· El impacto del PACIC es nulo, dejando a las familias mexicanas a la deriva en el intento de hacer rendir su poder adquisitivo ante la escalada inflacionaria.
· Ya no se compran pechugas, piernas y muslos, el consumo cárnico mexicano se reduce a la adquisición de vísceras, alitas y pescuezos.
· Las familias han sacrificado la calidad de los productos para su alimentación y se han visto obligados a consumir a granel.
Ciudad de México a 31 de Mayo del 2022.- A un mes de haberse anunciado el Paquete Contra la Inflación y Carestía (PACIC), cuyo objetivo pretende anclar precios máximos en el mercado de 24 productos esenciales de la canasta básica, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) considera que no ha logrado contener el alza de precios y las amas de casa responsables de realizar las compras de alimentos en el hogar continúan haciendo verdaderos malabares, cuasi acrobacias, para conseguirlo, ya que el impacto del PACIC a la fecha es prácticamente nulo. Estos son algunos de los recursos que las amas de casa se ven obligadas a tomar, buscando hacer rendir su anémico poder adquisitivo ante la escalada inflacionaria:
· En lo que respecta a frescos, que son frutas, verduras y legumbres, han dicho adiós a la compra de productos de primera calidad y han orillado su consumo a productos maduros de 3ª y hasta 4ª calidad, de bajos nutrientes y no buen sabor.
· En cuanto a los cárnicos están comprando vísceras, alitas y pescuezos, quedando atrás las pechugas, piernas y muslos.
“Qué decir del bistec de res que mucha gente empieza a sustituirlo por carne de caballo por barata, no importando que sea dura y de sabor dulce y exija mayor cocimiento y condimento para lograr que la familia se la coma. Sin dejar de señalar que este consumo emergente de carne de caballo es de alto riesgo sanitario, ya que los rastros no están regulados adecuadamente para la matanza de estos animales. Estos consumos emergentes son atribuibles a aquellos que los logran hacer, puesto que amplios segmentos de la población, por insolvencia, simplemente han suprimido de su dieta a la proteína animal”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
· Otra parte de la despensa, la de los granos, se están surtiendo a granel dejando a un lado las presentaciones de marca y no importando la merma y la mala calidad del producto. Aquí se debe anotar al frijol, arroz, azúcar, lenteja, cereales, sal, entre otros; hasta el alimento de mascotas ahora se compra a granel.
· Recientemente, en lo que respecta a los lácteos (este 29 de mayo se celebró el Día Mundial de la Leche), los consumidores enfrentan un mercado de leche adulterada y de mala calidad, además de encarecido, de ahí la tendencia a la baja en su consumo.
· De la despensa han sido canceladas muchas latas y embutidos, productos de combate por su consumo intensivo.
· El huevo, cebolla, chile y aguacate, entre otros, cada vez se compran más por pieza y no por kilo.
Esta radiografía del abaratamiento del consumo describe la emergencia económica que se atraviesa por su debilitado poder adquisitivo y lo encarecido de los alimentos que en muchos casos obliga a abstenerse de comprarlos.
“Lo anterior sale al aire para hacer notar y dejar constancia de la enorme diferencia que existe en el día a día de un ciudadano de a pie y la cotidianidad de los funcionarios de cuello blanco de las distintas instituciones gubernamentales, quienes se atreven a decir con total desparpajo y despreocupación que la población podrá apreciar y disfrutar los efectos esperados del PACIC, en materia de precios, en unos 3 o 4 meses más”, enfatizó Rivera.
Esta frivolidad e insensibilidad de las élites gubernamentales ante la emergencia alimentaria que sufre la población no permite racionalidad alguna y aplica lo que sentencia el coloquio popular: “Pero hay un Dios…”.