Ayer, lunes 10, los independentistas catalanes vimos que los partidos independentistas (Junts, ERC y Cup) se unieron para votar como presidente del Parlament a Josep Rull (Junts) y conseguir una mesa del parlamento con mayoría independentista; asimismo, ayer, por fin, Pedro Sánchez decidió llevar la ley de la amnistía para ser firmada por el rey, y éste la firmó al momento, de forma automática, prescindiendo del plazo de los 15 días, que podía retrasar la firma. Por eso, ayer, podríamos considerar que fue un día fasto, como explico en este escrito.
El presente escrito es un simple apunte de urgencia, por lo que me limito a un par de ideas:
La distribución de los días durante el año romano era de la siguiente forma: había 195 días comitiales (que podían ser reunidas las asambleas ciudadanas), 42 días fasti (fastus, en los que los ciudadanos podían presentarse ante los magistrados para hacer valer sus derechos), 58 días nefasti (en oposición a los fastus, días en los que los ciudadanos no podían llevar acciones legales), 49 días NP (‘nefastus principi’: las kalendas, los idus, etc., dedicados a ceremonias religiosas), 8 días endotercisus (‘Intercissum’, corar, entrecortar, días comunes a los dioses y a los hombres, mitad fastus y mitad nefastus) y 3 días fissi (‘fissum’, separados, o de ‘fixi’, fijar o publicar, el 24 de marzo, el 24 de mayo y el 24 de junio, días dedicados a los comicios de las diferentes tribus)
Por eso, ayer, lunes 10, para los independentistas catalanes fue como un día ‘fastus’, ya que, como he explicado, fue un día propicio para nuestras exigencias.
La sesión de ayer en el Parlament, presidida por el catedrático Agustí Colominas (Junts), como diputado de mayor edad (66 años) nos permitió elevar el nivel cultural de la sesión, pues su discurso ético y moral, repleto de citas eruditas, nos mostró la cara más pedagógica de la actividad política; y eso, a pesar de las refriegas planteadas por los representantes del PP (Alejandro Fernández Álvarez) y Vox (Joan de la Cruz Garriga Doménech), que interrumpieron en varias ocasiones y anunciaron que denunciarían la aceptación de la delegación de los votos de Carles Puigdemont y Lluís Puig; por lo que podemos esperar la invalidación de la sesión, cosas peores hemos visto.
De todos modos, ayer fue un gran día, ya que se volvió a reproducir la unidad entre los partidos independentistas, pues, según algunas fuentes, fue gracias a la intervención directa de Marta Rovira i Vergés, que ERC cambió su postura inicial, a favor del pacto con PSC/PSOE, que ofrecía a ERC la presidencia de la cámara, a cambio de otras exigencias y líneas rojas, que no se han publicitado.
Obviamente, ese cambio de actitud de ERC es positiva, pensando en el conjunto del independentismo, y rompe con la línea propugnada, hasta el día anterior, por su ahora expresidente Oriol Junqueras i Vies.
También es positiva la firma automática e inmediata del rey Felipe VI, de la ley de amnistía, sin ni siquiera iniciar el plazo de los 15 días preceptivos, con los que hubiera dificultado el regreso del president Carles Puigdemont, para la sesión de investidura, prevista para el próximo 25.
Felipe VI, de ese modo, aplicó la expresión de que ‘no hay mejor desprecio que el no aprecio’, mostrando, de ese modo, su indiferencia, que siempre es mejor que su participación proactiva, anticonstitucional y desgraciada, que ejerció el 3 de octubre del 2017.
Así, el que ha quedado peor, claro, fue Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que, por motivos meramente electoralistas y partidistas, ha demorado la tramitación de la ley de la amnistía hasta después de las pasadas elecciones del domingo.
Esa actitud vergonzante, confirma la negativa concepción del PSOE respecto a esa ley, que aceptó ‘haciendo de la necesidad virtud’, pero, claro, no por convencimiento.
Así, Pedro Sánchez ve que su ‘estrategia infantil e interesada’ le está fallando; como a Salvador Illa, que ayer, en el Parlament de Catalunya, pudo constatar su soledad más absoluta, ya que no tiene partidos con los que pactar, salvo que quiera librarse al abrazo del oso del PP.
Hoy han operado de urgencia de apendicitis al ministro Félix Bolaños, ministro de la presidencia y de justicia, y el encargado de llevar al rey los proyectos de ley, para su firma. Si hubiera un cielo, podríamos considerar que es un castigo divino por la demora en la tramitación de esa ley, con el único objetivo de conseguir una mejora para su partido, el PSOE.
En definitiva, que sólo nos queda esperar y confiar en que la unión independentista de ayer, no sea fruto de una mera estrategia puntual de ERC, y esa unidad se ratifique de ahora en adelante, y Salvador Illa no sea investido presidente de la Generalitat; y si es preciso volver a votar, que lo podamos hacer, con Carles Puigdemont con total libertad para efectuar una campaña electoral en toda regla e igualdad de condiciones; y, en ese momento, no se produzca la gran abstención de estos últimos años, pues todos, y todos somos todos, debemos mostrar una prueba de confianza con Carles Puigdemont, para que sea restituido en la presidencia, de la que fue alegal e ilegalmente por Mariano Rajoy (PP) mediante la aplicación abusiva del 155, con la aceptación de Pedro Sánchez, no lo olvidemos, estrategia en la que fue un cómplice necesario Salvador Illa, al que nunca perdonaremos.