Luis Roberto Castrillón explicó que de acuerdo con distintos estudios sobre el flujo de información falsa, la mitad de la que estamos consumiendo todos los días es sensacionalista, engañosa o malintencionada.
Toluca, Méx; 11 de abril de 2022. Al igual que en la alimentación, la información que recibimos también tiene una connotación nutricional que nos ofrece un buen provecho más allá del entretenimiento y satisfacción de intereses y gustos personales del consumidor, explicó Luis Roberto Castrillón, periodista de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, durante la ponencia “Ponte a Dieta Informativa”, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
Abundó que cuando creemos que nos estamos informando de manera adecuada, no lo estamos haciendo, ya que al igual que con los alimentos, los usuarios están seguros del valor nutricional de lo que consumen por recomendación de otras personas que no son profesionales de la salud.
“De acuerdo con distintos estudios sobre el flujo de información falsa, desinformación, malintencionada, engañosa o imprecisa, aproximadamente la mitad de la que estamos consumiendo todos los días, principalmente de las plataformas de medios digitales y tradicionales, es sensacionalista, falsa, engañosa o malintencionada”, abundó Castrillón.
El especialista en verificación de datos explicó que debido a que la sociedad posee una mayor cantidad de información al alcance, es más susceptible ante ella, por lo que actualmente los usuarios bloquean, pasan de largo o aíslan datos, perdiendo información del sistema mundo y de entender su funcionamiento, por ello es necesario ampliar la dieta informativa, es decir, no enfocarnos solamente en los gustos o intereses personales.
En este contexto, sugirió que es importante información desde otras perspectivas. Un ejemplo de ello es leer en medios internacionales lo que está sucediendo en México. De igual forma, abundó que como principales ingredientes de una dieta informativa más sana es necesario que los usuarios establezcan qué tipo de información quieren consumir, cómo la quieren consumir, qué tipo de datos necesitan para tener un mejor criterio y percepción de la realidad. En este sentido, explicó que para ello la información que se consuma debe tener datos y evidencias verificables, contrastables y cuantificables.
Finalmente, invitó al estudiantado a consumir periodismo especializado en evidencia científica, ya que la ciencia está en la vida diaria de los seres humanos y es importante consultarla para ampliar la perspectiva e información que existe de sucesos cotidianos.