Desfachatez española

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El próximo domingo, 21 de abril, se realizarán las elecciones en el País Vasco y, claro, en las campañas electorales aflora lo peor de los partidos políticos concurrentes, y así, hemos visto cómo el PSOE y el PP han sacado a la palestra el tema de ETA, como explico en este escrito.

La organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA) (País Vasco y Libertad) fue un grupo armado que efectuó actos de terrorismo desde el año 1958 hasta el 2018, con una ideología nacionalista vasca e independentista de izquierda abertzale.

Con sus acciones causaron 864 asesinatos (entre ellas, 22 niños) y entre los que cabe destacar a Melitón Manzanos (jefe de la policía secreta y represor de la oposición franquista, a Carrero Blanco (el almirante jefe de gobierno de Franco); el atentado contra la terminal T4 del aeropuerto de Barajas o el atentado de Hipercor en Barcelona, etc.; más de 3000 heridos y 86 secuestros y extorsiones (10.000 empresarios debieron pagar el ‘impuesto revolucionario’). Su primera actuación violenta la realizó el 18 de julio de 1961 (al intentar descarrilar un tren que transportaba a un grupo de franquistas que viajaban a San Sebastián (Donostia), para conmemorar el 25 aniversario del golpe de estado de julio de 1936), su primer asesinato el 7 de junio de 1968, y el último el 16 de marzo del 2010.

ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada el 20 de octubre del 2011, se desarmó en abril del 2017, y el 3 de mayo del 2018 anunció su disolución.

Ahora bien, no es correcto analizar su historia de forma unilateral, es decir, sin contemplar la actuación del terrorismo de estado, especialmente del GAL (grupos antiterroristas de liberación) dirigidos por Francisco Álvarez, jefe de la lucha antiterrorista, durante los años 1983 y 1986.

El Gal era un grupo armado parapolicial español, con origen en el Cesid, precursor del actual CNI, centro nacional de inteligencia) que practicó la guerra sucia (vaya sinrazón, como si hubiera alguna guerra limpia), con la colaboración de los responsables del gobierno español, dirigido por Felipe González (con toda seguridad, la ‘X’ nunca reconocida ni juzgada)

Organizaciones como Amnistía Internacional, sin dejar de condenar las acciones de ETA, también se mostraron críticas con la política antiterrorista del gobierno español, en particular el régimen de incomunicación, el maltrato, torturas (asfixia, agresiones sexuales, golpes o presión en los testículos, sal en las heridas, descargas eléctricas, exposición al frío, amenazas a familiares, etc.) y asesinatos; acusaciones que el gobierno denunciaba que eran falsas, que las lesiones mostradas habían sido autoinflingidas.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó hasta en ocho ocasiones al estado español; la Organización de las Naciones Unidas (ONU) envió en varias ocasiones a España a Theo van Boven y Martín Scheinin, en función de relatores contra la tortura, que informaron que se conculcaban derechos humanos, que debería modificarse el régimen especial de la audiencia nacional, ya que no permite recurrir ante un tribunal superior, y que la tendencia de calificar como terrorismo delitos que no lo son, generalizando, así su represión, comporta que ‘cuando se empieza a caer por esa pendiente se corre el riesgo de conculcar muchos derechos’.

El Comité Europeo para la prevención de la tortura (CPT), órgano del Consejo de Europa, informó de las torturas y violaciones de Beatriz Etxebarría; el TEDH condenó a España por ese caso y por el de María Atxabal, etc.

(fuente Wikipedia)

El objetivo de este escrito no es el de resaltar las animaladas (por llamarlo de algún modo despectivo, si bien los animales no llegan a hacer esas acciones con sus congéneres) de uno y otro bando. Ni buscar ‘explicaciones’ para ellas.

El objeto es, precisamente, resaltar la desfachatez de los políticos españolistas (del PSOE y PP) para ‘aprovecharse’ maliciosa y unilateralmente, de las acciones realizadas por ETA, para descalificar a EH Bildu (Euskal Herria Bildu) (Reunir el País Vasco), ahora, en estas elecciones de pasado mañana.

EH Bildu fue creado en 2012, si bien su antecedente ‘Democracia Tres Millones’, no pudo presentarse a las elecciones del 2009, por haber sido ilegalizado, lo que permitió que el PSOE y el PP pudieran ganar las elecciones (por primera y última vez), nombrando lehendakari a Patxi López (PSOE)  

Una vez legalizado, en las elecciones del 2012 al Parlamento Vasco, EH Bildu obtuvo el 24,67% de los votos; en 2016, el 21,13%, y en el 2020, el 27,60%.

Este próximo domingo, los vascos elegirán a sus 75 diputados representantes para la XIII legislatura. EH Bildu presenta como líder a Pello Otxandiano, EAJ-PNV a Imanol Pradales, y el PSE-EE (PSOE) a Eneko Andueza, etc.

Y según las principales encuestas, por primera vez, EH Bildu podría arrebatar la hegemonía al PNV. Pero, según han manifestado el PSOE y el PP, tras las elecciones darán su apoyo al PNV, para que su candidato sea lehendakari, frenando, así, toda posibilidad a EH Bildu.

Es decir, repetir la operación ‘Collboni’ al ayuntamiento de Barcelona, para impedir que Xavier Trías (Junts) que ganó las elecciones, fuese alcalde.

Y es vergonzoso, que el PSOE haya repetido en sus mítines el mantra de que ‘nunca gobernaría con EH Bildu, por su pasado vinculado a ETA’; pero olvidando que, desde la investidura de Pedro Sánchez (PSOE) éste ha ido consiguiendo sus reelecciones gracias al voto ‘fiel’ de EH Bildu. Es decir, que esos votos le valen para ser presidente él, pero no le valen para que pueda gobernar en Euskadi; esa es la inmoralidad de Pedro Sánchez, pues sólo piensa en su beneficio particular.

En este contexto, y para evitar la victoria de EH Bildu, los partidos españolistas han sacado a la luz el tema de ETA, y, preguntando, anteayer, a Pello Otxandiano (EH Bildu) si reconocía que ETA había sido una banda terrorista, éste contestó que había sido ‘una organización armada’, sin querer, por lo tanto, entrar en más detalles.

Y, claro, eso ha sido suficiente para que todos los españolistas (partidos políticos, medios de comunicación, etc.) crucificasen públicamente a Otxandiano. Y, tristemente, el PNV se apuntado a ese akelarre (aquelarre), ya que le conviene que no se hable ni critique su gestión de gobierno.

Al ver esa reacción mediática, Otxandiano ‘pidió perdón, por si con sus declaraciones había ofendido a las víctimas de ETA, que no había sido su intención’, pero esto no le ha valido en absoluto, ya que los españolistas (partidos y medios) han considerado esa respuesta como una justificación sin ser rectificativa, por lo que siguen multiplicando su bilis contra el partido de EH Bildu.

Es obsceno que, en este contexto, Pedro Sánchez (PSOE), como el PP, se ‘olviden’ de los actos de terrorismo realizados por el estado y carguen todas las tintas en ETA, como único responsable, olvidando la lucha antifranquista, y las condenas a España de los tribunales internacionales, en definitiva, tergiversando la historia, al hacer una lectura unilateral.

Pedro Sánchez, ayer, desde Bruselas, mostró su mayor desfachatez, diciendo que ‘eran intolerables las palabras de Otxandiano, y que hay que ser claros y utilizar las palabras precisas: que ETA fue una banda terrorista’. Es curioso, por decirlo de forma suave, que Pedro Sánchez quiera que se hable claro y que se utilicen las palabras precisas, cuando, desde el 2017, ha rechazado las expresiones ‘políticos presos’ y ‘exiliados’.

También es obsceno que la audiencia nacional española haya aceptado a trámite una querella de la asociación de extrema derecha ‘Dignidad y Justicia’, contra Arnaldo Otegui (presidente de EH Bildu), tres días antes de las elecciones, por un presunto asesinato cometido en 1980; y va a investigar su posible participación en la muerte del directivo de Michelin, Luís Hergueta, por ETA.

Es evidente que todo acto terrorista, todo asesinato, toda tortura, son rechazables y repugnantes, y no tienen ninguna justificación ética ni moral. Pero todos, sin excepción, no únicamente los de un bando.

Por todo lo expuesto, me parece muy didáctica la editorial de Vicent Partal de hoy, titulada: ‘Y ahora, con toda la cara, resucitan a ETA’, en la que dice, entre otras cosas:

‘Esto que le pasa a Bildu enseña que cuando empiezas a renunciar nunca no renuncias pronto para los que te quieren derrotado, que siempre harán tanto como convenga para humillarte.

(…) Otxandiano dio una respuesta ambigua, en la que recordó que la violencia al País Vasco ya se había superado, que hubo en todos lados y que en cualquier caso al País Vasco la gente califica ETA de maneras muy diferentes y no hay, en absoluto, unanimidad en un concepto tan manipulado y parcial como ‘banda armada’.

(…) Otxandiano inmediatamente ha empezado a pedir perdón a diestro y siniestro, y ves a saber si no acabará perdiendo las elecciones y todo. Y la prensa española ha dejado reposar unas cuantas horas la ferocidad anticatalana para recuperar, momentáneamente, y con gran afán, la ferocidad antivasca.

Es bien curioso, asimismo, constatar que hasta hace tres días ETA no había aparecido en ningún momento de la campaña electoral, (…) si bien el PNV -que tiene mucho que perder electoralmente, todo y que tiene asegurado el gobierno gracias al pacto con el PSOE- ya había hecho alguna trampa (…) dirigiéndose su candidato Imanol Pradales a Otxandiano como el candidato de Sortu, el principal partido de la coalición de izquierdas, considerado por muchos como un grupo extremista en comparación con la suavidad de que se ha revestido la candidatura abertzale.

Pero el salto de estas últimas horas es monumental y nos enseña un par de cosas que los catalanes haríamos bien de aprender y no olvidar. Sobre la monumental cara de Pedro Sánchez, por ejemplo y aunque esto no sea ninguna novedad. Pero, sobretodo, por el camino de las renuncias: cuando empiezas a renunciar nunca renuncias suficiente para los que te quieren ver humillado, que siempre harán tanto como convenga para humillarte. Si es preciso, por ejemplo, recuperando sin escrúpulos una organización armada disuelta y que hace una década que no existe, para lanzártela a la cara y ensuciar tu nombre’

(Vilaweb, 18 de abril de 2024)

Esa desfachatez de Pedro Sánchez sabemos que es generalizada, sólo hace falta ver que Occidente ha presionado a Binyamín Netanyahu para que su respuesta a Irán sea comedida (como lo ha sido esta noche pasada) a cambio de darle carta blanca para una incursión dura en el sur de Gaza; en esa línea de apoyo a Israel, los EUA ayer volvieron a vetar a Palestina como miembro de pleno derecho en la ONU (ahora es miembro observador).

Es evidente que no todas las muertes tienen el mismo valor, y la de los palestinos cotizan muy bajo, como sabemos.

Y esa desfachatez, que expresa la desconsideración de la dignidad y de los derechos de las otras personas, no sólo es una muestra de sinvergüencería, es una muestra de falta de ética, de moral.

Y esa práctica de esos poderes, debemos tenerla presente en todas las ocasiones. Y, evidentemente, en la imposibilidad del acuerdo PSOE / EH Bildu en el País Vasco, pero sí en el congreso de los diputados de Madrid, se observa, de forma clara esa desfachatez.

Por todo eso, y como dice Partal, ‘cuando empiezas a renunciar nunca renuncias suficiente para los que te quieren ver humillado’, y esto, los catalanes lo hemos visto con ERC, que renunció a la independencia por los indultos, pero aún así, no es suficiente a las fuerzas del estado, y por eso, Pedro Sánchez lo va humillando repetidamente, con sus vacías negociaciones, con sus huecos acuerdos, pero, claro, a cambio de su constante apoyo.

Y esa desfachatez de Pedro Sánchez sabemos que es una constante de su personalidad, pero siempre nos sorprende, ya que ayer el gobierno español acusó ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) al independentismo catalán, de colapsar el tribunal constitucional.

Es humillante, que te vulneren todos los derechos y, después, se quejen de que protestemos. Nos quieren rendidos y humillados, y que no se recurran sus medidas, pues, claro, eso, además de darles trabajo, les exige a definirse, y … quedar en evidencia ante las instancias europeas.

En definitiva, los independentistas sabemos que con el estado español no hay nada que negociar, por eso, sólo nos queda apoyar a Carles Puigdemont, que, de momento, mantiene la confrontación. Y si, pasado el tiempo, nos falla, nos quedaremos sin nada; pero muchos tenemos plena confianza en Carles Puigdemont, y eso les duele a ERC y al estado español.

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