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Día mágico sin taumaturgos

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Hoy, día mágico por excelencia para los niños del primer mundo occidental (no lo olvidemos), en realidad es un nuevo día que constatamos que nos faltan taumaturgos, personas capaces de hacer prodigios; y, nos sobran truculentos e ilusionistas personajes que buscan su beneficio propio, vendiéndonos que sólo se preocupan por la ciudadanía, como comento a continuación.

El término ‘magia’ proviene del persa ‘magüs’ (ser capaz; tener la capacidad) y de maguusha (sacerdote); y del sánscrito ‘mäiä’ (ilusión, irrealidad, engaño, fraude, truco, hechicería, brujería).

Y esa denominación de magos, es la que figura en el evangelio de Mateo, para referirse a los personajes que se desplazaron a Belén, para presentar su reconocimiento a Jesús. Y esa referencia es la única en los evangelios canónicos, y sin detallar ni el número, ni sus nombres, si bien explicitando los regalos de ‘oro, incienso y mirra’.

Todo el montaje posterior, fueron meros inventos interesados (el originario, también, claro), pues que fueran considerados reyes fue una decisión del s. III; y la determinación de tres personajes (representando las tres edades de los hombres), sus nombres, su vestimenta persa, etc., fue impuesta por san Apolinar el Nuevo (s. VI); y sólo hasta pasado el siglo XV se decidió que Baltasar fuera de raza negra (así, se representaban las tres razas conocidas en la Edad Media: europeos, asiáticos y africanos; y se reconocía la raza negra, como tal, y se ‘superaba’ (en cierto modo) el desprecio hacia ella).

Como se ve, identificar a esos personajes como reyes, fue una forma de resaltar, más si cabía, el origen ‘divino’ de las monarquías, su superioridad y majestad, muy por encima de la plebeya ciudadanía popular. Y esa iconografía, se impuso en la cultura cristiana tradicional.

Asimismo, así se evitaba una posible ‘confusión’ con los diferentes tipos de magias, entendidas como artes de la ciencia oculta y, por lo tanto, no controlables por los reyes.

Ciertas tradiciones tienen muchos elementos y aspectos positivos, y es recomendable mantenerlas; mientras que otras tradiciones han sido abolidas (si bien, no totalmente), como la esclavitud, el trabajo infantil, al mal trato animal (por desgracia aún siguen las corridas de toros), etc.

Y la tradición de los reyes magos, como día de ilusión infantil, parece aconsejable mantenerla, si bien de cada vez está siendo más superada por Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás, pues la globalización lo unifica todo. Pero incluso manteniendo esas tradiciones, deberían actualizarse (aunque eso sea una contradicción ‘in extremis’ con la determinación de las propias tradiciones, en sí mismas), pero sería justo equilibrar el género, aboliendo el machismo, que simbólica y efectivamente, se sigue imponiendo.

Ahora bien, lo que es injustificable, totalmente ilógico e irracional, es que en ciertos estados sigamos teniendo la figura de un rey (o reina) como máximo representante; y, encima, que esos personajes, tengan bula total, que sigan siendo considerados ‘irresponsables’ o, como sigue pasando en el reino español, que siga teniendo primacía el heredero masculino.

Y que en el reino español tengamos una monarquía como la borbónica, es debido a la magia negra del asesino dictador Francisco Franco. Un asesino que no precisó aplicar el vudú, el chamanismo, la wicca, etc., pues tenía el poder supremo militar, judicial, policial, etc.; y su biblia, el boletín oficial del estado; y así, pudo matar a miles y miles de ciudadanos, por pura venganza personal y de sus secuaces.

Y ese asesino es el que nos impuso la actual monarquía; monarquía que ya venía manchada históricamente, como recordamos de su fundador (Felipe V), y sus acciones en 1714.

Y estoy convencido que una ciudadanía que se siente cómoda estando engañada, y que prefiere seguir con una monarquía como la borbónica (o de cualquier otra rama familiar, heredada mediante la bragueta), en realidad es una ciudadanía acrítica, que sigue engañada con las peores magias, y que se merece seguir siendo adoctrinada, por los ‘Apolinares’ de turno.Y, el colmo de los colmos, es que encima, el reino español celebre la pascua militar un día como hoy. Y eso no es que sea anacrónico, es pura contradicción, contraponer ambos términos, y conmemorarlo hoy, es una desmesura e incultura más