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Confrontación catalana

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

En todas las familias se dan momentos de fricciones a lo largo de su recorrido vital, pues las intrahistorias no siempre son ‘Days of Wine and Roses’ (Días de vino y rosas) (*); y, obviamente, en las familias políticas, como teóricamente son los partidos, también se presentan momentos de espinas: rivalidades, envidias, etc., igual que en cualquier núcleo familiar, como comento a continuación. 

(*) (película dirigida por Blake Edwards, en 1962, con Jack Lemmon, y Óscar a la música, de Henry Mancini). La mencionada película tiene como argumento la destructividad de las adicciones, en concreto, el alcoholismo; por lo que cabe puntualizar que he recurrido a mencionarla, por su título, que me ha parecido pertinente; y, por lo tanto, sin ningún interés en buscar cualquier otro tipo de elucubraciones derivadas.

Entrando en materia, me parece de interés resaltar la rivalidad entre los diferentes partidos teóricamente independentistas (Junts, ERC y CUP). Y eso es lógico y pertinente en períodos de normalidad. Pero, en períodos de confrontación con el estado español, me parece que sería más razonable que pospusieran sus discrepancias y buscasen la unidad entre los diferentes partidos, ya que sería la forma más operativa para maximizar nuestras fuerzas.

Y estos días, previos al inicio de la campaña electoral, vemos que todos los partidos independentistas ya han sacado sus cuchillos, bien afiliados, mostrando que prefieren el fratricidio (el cainismo), antes que el enfrentamiento directo con el estado.

En Catalunya hemos tenido situaciones críticas a lo largo de toda la historia, siendo preciso destacar dos momentos notablemente diferentes, pero relevantes, el primero con enfrentamientos sociales y el segundo más bien reducido a los ámbitos intelectuales:

1 – Neyrros i Cadells

Sobre el particular, reproduzco parte del texto que escribí en mi escrito titulado ‘Nuestros partidos independentistas ERC y JUNTS – los actuales NYERROS i CADELLS’, publicado el25/09/2022:

‘En este momento, me parece que estamos más próximos a la situación de finales del siglo XVI y principios del XVII. En ese período, la nobleza catalana estaba dividida en dos bandos: los Nyerros y los Cadells, en lucha constante, para controlar el territorio. Los Nyerros defendían los derechos de los señores, y los Cadells eran partidarios de los derechos de los campesinos y ciudadanos, si bien, no se puede simplificar tanto.

Originariamente, los dos bandos aparecieron en las luchas entre los señores de Arsèguel (Cadells) y los Banyuls de Nyer; al Conflent, comarca del norte de Catalunya, actualmente, bajo dominación francesa. La base de adhesión a un grupo u otro era según la tradición familiar, y no por ideología.

Los Nyerros: en los siglos XIII y XIV ya aparece en Vic el nombre de ‘narros’ o ‘nyerros’, dado al grupo capitaneado por Gilabert de Nyer, tuvieron su origen en Tomàs de Banyuls, señor de Nyer. Entre sus miembros destacados, estuvieron:

  • Alexandre d’Alentorn i de Botella (¿-1626), diputado militar de la Generalitat (1614-17);
  • Tomás de Banyuls i de Llupià (1556-1627), señor de Nyer.
  • Ramón de Guimerà i de Tamarit (1584-1653), barón de Abella.
  • Perot Rocaguinarda (1582-1635), bandolero.
  • Joan Sala i Ferrer (Serrallonga) (1594-1634), bandolero.

Los Cadells (robusters) ya en 1296 se habían enfrentado a los Nyerros, pues éstos apoyaron las pretensiones de los Moncada, para liberarse del vasallaje del obispo de Vic; mientras que los Cadells (robusters) apoyaron al obispo Francesc Robuster i Sala, siendo capitaneados por Bernat Cadell. Entre sus miembros destacados, estuvieron:

  • Galcerán Cadell (s. XVI)
  • Joan Cadell (¿-1594), señor de Arsèguel.
  • Francesc Robuster i Sala (1544-1607), president de la Generalitat de Catalunya (1581) obispo de Elna (1589-98) y de Vic (1598-1607)
  • Joan de Llupià i de Pagès (¿-1620), barón de Llupià y de Castellnou, señor de Vilarmilà.
  • Aleix de Marimón-Jafre i de Comallonga (¿-1643), gobernador de Catalunya (1613-39)
  • Gabriel Torrent de la Goula (Trucafort) (¿-1616), bandolero.
  • Coixard, familia de bandoleros que actuó en la Garrotxa, entre 1605 y 1616.

Durante la guerra dels Segadors, los nyerros estuvieron representados por Ramón de Guimerà y Jacint Vilanova. En la segunda mitad del siglo XVII, con la desaparición del bandolerismo, fueron diluyéndose ambos bandos.

Tras este rápido ‘viaje’ a siglos pretéritos, vemos que, efectivamente, la separación y confrontación fue crónica; por eso, y salvando las distancias, no nos ha de extrañar que, actualmente, no hayamos mejorado en este sentido.

Sería un ejercicio infantil, querer alinear a los Nyerros y Cadells con ERC y Junts, ya que cada época está caracterizada por su propia complejidad.

Pero, eso sí, la rivalidad y la cólera entre ambos bandos, es antropológica, ya que, como he señalado, Homero ya la cita en su primer verso de la Ilíada.

Por lo tanto, no nos ha de extrañar nuestra situación, pero deberíamos propiciar que los astros volvieran a confluir, que los partidos abandonasen, momentáneamente, sus intereses particulares y personales, y pensasen, exclusivamente, en Catalunya, como pasó con ‘Junts pel Sí’, pues la unión hace la fuerza, mientras que dividir es facilitar la victoria enemiga.

Nota: no tiene nada que ver ‘Nyerro’ con ‘Nyordo’ (de uso coloquial y jocoso, para referirse a los unionistas, que defienden EspaÑa)’

2 – Enzes contra ases

Si bien la anterior discrepancia ideológica entre ‘Neyrros i Cadells’ representó un enfrentamiento físico, con víctimas entre la ciudadanía (debidas alas luchas entre los señores de Arsèguel (Cadells, Cachorros) y los Banyuls de Nyer); el que nos ocupa ahora, ‘Enzes contra ases’ (embobados, bobos contra asnos, burros), fue, como he señalado, un enfrentamiento intelectual por la ortografía de la lengua catalana.

Sobre el particular me baso en el reciente libro de Alfred Bosch, ‘Obriu pas: l’epopeia dels que van salvar el català… a pesar d’ells mateixos’ (Abrid paso: la epopeya de los que salvaron el catalán… a pesar de ellos mismos) (editorial Columna, marzo del 2024); y, también, incluyo información de Wikipedia.

El autor resalta la importancia de los Juegos Florales (Jocs Florals, Jocs de la Gaia Ciència -Alegre Ciencia-), un certamen literario con origen en los ‘juegos florales o floralia’ (Ludi Floreales) instaurados en el año 173 a.C., en la antigua Roma en honor de la diosa Flora.

En Catalunya, el origen se encuentra en los que celebraba la Académie des Jeux Floraux en Toulouse de Llenguadoc (*), desde el año 1323 (Catalunya Nord, actual Francia), que, inicialmente, premiaba poemas en occitano (posteriormente se añadieron el francés y el catalán)

(*) Llengua d’oc, lengua que tiene la expresión ‘oc’ como expresión del ‘si’

En Barcelona volvieron a instaurarse en mayo de 1859, gracias a las iniciativas de Antoni de Bofarull i Brocà (1821 – 1892) y de Víctor Balaguer i Cirera (1824 – 1901), con el lema ‘Patria, Fides, Amor), en alusión a los tres premios ordinarios: la Flor Natural o premio de honor, que se otorgaba a la mejor poesía amorosa, la Englantina de oro a la mejor poesía patriótica y la Viola de oro y plata, al mejor poema religioso. El ganador de los tres premios era investido con el título de Mestre en Gai Saber.

En este marco se manifestaron posiciones diferenciadas respecto al modelo de la lengua: contemplar todos los modelos dialectales, el modelo de los siglos XVI y XVII más el dialecto utilizado en Barcelona; y únicamente contemplar el catalán barcelonés del siglo XIX.

Alfred Bosch analiza las notables personalidades de:

Étienne Frédéric Mistral (natural de Provença, 1830 – 1914), autor del diccionario ‘Lou tresor dóu felibrige’, el diccionario más completo de la lengua occitana; que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1904 por su obra Mirèio (Mireia). Un autor controvertido e interesado, pues, de defender la ortografía clásica occitana, pasó a recoger la influencia francesa (en oposición a la utilizada por los trovadores), giro fruto de su controvertida ideología política, que acabó siendo totalmente conservadora.

Como señala Bosch: ‘Mistral se fue hundiendo en el integrismo, ya que, tras la Comuna de París, se juntó con intelectuales defensores de la bandera tricolor francesa que reclamaban la vuelta a la tradición. Con gente como Degas, Renoir, Verne y Barrès, creó la Ligue de la Patrie, el germen de lo que sería la ultraderecha francesa. A raíz del caso Dreyfuss, un célebre caso de antisemitismo en el ejército, se apuntaron con ganas al discurso antijudío, racista, misógino y antisocialista del momento (…) Fueron ellos, los ‘lletraferits’ patrióticos, los que pusieron la base del fascismo galo. El joven Charles Maurras, otro provenzal rural, recogió su testimonio y creó Action Française, el órgano de la ultraderecha que desembocó en Pétain, el acuerdo con los nazis y la Francia de Vichy (…) el Premio Nobel, por su obra Mireia, escrita 45 años atrás (que ocasionó un fuerte rechazo en Catalunya, que conocía el personaje), lo debió compartir con el español José Echegaray, en base a los compromisos de estado (…)’     

Víctor Balaguer i Cirera (Barcelona, 1824 – 1901), autodenominado ‘Lo trovador de Montserrat’, fue uno de los impulsores del movimiento de la ‘Renaixença Catalana’, un movimiento cultural y literario catalán del siglo XIX (1833 – 1892), con la voluntad de hacer renacer (renéixer) el catalán como lengua literaria después de siglos de diglosia respecto al castellano (período denominado ‘Decadència’; movimiento paralelo al Rexurdimento gallego, el Resurdimientu asturiano o el Felibrige en Occitània.

Víctor Balaguer fue presidente de la Diputació de Barcelona, diputado y senador, ministro de Ultramar y Fomento, en diferentes etapas (durante el reinado de Amadeo de Saboya y, después, en la Primera República española, en el gobierno de Práxedes Mateo Sagasta, 1825 – 1903), gracias a su amistad con el general Joan Prim i Prats (1814 – asesinado en Madrid el 1870). Por haber participado en la conspiración encabezada por dicho general, se exilió a la Provença entre 1865 y 1867, y allí conoció a Mistral

Pues bien, las diferencias entre ‘enzes i ases’, ya comentada, se centraron en distintos aspectos: la confrontación entre el ‘oc’ y el sí’, pero, todavía más, la controversia entre los que defendían escribir el plural femenino con ‘as’ o ‘es’ (de ahí el sobrenombre de ‘ases’), pues, unos defendían ‘les noies maques’ y otros ‘las noias macas’

Según Bosch: ‘La guerra de los enzes contra los ases estaba absorbiendo las almas más inspiradas de la lírica catalana. Casi de odiaban más que los carlistas y los liberales. Las discusiones se escamparon por todos lados, en los bares y las tertulias, en el consistorio de los Juegos Florales, en la Jove Catalunya, y en la revista La Renaixença, dirigida por Àngel Guimerà i Jorge (1845 – 1924) y Pere Aldavert i Martorell (1850 – 1932) (…) el problema fue que, con aquellas broncas viscerales, la Renaixença y la catalanidad renacida se había partido en dos. La disputa entre los ‘enzes’ y los ‘ases’, a partir de una simple discrepancia ortográfica, amenazaba tempestades entre personas que amaban con locura la literatura y la lengua.  Los años eran muy movidos, ciertamente: una república que saltaba por los aires, revueltas y huelgas, enfermedades y epidemias, los de montaña a golpe de trabuco y los de ciudad a golpe de bayoneta… Pero precisamente por eso, en medio de tanta penuria, era todavía más lamentable que los hombres ilustrados se dieran bofetadas de aquella manera.

¿Cómo se había llegado a aquel punto? ¿cómo se había producido eso, poco después de retomar la lengua catalana? ¿cuál era el origen de la confrontación fratricida entre gente que, en principio, defendía la misma noble causa y se preocupaba, con la misma intensidad, por el idioma? ¿era la pasión, la explicación de tanto acaloramiento? ¿qué podía importar una sola letra, una ridícula vocal de diferencia?

(…) Una aventura y un enfrentamiento que duró casi un siglo y que finalizó con el ‘seny’ (la cordura) del maestro Pompeu Fabra i Poch (1868 – 1948) (…)’

Pido perdón por tan larga exposición, pero me parece que podemos hacer un paralelismo entre esas discusiones viscerales por la ortografía catalana, y las actuales discusiones, no menos viscerales, por alcanzar la presidencia de la Generalitat, por parte de Junts y ERC (enzes i ases o ases i enzes, indiferentemente, o nyerros i cadells o viceversa), salvando las enormes diferencias.

Y me parece claro que, si la controversia ortográfica finalizó con la fuerte personalidad y formación intelectual de Pompeu Fabra, ahora, creo que ese papel lo ha de representar Carles Puigdemont, el president legítimo de la Generalitat, destituido de forma ilegítima por el estado español.

Pero, claro, Fabra estableció e impuso un diccionario (Diccionari General de la Llengua Catalana, 1931), que incluso hoy día sigue siendo fundamental; y, siguiendo con el paralelismo, Puigdemont debería encontrar los acuerdos precisos entre todos los independentistas, para conseguir la precisa, efectiva y definitiva confrontación con el estado español.

La alternativa sería mantener el statu quo dentro del reino español. El mencionado Mistral, consideraba el catalán como derivado del ‘llemosí’ (en occitano, ‘lemosin’), un dialecto occitano, y quería incluir a nuestra literatura en el Felibritge (Felibrige según la norma de Mistral); es decir, todo lo necesario para ningunear la ‘personalidad’ de lo que huela a catalán. Y el reino español pretende castellanizarnos. Así que todo depende de nosotros, de nuestro voto del próximo 12 de mayo, pues hemos de ser conscientes de que todo lo tenemos en contra nuestra.