
Breve apunte histórico:
Plus Ultra (del latín, que significa ‘más allá’) es el lema de España, adoptado por Carlos I (V del Sacro Imperio Romano Germánico) (1500-1558), nieto de los Reyes Católicos.
Ese lema fue ‘inspirado’ por Luigi Marliano, médico y consejero personal del citado emperador, para hacer olvidar la antigua animadversión de los navegantes de la mitología griega, según la cual Hércules había puesto dos pilares en el Estrecho de Gibraltar, y se creía que eran los límites del mundo, la última frontera de los navegantes del Mediterráneo. Era el Non Terrae Plus Ultra (no existe tierra más allá), en referencia también al Finisterre.
Este lema perdió su poder simbólico cuando Cristóbal Colón cruzó el Océano Atlántico en 1492.
(fuente Wikipedia)
Bien, vemos que nunca un lema ha estado tan mal utilizado y entendido. El original Non Plus Ultra, tenía un significado práctico e inteligible para los navegantes. Quitándole la negación, queda un mensaje más ambiguo y difuso.
Por lo visto, el ‘más allá’ se refería exclusivamente pensando en el ‘Nuevo Mundo’, por lo que en el siglo XVI era válido. Pero en la actualidad no tiene ningún sentido.
Esta introducción viene a cuento por un interesante artículo de Josep Martí Blanch, del que seguidamente reproduzco unos fragmentos.
‘Plus Ultra y el saqueo del dinero público:
Uno espera de los salteadores de diligencias que honren las costumbres del gremio y actúen, por un mínimo decoro y vergüenza, con la cara tapada. No ha estado así con el rescate por 53 millones de euros de la aerolínea Plus Ultra, autorizado por el gobierno español con cargo a los fondos de soporte a la solvencia de empresas estratégicas de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI)
Se ha de tener la cara de hierro por considerar estratégica esta empresa, con el 0,1 de cuota de mercado en el transporte aéreo de pasajeros, cuatro aviones, en pérdidas desde que empezó a operar y con una estructura de la propiedad que se pierde en sociedades domiciliadas en Panamá. En todo caso, esto lo ve incluso el que no tiene ojos en la cara, estratégicos lo deben ser los intereses reales -y de momento ocultos- por los que se la ha rescatado con los dineros de ustedes y míos.
Que todo el gobierno de Pedro Sánchez se esconda, ahora, bajo las piedras, viene a demostrar la poca claridad del asunto. La ministra de economía, Nadia Calviño, dice que ella no tiene nada a ver, y el de Fomento, José Luís Ábalos, niega toda participación, a pesar del informe de su ministerio avalando la operación. A las autoridades de la competencia, por su parte, ni se les ha consultado. Extraigan ustedes sus conclusiones. Pero la mayoría de las veces, si anda, nada y grazna como un pato, es un pato.
Más allá del despropósito que supone por él mismo, el rescate de esta aerolínea es el último espejo en el que se reflejan los defectos ancestrales de los poderes públicos españoles: clientelismo, desvergüenza, impunidad y opacidad. Y lo dejamos aquí porque sólo puede escribirse en clave afirmativa de aquello que ya está probado.
Dejando de lado la indignación que a cualquiera con dos dedos de frente ha de provocarle este asunto, incluyendo las patronales turísticas que habrán de pagar un daño reputacional en la medida que las ayudas a este sector se perciben como un expolio, lo que resulta más preocupante son los síntomas de la enfermedad que anticipa (…)’
(Ara, 26 de marzo 2021)
Es evidente, a mi modo de ver, que este ejemplo, por sí solo, ya descalifica del todo al gobierno de Pedro Sánchez, que sigue actuando de forma subordinada a intereses opacos.
Y sólo por eso, ya sería para irse corriendo, dejar de pertenecer a un estado putrefacto; pero, como todos sabemos, hay muchísimos ejemplos más, entre ellos, y del máximo interés, la prisión, exilio y represión que viene aplicando de forma secular.
Eso sí, el estado español está subordinado a intereses opacos, pero no se siente subordinado a dictámenes como el que emitió ayer la relatora de defensores de los derechos humanos del Consejo de Europa, Alexandra Louis, que considera que Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, sufre ‘represalias e intimidación’. El informe indica que las condiciones de Jordi Cuixart han empeorado a causa de la pandemia del coronavirus, de forma que llega a estar ‘hasta 23 horas al día aislado en su celda’.
También sostiene, dicho informe, que ‘según sus abogados, el juicio tuvo un carácter político pues Cuixart no debió haber sido juzgado por el tribunal supremos, que tiene jurisdicción para juzgar a los cargos electos y no a activistas de la sociedad civil’
De este modo, el Consejo de Europa se añade a la larga lista de instituciones y entidades de prestigio que se han posicionado en contra de su encarcelamiento’
Por todo esto, debemos independizarnos, y establecer una república catalana, que no se parezca, en nada, al modelo español.
Ante la crispación que todo esto genera, y la mucho mayor que debería generar si la ciudadanía estuviera informada, fuera sensible y fuera verdaderamente ciudadana y no súbdita, me parece que es positivo recomendar oír la canción Weightless, de Marconi Union, del 2012, ya que:
‘La música tiene un poder extraordinario para prevenir y calmar la ansiedad, el estrés, el insomnio y otros estados emocionales similares. Hay diversas músicas y canciones con efectos beneficiosos y cada persona puede tener las suyas.
Las que tienen un máximo de sesenta beats por minuto son las que pueden generar más sensación de placidez, ya que inducen en el cerebro las ondas alfa, que están asociadas a los estados de relajación.
Pero hay una en concreto que ha estado considerada ‘la canción más relajante del mundo’, a partir de un estudio realizado por la Universidad de Pensilvania, publicado el 2019 al BMJ (British Medical Journal)
Se trata de una canción instrumental titulada Weightless, compuesta por el trío británico Marconi Union en colaboración con neurólogos y terapeutas. Fue escrita en 2012 con el propósito específico de reducir la ansiedad, la presión arterial y el ritmo cardíaco.
(…)
La investigación se hizo con pacientes que esperaban anestesia local, antes de ser sometidos a cirugía. A un grupo de pacientes se les suministró midazolam, un ansiolítico del grupo de las benzodiacepinas; y el otro grupo escuchó durante tres minutos el tema de Marconi Union. Los resultados mostraron que la canción tenía los mismos efectos que los medicamentos. Escucharla reduce el nivel de estrés y de ansiedad en un 65%, un porcentaje muy similar al conseguido con los ansiolíticos (…)
(Eva Bach, Ara, 26 de marzo 2021)
Y una vez tranquilizados, leer atentamente el siguiente poema, de Pere Quart, seudónimo de Joan Oliver i Sallarès (1899-1986):
‘Sàpigues company’ Sabe compañero
Sabe compañero,
tú que eres consciente
que no todo es miedo,
que no todo es llanto,
que no todo son gritos
y rabias y golpes.
Ni deseo de amor
ni amor compartido.
Hay que pensar también
y muy pronto
en aprender bien,
con vocación
y aplicadamente,
un oficio claro,
un trabajo decente.
Compañero, hay que servir
según tus dones,
sin vanidad.
Si no, ¿qué serás?
Un número más,
un parásito más,
un estorbo más.
Si no quieres ser esclavo
del podrido dinero,
del poder de uno solo
o el poder de muchos,
hazte antes esclavo
de tus manos
y de tu cerebro,
en provecho de ti,
en provecho de los tuyos,
en provecho de todos.
Todo depende de ti
y de cada uno.
E independizarnos, hacer que nuestras fronteras sean, metafóricamente, nuestro Finisterre, el Non Plus Ultra, el Non Terrae Plus Ultra; pues, ni narcotizados e hipnotizados, muchos no podemos soportar la represión y la corrupción del estado español, que todos conocemos.
Solo así dejaremos de ser: ’Un número más, un parásito más, un estorbo más’, copiando al citado Pere Quart, si bien, aplicándolo fuera del contexto al que se refería en su poema; pero, aún así, considero que sigue siendo válido, en el momento político en el que estamos.