No solo es escaso, sino también volátil. Uno de los desafíos más grandes que enfrenta la industria de software está relacionado con el talento. Por un lado, es difícil de obtener: el déficit de habilidades tecnológicas es un fenómeno que se replica en todos los rincones del mundo. Además, la aceleración de la transformación digital impulsada por la pandemia en 2020 y consolidada desde entonces, solo vino a profundizar esta situación.
Por otro lado, el talento digital también es fugaz. Un informe de Devskill actualizado en mayo de 2021 asegura que la industria de la tecnología tiene la tasa más alta de rotación del mercado: el promedio global gira en torno al 10%, y en latinoamérica llega a ser hasta más del doble de ese porcentaje. En simultáneo, el auge del home office impulsó a que las personas puedan trabajar para empresas ubicadas en cualquier lugar del mundo, y esto incrementó la lucha por el talento entre las organizaciones. Sin embargo, ¿es posible disminuir esa cifra? La respuesta es sí.
Nada como una buena experiencia de trabajo
Si bien no existe una receta mágica, algunas prácticas demostraron dar resultado.
Además de un salario competitivo a nivel mercado -factor que continúa siendo uno de los aspectos más importantes a la hora de cambiar de trabajo- las nuevas generaciones se han adueñado de un nuevo concepto: el trabajo es sólo una parte más de la vida. Por eso, buscan integración entre la vida personal y la laboral, proyectos desafiantes, oportunidades para el desarrollo de la carrera, y fundamentalmente, que exista un alineamiento entre los valores de la persona y los de la organización: una encuesta realizada por JWT Inside detectó que el 96% de los encuestados estuvo de acuerdo con este punto en particular.
Asimismo, los beneficios que ofrecen las empresas están a la orden del día: desde días extra de descanso -que incluyan una desconexión digital total- hasta bonos por resultados o desempeño, pasando por planes especiales para padres y madres, encuentros sociales -virtuales o presenciales- con miembros del equipo que vivan en la cercanía, créditos y descuentos para comidas o vestimenta, regalos de cumpleaños o en fechas especiales… La cobertura de salud premium y las guarderías infantiles también suelen ser muy atractivas.
Lo mejor de dos mundos
Una alternativa que el talento valora mucho es la propuesta que involucra lo mejor de dos mundos: la flexibilidad de trabajar desde la propia casa (modelo freelance tradicional) combinada con la seguridad, la contención y la colaboración que se obtiene trabajando dentro de un equipo en una organización. Hoy en día, la certidumbre tiene gran peso: en un modelo con estas características, el contrato no se realiza por un proyecto puntual, sino que el desarrollador comienza a formar parte del equipo de trabajo de su empresa para construir una relación a largo plazo y lograr influencia en la toma de decisiones y en el desarrollo del producto. En nuestra experiencia, haber apostado a estas mejores prácticas tuvo su resultado: desde nuestros inicios en 2018, la tasa de rotación oscila alrededor del 5%, muy por debajo del promedio de la industria.
En resumen, para cualquier empresa con intenciones de crecer y sobrevivir en un mundo cada vez más data driven, debería ser prioridad no solo la estrategia para captar la atención de ese talento digital tan escaso -y bombardeado con ofertas laborales diariamente-, sino también el genuino interés por mejorar cada día más el bienestar de las personas y acompañarlas durante su desarrollo personal y profesional.