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CUARESMA 2024: » VERDADERO VIACRUCIS» 20.26% encarecen pescados y mariscos, 45.88% legumbres y vegetales

·         Comprar los alimentos para la Cuaresma puede llegar a costar hasta $2,461.06.

·         En comparación con los costos de la Cuaresma pasada, estos productos tuvieron un aumento promedio de 17.88% en mercados o centrales de abastos y de 20.26% en supermercados.

·         En leguminosas y vegetales, los costos por kilo han tenido un aumento de hasta el 156.99% respecto al año pasado.

Ciudad de México a 19 de febrero de 2024.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) llevó a cabo un estudio de mercado sobre el costo de los alimentos típicos de la Cuaresma, encontrando los siguientes costos por kilo: camarón crudo desde $268.54 hasta $365.23; camarón pacotilla desde $242.00 hasta $284.65; surimi desde $134.00 hasta $156.67; mojarra desde $105.67 hasta $118.34; pulpo desde $255.00 hasta $323.50; salmón desde $359.67 hasta $421.24; sierra desde $165.50 hasta $189.78; huachinango desde $245.00 hasta $273.32; medallón de atún desde $245.33 hasta $328.33; los primeros precios corresponden a los encontrados en el mercado o central de abastos y los segundos, a los que encontramos en los supermercados.

Así, surtir esos productos en el mercado o central de abastos podría llegar hasta los $2,020.71, lo que implica un aumento de 17.88% en comparación al año pasado cuando el costo era de $1,743.59, mientras que comprar la proteína de mar en el supermercado aumenta el ticket a $2,461.06, que significa un incremento de 20.26% respecto al año pasado, cuando lo mismo se compraba en $2,055.70.

“Este año la Semana Santa es tempranera, llega en los últimos días de marzo y con ella toda la liturgia de rituales eclesiásticos, incluso con temas de alimentación. En época cuaresmeña se prioriza el consumo de la proteína de mar (pescados y mariscos) y se comen menos las carnes rojas. La población se encuentra directamente con una realidad recurrente y fastidiosa propia de las condiciones del mercado actual, el encarecimiento de la vida expresado en los altos costos de los alimentos, que se harán presentes con toda su fuerza elevando los precios de los principales insumos de esta temporada”, recalcó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

Esta situación obliga a muchos hogares a buscar el plan B, preparar menús cuaresmeños que no incluyen la proteína de mar porque que no les alcanza para comprarla. Terminan por servirse en las mesas platos prácticamente vegetarianos, viéndose favorecida la ingesta de leguminosas como lentejas y habas y vegetales como tomate, cebolla, limón, aguacate y papa, que tampoco se libran de los efectos de la inflación alimentaria que nos flagela.

Respecto a las leguminosas y vegetales más socorridos los costos por kilo van de: lentejas $37.23, habas $108.43, aguacate $53.62, papa $38.61, tomate $46.44, cebolla $53.12 y limón $34.10. En promedio, la variación respecto a los costos del año pasado es de $45.88%; sin embargo, destaca que el tomate y la cebolla son los productos con mayor alza de precio, el primero con incremento de 84.14% y la segunda 156.99%.

“En esta cuaresma, indudablemente, los consumidores mexicanos que así lo quieran buscarán asirse al mundo de la fe. Durante la pandemia de COVID era común oír decir que lo que vivíamos parecía guion de película de Hollywood en tiempo real, no dábamos crédito a lo que estábamos sufriendo, de tal suerte que a partir de ello todos buscamos la mejor forma de aferrarnos a la vida, nos volcamos a nuestras creencias y nos amarramos a ellas. En estos tiempos postCOVID buscamos la manera de robustecer nuestra existencia ante la fragilidad de nuestro deambular en estas tierras”, comentó Rivera.

Este es el escenario de la vigilia de este año. Con todo ello, esta época es para reflexionar sobre nuestras vidas, inspirados en la pasión de Cristo que vivió el viacrucis de su crucifixión, levantándose estoico de tres caídas que anunciaban su desfallecimiento, demostrando su fuerza y su entrega total para lograr que la humanidad pudiera vivir dentro de los valores de humildad y generosidad. La enseñanza de todo esto, que perdura hasta nuestros días, es que ante la adversidad debemos ser capaces de levantarnos, derrotar la enfermedad y lograr una mejor calidad de vida para nuestras familias, consiguiendo más temprano que tarde precios justos de los alimentos de consumo esencial.