5 de junio de 2025. En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente y del Día Internacional de la Lucha contra la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (INDNR), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México destaca los avances del proyecto Del anzuelo al plato, que acompaña a comunidades pesqueras en tres regiones clave del país para transitar hacia una pesca más justa, sostenible e incluyente
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El proyecto, impulsado por FAO México y financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), se implementa actualmente en Baja California Sur, Jalisco-Nayarit y Quintana Roo. Su objetivo es fortalecer los medios de vida de pescadores y pescadoras artesanales, proteger la biodiversidad marina, y promover sistemas alimentarios más resilientes.
A un año de su implementación, Del anzuelo al plato ha facilitado procesos de capacitación, talleres participativos y articulación entre instituciones como FAO, WWF México, CONANP, CONAPESCA e IMIPAS y organizaciones comunitarias. Especial atención se ha dado a la participación de mujeres y jóvenes, así como al impulso de cadenas de valor sostenibles.
La pesca sostenible se construye en comunidad, generando confianza y corresponsabilidad, y este proyecto avanza porque busca generar soluciones junto a quienes viven del mar; impulsando la cogestión pesquera y la inclusión de diversas formas de aprovechar los recursos marinos. Esta labor se lleva a cabo gracias al trabajo coordinado entre las cooperativas pesqueras, las instituciones participantes y la Unidad de Gestión del Proyecto.
A un año del arranque del proyecto, aún se tiene un largo trecho por andar, pero mientras esto sucede, en las comunidades donde se implementa, las voces de sus habitantes reflejan entusiasmo y compromiso: “Si hacemos equipo entre todos, entenderemos mejor la actividad pesquera”, comentó Verónica Vega, pescadora de la cooperativa Vigía Chico en Quintana Roo.
En este Día Mundial del Medio Ambiente, Del anzuelo al plato reafirma su convicción de que la transformación ambiental solo es posible cuando los derechos, saberes y aspiraciones de las comunidades pesqueras son reconocidos, fortalecidos y respaldados con acciones concretas
