· ANPEC da a conocer los hallazgos encontrados por su Encuesta #21 “Desafíos a Resolver 2024-2030” en el pequeño comercio de México.
· Respecto a las elecciones federales, el 76% de los encuestados afirmaron que acudirán a las urnas a emitir su voto y el 54% confía en que las elecciones se llevarán a cabo con paz y seguridad.
· De los resultados obtenidos en la encuesta, se establecen tres grandes demandas del pequeño comercio hacia el sector público: seguridad, tarifa preferente en el servicio de energía eléctrica y apoyo crediticio.
Ciudad de México a 09 de abril de 2024.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) da a conocer los hallazgos encontrados por su Encuesta #21 “Desafíos a Resolver 2024-2030” en el pequeño comercio de México. Este estudio cualitativo se realizó de manera domiciliada, presencial en cada punto de venta, levantándose 2100 entrevistas en los 32 estados del país del 25 de marzo al 05 de abril de este año.
El objetivo de esta encuesta, como su título lo indica, es establecer las principales líneas estratégicas de acción para el fortalecimiento del principal canal de abasto del país, cuya huella es de más de 1,200,000 puntos de venta, generador de 2,000,000 de autoempleos, sustento de 5,000,000 de personas y garante del 52% del abasto nacional. Amén de esto, ¿por qué es relevante robustecer la actividad del pequeño comercio en nuestra sociedad?
“Nuestro país no es ajeno al proceso de gentrificación que viven la mayoría de las ciudades del mundo, fenómeno de migración y repoblación al interior de los centros poblacionales, que al pasar del tiempo quedan deshabitados para volver a repoblarse porque los vacíos no existen. Este desarrollo urbano moderno fundamentalmente es vertical y su uso de suelo es mixto para acercar a la vivienda los distintos giros comerciales de servicio y consumo que las familias demandan”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Esta transformación de las ciudades lleva a la recuperación y apropiación de los espacios públicos por parte de los ciudadanos, sin que exista una mejor fórmula para abatir la inseguridad pública que las personas deambulando por sus banquetas, plazas y parques, haciendo suyo el entorno. Con la gente en movimiento se atajan los índices delictivos que encuentran su mejor oportunidad en la oscuridad y lugares solitarios; con la proximidad comercial se gana tiempo al evitar desplazamientos, se ahorra dinero y hay menos desgaste.
El pequeño comercio impulsa el consumo local reanimando su economía, realiza una mayor derrama y robustece la miga comunitaria. Por todas esas razones y más, el fortalecimiento del pequeño comercio en nuestra sociedad es una acción estratégica de ganar-ganar al elevar nuestra calidad de vida y mejorar nuestra convivencia.
Al final del día, se trata de demostrar y demostrarnos cotidianamente que podemos vivir juntos. Por eso ANPEC es una organización que busca hacer valer los derechos, aspiraciones y que sean atendidas las necesidades de esta actividad social. La mencionada Encuesta #21 abona en esa dirección, definiendo tres grandes hilos estratégicos para este fin. El pequeño comercio demanda del sector público, especialmente del futuro gobierno federal, la atención y solución a los siguientes problemas:
1.- Seguridad. La violencia que trastoca la paz social en más de dos terceras partes del territorio nacional perturba la actividad del pequeño comercio que vive desde el robo hormiga, asaltos con violencia con armas punzocortantes o de fuego, horarios acotados con operación en punto de venta enrejado, extorsiones por cobro de derecho de piso, entre otras situaciones, las cuales conforman un coctel de inseguridad que obliga a trabajar en condiciones de excepción y obstaculizan aún más la labor de garantizar el abasto de proximidad y encontrar el punto de equilibrio para hacerlo.
2.- Tarifa preferente en el servicio de energía eléctrica. Uno de los factores que más presionan la operación de los pequeños comercios en nuestro país es lo elevado del recibo de la luz, lo que estresa y complica de sobremanera el punto de equilibrio de los pequeños negocios, batallándose permanentemente para lograr pagarlos. Por ello, estamos prestos a impulsar que se presente una iniciativa en el poder legislativo, en la Cámara de Diputados, para la discusión y aprobación de una tarifa preferente de la energía eléctrica a los pequeños comercios que la vuelva más asequible y sea un tanque de oxígeno para la operación de estos negocios.
3.- Apoyo crediticio. Se requiere de una puerta crediticia giratoria, un fondo revolvente que ofrezca líneas de crédito para que los pequeños comerciantes las puedan utilizar y cultivar para el desarrollo de sus negocios. Esta medida se justifica plenamente por la exclusión financiera que viven por parte del sistema bancario, los considera como un alto riesgo, negándoles crédito alguno. El pequeño comercio, como cualquier empresa, necesita estos apoyos para el desarrollo y florecimiento de su operación, por lo que la creación de un fondo crediticio revolvente que le dé aliento es una acción inaplazable.
Estos son los tres pilares de un universo mayor de necesidades y obstáculos, como las prohibiciones comerciales, que acarrean especulación, mercado negro, informalidad e inseguridad, afectando la microeconomía y complicándole un consumo asequible a la ciudadanía de a pie, del esfuerzo, del trabajo, a la población más vulnerable y de mayor necesidad.
Por otro lado, no estorba señalar la urgencia que tiene nuestro país de incluir de manera eficaz y verdadera a la mujer en el contrato social, pues es importante señalar que la actividad del pequeño comercio se realiza fundamentalmente por mujeres: el 70% de estos negocios son llevados por ellas, que ahora se han convertido en jefas de familia, otra bondad que se logra al robustecer esta actividad.