WASHINGTON (AP) — Las hospitalizaciones por COVID-19 entre los estadounidenses de edad avanzada han caído más de un 70% desde el inicio del año, y los decesos en ese grupo de edad también parecen haber disminuido, lo que representa una prueba contundente de que la campaña de vacunación está funcionando.
Ahora, la tarea es convencer a más jóvenes en el país para que se vacunen.
La disminución de casos graves entre las personas mayores de 65 años es especialmente alentadora debido a que los ancianos han representado alrededor del 80% de los fallecimientos por COVID-19 desde que la la pandemia llegó a Estados Unidos, donde unas 570.000 personas han muerto a causa de la enfermedad.
Las muertes por COVID-19 en Estados Unidos han disminuido a un promedio de 700 diarias, en comparación con el pico de más de 3.400 decesos registrado a mediados de enero.
“Lo que estamos viendo es exactamente lo que esperábamos y queríamos ver: A medida que se producen tasas de vacunación más altas, las tasas de hospitalizaciones y de muertes bajan”, dijo Jodie Guest, experta en salud pública de la Universidad Emory.
Los mejores datos disponibles muestran que las muertes a causa del COVID-19 entre los estadounidenses de 65 años o más han disminuido en más de un 50% desde que se alcanzó su punto más alto en enero. El panorama no está del todo claro porque los datos más recientes sobre los decesos por COVID-19 por edad de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus iniciales en inglés) no están completos y están sujetos a revisión.
Sin embargo, las cifras muestran que la disminución de muertes entre los ancianos del país está impulsando un descenso general de fallecimientos por COVID-19, lo que reivindica la estrategia de Estados Unidos de colocar a las personas de edad avanzada al frente o en los primeros sitios de la fila para recibir la vacuna una vez que estuvo disponible en el invierno.
La tendencia refleja lo que sucede en otros países con elevadas tasas de vacunación, como Israel y Gran Bretaña, y marca un claro contraste con el deterioro de la crisis en lugares como Brasil y la India, que están muy rezagados en sus campañas de vacunación.
De acuerdo con las estadísticas del gobierno estadounidense, las hospitalizaciones se han reducido en más de un 50%, pero de forma más drástica entre los ancianos, que han sido elegibles para las vacunas por más tiempo y las han recibido con entusiasmo.
Dos terceras partes de los ancianos en Estados Unidos ya recibieron las dos dosis de la vacuna, en comparación con apenas una tercera parte de todos los adultos. Más del 80% de las personas de edad avanzada han recibido al menos una dosis de la vacuna, respecto al poco más del 50% de todos los adultos.
Sin embargo, la demanda de vacunas en el país parece estar disminuyendo a pesar que las inyecciones ya están disponibles para todos los adultos. El promedio diario de dosis administradas pareció caer a mediados de abril de 3,2 millones a 2,9 millones, de acuerdo con cifras de los CDC.
“Mi preocupación es si la vacuna será tan aceptada en estos grupos de menor edad”, comentó Guest. “Si no es así, no veremos el impacto positivo de las vacunas en estos grupos de menor edad que hemos visto en nuestra población de edad avanzada”.
En tanto, los nuevos casos de coronavirus en Estados Unidos se han estancado en niveles preocupantes desde marzo, promediando más de 60.000 al día, igualando las cifras registradas durante el repunte del verano pasado. Las infecciones nuevas se dan cada vez más entre las personas de unos 30, 40 y 50 años, que también representan una porción más grande de las hospitalizaciones.
Si suficientes personas son vacunadas, los casos de COVID-19 comenzarían a disminuir a medida que el virus encuentre cada vez menos personas a las que contagiar. Guest y otros expertos señalaron que Israel pareció haber alcanzado ese umbral el mes pasado luego de que alrededor del 40% de su población de 9 millones de personas recibieron las dos dosis de la vacuna.
Sin embargo, Estados Unidos enfrenta problemas para llevar a cabo vacunaciones masivas debido a su mayor tamaño, diversidad, geografía y disparidades sanitarias.