Este fin de semana se está realizando el congreso de Junts, el partido independentista hasta hace unos meses liderado por Carles Puigdemont, y los principales mensajes giran en torno a un eje, que ahora sí que se pondrán en marcha hacia la independencia de Catalunya, si bien, en paralelo, ha dado oxígeno al gobierno de coalición con ERC, y eso no deja de ser un oxímoron.
Su deseo es el de pasar a la acción, de reactivar el ‘procés’, ‘el no surrender’, el de superar las 3 Rs: la renuncia y la resignación que, sumadas, dan lugar a la rendición.
Y todo eso me parece correcto, pero utópico. No se puede volver a motivar y movilizar a la base. En los años previos al referéndum del 1 de octubre del 2017, vimos que el movimiento independentista surgió de las bases, y los partidos partidarios a la independencia, se apuntaron al carro, para no quedar desubicados. Pero generar nuevamente la ilusión entre la población, a mi modo de ver, no es fácil, si se pretende originar desde las cúspides. Por eso he titulado este escrito como encrucijada diabólica.
Realmente, la situación es compleja, es el ouróboros, la serpiente que se muerde la cola.
Y si no rompemos esa inercia, ni nuestros nietos verán la independencia. Pero todo pinta bastante mal, y la única confianza que teníamos la centrábamos en el TJUE, y hace un par de días su abogado general, nos dio un buen palo.
Sabemos que la independencia nunca nos la concederá el estado español, por mucho que se maree la perdiz en la mesa de diálogo (si realmente empieza a trabajar).
Por eso, Junts, que parece dispuesto a acelerar de nuevo la acción (ya que la Cup siempre acaba poniéndose de perfil, y ERC ya le va bien tener el poder de la Generalitat, tan buscado), debería abandonar el esquema de los remeros que se explica en la siguiente fábula, sobradamente conocida:
‘Los remeros:
Para mejorar las relaciones entre las plantillas nacionales española y china, se organizaron unos juegos deportivos. El plato fuerte era una competición de remo en el puerto. Los chinos, que nunca habían visto un remo, empezaron a preparar la competición. Tres meses antes, iniciaron un plan de entrenamiento. Compraron el mejor barco que pudieron encontrar. Hicieron un examen para ver quien tenía más capacidades para ser el timonel. Una vez localizado, lo enviaron a un curso de especialización y práctica sobre dirección de piraguas.
Mientras, los jefes españoles le encargaron al primo del director general, que formara un equipo. Este se gastó toda la asignación en organizar algunas farras con sus amigos. Así que, la noche antes de la competición, tuvo que usar su influencia para que le prestasen un barco. Menos mal que el tema del timón estaba resuelto, gracias a la comisión de dirección y gestión del rumbo y la ruta que se había organizado, compuesta por los 23 miembros del comité de control de la empresa española y que eran los que se habían comido y bebido todo el presupuesto.
Casi puede empezar la carrera, porque la comisión citada no cabía bien. Hubo que desalojar a la mitad de los remeros españoles. Los chinos les sacaron 11 minutos de ventaja en la meta.
Al día siguiente hubo una reunión de urgencia en la octava planta del edifico de la empresa española:
Esto ha sido una vergüenza. Quiero ya mismo un informe indicando las causas de la victoria china y necesitamos un plan de acción, para ganar la revancha. Bramó el director general.
Esta vez, su primo decidió no fallar. Así que consultó a la consultora LCC (Laker Consulting Group). Estos le impresionaron desde el primer momento, con sus trajes todos de color morado oscuro y las corbatas con rayas amarillas. Los LCC, detectaron varias deficiencias en los remeros españoles: estaban muy gordos, entrenaban poco y eran demasiado veteranos. Así que les impusieron una dieta de comida china, para que adelgazasen. Se creó una comisión de seguimiento del adelgazamiento. Y por más rollitos de primavera y sopa de aleta de tiburón que les daban a los remeros españoles, estos no adelgazaban. Además, los planes de entrenamiento no iban bien. Tenían que acabar un pedido urgente en la fábrica y estaban saliendo a las 20.00 h. de trabajar. Y entrenar en la oscuridad hasta las 24.00 h., con el estómago lleno de rollitos, no les sentaba bien. Las bajas en los remeros empezaron. Los de la LCC, además, habían detectado más errores. La comisión existente, no estaba bien organizada. Tocaba una división de tareas. Así, se crearon las subcomisiones de control del viento, la de seguimiento de las olas y la de la previsión meteorológica. Al frente de cada una de ellas, un socio sénior de LCC hacía de enlace con la comisión de ruta. No había que dejar nada al azar.
El día de la carrera, los chinos les sacaron 18 minutos de ventaja. Solo acabaron la carrera tres remeros, que debía impulsar una nave con 43 jefes y 18 consultores.
Por supuesto que esto no iba a quedar así. El director general volvió a gritar. No podía permitir que los chinos volviesen a humillarlo. Su primo se puso de nuevo manos a la obra.
Le pidió un esfuerzo a LCC, para que buscasen soluciones. Para azuzarlos, contrató como encargados de gestión de remeros a la consultora Ementiris. Los consultores de esa empresa realizaron un test a los tres remeros que quedaban y concluyeron que ninguno iba a ser capaz de ganar la competencia. Así que contrataron a 20 remeros de Higirad, su empresa filial de mano de obra de campo. Le dijeron al primo del director general que iban a traer campeones olímpicos de remo de todo el mundo. Iban a enterarse los chinos de lo que era la globalización. Empezaron a reclutar por todo el mundo a remeros profesionales. Pero cuando estos leían el contrato de trabajo y veían lo que les ofrecían, rechazaban todos a venir a remar a la bella ciudad española. Al final, los de Higirad contrataron a dos amigos de antiguos trabajadores, que habían remado en su lejana época de universitarios, pagándoles la mitad del salario mínimo interprofesional.
Mientras, LCC mejoró las subcomisiones de control de vientos, que ahora se dividía en la jefatura de alisios y en la de generación eólica. La subcomisión de previsión meteorológica se desdobló en: previsión diurna y la de previsión nocturna, con ramas de previsión a corto, a medio y a largo plazo. Se alquiló el uso de un satélite de comunicaciones y otro de previsión meteorológica para mejorar el desempeño de la subcomisión. Además, se regaló a cada jefe de la comisión de ruta y rumbo un ipad2 con GPS. Esta última medida provocó que se tuviese que comprar un nuevo barco, los 126 jefes que se apuntaron a la carrera no cabían en la nave original.
Esta vez, los chinos ganaron con una diferencia de 33 minutos.
Al día siguiente, nadie se atrevía a entrar al despacho del director general. Esa misma noche se convocó una task forcé evaluadora. Los de LCC, Ementiris e Higirad, estuvieron haciendo horas extras sin parar. Al final, salieron con un powerpoint, explicando los puntos que habían llevado a la nueva derrota:
- Los informes de seguimiento de los remeros no se habían procesado de forma correcta.
- Los remeros no habían proporcionado informes de cumplimiento de fecha. Puede ser que esto estuviera provocado, porque los informes de cumplimiento se hacían con un Excel 2010 y los remeros solo tenían el office XP instalado en sus PCs.
- Los remeros no habían cumplido los informes de evolución de la carrera. De acuerdo a lo previsto por Ementiris, en el minuto dos de la carrera, debían ya sacar una ventaja de dos cuerpos a los chinos. En el minuto 5, dicha ventaja debía haberse ampliado a los cuatro cuerpos. Pero los remeros no habían cumplido esos informes.
- Los remeros habían entrenado de forma correcta.
Como primera medida iban a contratar a la consultora Tundra, para que trajese un simulador de regatas. Iban a entrenar en el simulador al remero que se iba a quedar, para que en la siguiente carrera cumpliese los planes de avance.
Además, tres nuevos consultores iban a proporcionar copia en papel al remero, para que cumplimentase los informes de seguimiento en tiempo y plazo a la dirección.
El director general, complacido con la explicación, aceptó la contratación de Tundra y además tuvo una idea, contratar a otra consultora, Eloise, para que auditara los avances de los remeros en su entrenamiento y también para que coordinase a LCC, Ementiris, Tundra e Higirad.
Ahora, pregunta, ¿cuál fue el resultado de la siguiente carrera?, ¿qué hizo el director general?
(https:// changlonet.com)
Pido perdón por ese largo texto, pero me parece muy ilustrativo de lo que nos está pasando, los partidos, como el director general, diseñan proyectos, conforman estructuras jerárquicas, etc., pero se olvidan de los remeros, del pueblo de base. Y así, nunca ganaremos la carrera a los chinos (en nuestro caso, al reino de España).
Para ilusionar de nuevo a las bases, únicamente tenemos al president en el exilio, Carles Puigdemont, y su posible regreso triunfante de los tribunales europeos. Y, en este momento, lo veo muy complicado, así que lo tenemos muy crudo. A pesar de ello, algunos seguimos movilizados (por ejemplo, los de Meridiana Resisteix, y otros grupos similares en Barcelona y toda Catalunya), somos así de masoquistas, y resistiremos contra viento y marea, prescindiendo de los mensajes de las comisiones y subcomisiones.