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Conmemoró UAEMéx 68 aniversario luctuoso de Horacio Zúñiga

• Al dar lectura a la semblanza del escritor y periodista, el académico Ricardo Joya Cepeda afirmó que Zúñiga Anaya dio al Instituto Científico y Literario, a la UAEMéx, uno de sus tesoros más preciados, el himno universitario.

Toluca, Méx; 14 de septiembre de 2024. La obra de Horacio Zúñiga Anaya es universal como la universidad misma, afirmó el académico de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Ricardo Joya Cepeda, durante la ceremonia conmemorativa al 68 aniversario luctuoso del escritor, periodista, docente y orador, que encabezó el rector Carlos Eduardo Barrera Díaz.
En este evento, que se llevó a cabo en el Aula Magna “Lic. Adolfo López Mateos”, Joya Cepeda recordó que Zúñiga Anaya “dio al Instituto Científico y Literario, a la UAEMéx, en el marco de su primer centenario, en 1928, uno de sus tesoros más preciados, que sintetizan de manera poética y excelsa su identidad, nuestro himno universitario”.
Asimismo, aseveró que junto con Andrés Molina Enríquez, José Vasconcelos y Gustavo Baz Prada, Horacio Zúñiga fue uno de los alumnos más destacados del Instituto. Como estudiante tuvo una visión crítica y vanguardista que contribuyó, sin duda, al progreso del Instituto.
De igual manera, destacó que su vocación cultural y humanista le llevaron a fundar en 1916 la revista Juventud, cuando era un joven de solo 20 años, publicación en la que compartía la visión de un grupo cultural, que de acuerdo con Inocente Peñaloza, quien fuera cronista de la UAEMéx, también estuvo conformado por el poeta Enrique Carniado, el arquitecto Vicente Mendiola Quezada y el pintor Pastor Velázquez, de quienes tomó y abrevó conocimiento y motivación.
Indicó que como docente de instituciones como la Escuela Normal de Maestros, la Escuela Nacional de Comercio, El Colegio Mexicano y el Instituto Científico y Literario de Toluca, Zúñiga ejerció la labor principal de un docente: inspirar a sus alumnos.
Finalmente, Ricardo Joya Cepeda sostuvo que parte de su pensamiento y corazón trascendió en las mentes de Octavio Paz, de José Muñoz Cota y de jóvenes que se formaron en la Escuela Nacional Preparatoria.