¿Sabías que el 18 de febrero se celebra el Día Internacional de Beber Vino? Y es que el vino no es sólo una bebida, ¡es toda una tradición milenaria! La vid, de donde proviene, es una de las plantas más antiguas conocidas por la humanidad.
El vino encuentra sus raíces históricas en Egipto, donde los primeros testimonios del cultivo de viñedos datan del año 7000 a.C., en las regiones fértiles de Sumeria. De igual manera, existen infinidad de escenas protagonizadas por el vino en monumentos, pinturas, estelas funerarias, etc. También se sabe que los egipcios conocieron el arte del coupage o sabia mezcla de mostos que realizaban para obtener un sabor adecuado. Posteriormente, transportaban esta bebida en cántaros de barro, convenientemente sellados con inscripciones jeroglíficas que indicaban nombre del viticultor y viñedo de procedencia.
Sin embargo, fue el pueblo fenicio quien le dio un impulso importante ya que lo hizo un medio de trueque y moneda y más adelante es en Grecia en donde la cultura vinícola y su expresión literaria se perfeccionan.
En la mitología griega, el vino estaba dedicado al dios Dionisio; en Roma, a Baco; mientras que en Egipto le atribuían su origen a Osiris.Y si nos adentramos en la Biblia, Noé fue quien plantó la primera vid.
¿Alguna vez has visto el pisado de uvas? Pues esta es una técnica milenaria utilizada en la elaboración del vino ya que permite una extracción más suave y precisa, evitando que las semillas se rompan y liberen sabores amargos no deseados. No obstante, este proceso ha evolucionado y en la actualidad se utilizan máquinas estrujadoras.
Ahora bien, enfocándonos en nuestro país, es importante destacar que México es el productor de vino más antiguo de Latinoamérica. Actualmente, se destinan poco más de 30 mil hectáreas para llevar a cabo el cultivo de una gran variedad de cepas, como son: Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Cariñena, Chardonnay, Chenin Blanc, Gamay, Gewürztraminer, Grenache, Malbec, Merlot, Nebbiolo, Pinot Noir, Riesling, Sauvignon Blanc, Semillón, Syrah, Tempranillo, Viognier y Zinfandel. Entre las regiones vinícolas que podemos enlistar encontramos Baja California, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Zacatecas y algunas más.
Por otro lado, degustar de esta bebida, en cantidades moderadas, puede tener efectos positivos en la salud. Por ejemplo, algunos estudios sugieren que el vino blanco puede contribuir a mejorar la salud cardiovascular ya que puede ayudar a aumentar el colesterol bueno (HDL) y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. En cuanto al vino tinto es rico en antioxidantes, también conocidos como polifenoles, uno de ellos el resveratrol que puede ayudar a prevenir el daño a los vasos sanguíneos, ralentizar el envejecimiento, reducir el riesgo de padecer cáncer, disminuir el colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL), que también se conoce como colesterol malo, y prevenir los coágulos sanguíneos. Otros beneficios son que mejora la digestión, incrementa nuestras endorfinas ayudándonos a relajarnos, aumenta los niveles de Omega 3, puede prevenir la artrosis.
Finalmente, el vino no sólo es una bebida que puedes disfrutar en compañía de familiares y amigos, sino que también puede ser un ingrediente clave en miles de recetas, una de ellas es la de peras con miel y vino blanco.
Ingredientes
- 6 peras
- 1 taza de vino blanco
- 1 taza de miel Carlota
- 1 limón
- 4 varitas de canela McCormick
Preparación
- Precalienta tu horno a 180 °C
- Mezcla el vino con la miel y el jugo de limón
- Pela las peras*, colócalas en un refractario con la canela y báñalas con la mezcla anterior.
- Hornea durante 35 min, pero cada 10 min baña las peras con la mezcla para que se absorba.
- Listo, ya puedes disfrutar este maravilloso postre.
*Recuerda que con las cáscaras puedes hacer otras recetas como chips o mermeladas.
Decía Hipócrates, «El vino es una cosa extraordinariamente apropiada para el hombre si, en la salud como en la enfermedad, se administra con juicio y la medida correcta, según la constitución de cada uno».
Y si quieres conocer más sobre este u otros temas relacionados con el mundo de la gastronomía o las bebidas, puedes visitar la Biblioteca de la Gastronomía Mexicana de Fundación Herdez en su sede de Ciudad de México (Seminario 18, Centro Histórico) o su biblioteca hermana en sus instalaciones de Casa “Doña María Pons” en San Luis Potosí.
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