Desde que se dio a conocer el resultado positivo por COVID-19 del presidente Donald Trump, he puesto en duda su veracidad, al grado de preguntar si realmente el mandatario dio positivo o fue ésta sólo una estrategia para dejar de lado el tema del debate dónde tuvo sus buenos tropiezos. Y es que siendo honestos, la gente tendrá mucha mayor empatía por un hombre de la tercera edad enfermo que por un hombre arrogante que, como es su costumbre, descarga su furia en redes sociales.
Tal vez es esta empatía a la que está apelando su equipo de campaña pues al menos hasta el día de ayer algunas encuestas ponían a su contrincante Joe Biden con un 16 por ciento de ventaja. Lo cierto es que si bien el objetivo era encontrar en el pueblo un poco de simpatía, este no se logró como se esperaba ya que el mandatario salió a los pocos días del hospital –y del aislamiento por así decirlo- y, en un acto de “rebeldía”, se quitó el cubrebocas para saludar a las cámaras cuando ingresaba a la casa blanca, como haciendo ver su inmejorable estado de salud. Y aunque muchos lo han tachado de irresponsable y esto no favorece su imagen, también hubo muchos estadounidenses que vieron en él a un “superhéroe” que ni la enfermedad que ha matado a millones en el mundo –más de 200 mil sólo en EEUU- puede doblegar; Entonces, realmente ¿cuál era el objetivo? ¿cuál es el mensaje?
Veámoslo de la siguiente manera, Trump sabía que estaba infectado mucho antes de hacerlo público y aún así tuvo la osadía de twittear que llevar mascarillas era de cobardes. Al salir del hospital, dos días después de su ingreso, salió con su equipo de seguridad –exponiéndolos al virus- para ver a sus fans: él era victorioso de una enfermedad que, seguramente, aún no había superado.
Y ciertamente, desde fuera uno podría pensar que todos estos “errores” o “exabrutos” de Trump harán que pierda las elecciones, sin embargo no es así, al menos no del todo. El mensaje que está dando el Presidente Trump es uno de victoria muy apegado al estilo norteamericano al grado de que, a pesar de los “arranques” que tiene Trump en redes sociales -Twitter principalmente-, muchos de sus seguidores se mantienen leales como, por ejemplo, aquellos supremacistas blancos -como los ahora famosos Proud boys mencionados en el debate presidencial-.
Ahora, para entender las acciones de Trump, tenemos que entender a su audiencia y antes que nada recordar que ésta tomará decisiones principalmente basada en sus emociones sobretodo emociones momentáneas; así él se dirige, de momento, a una audiencia votante que tiene miedo de un virus del que no se puede defender y por el que miles en su entorno han perdido la vida. Él, por su parte, es tan fuerte y tiene tal capacidad que en tan pocos días logró superar la enfermedad y por lo tanto, él y sólo él puede reconfortar, cuidar y pelear contra el nuevo enemigo ¿Votaría usted por él?