es una traición a los ideales cuya defensa causó y causa tantas víctimas; y todo por ‘promesas de una autodeterminación’.

Por todo ello, debemos ser conscientes de nuestras limitaciones, pero, no por ellas, rendirnos, ni claudicar. Todo depende de nosotros, pues, dejarnos engañar con falsas promesas es traicionar a las víctimas que, desde 1714, defendieron a nuestro País