Ciudad de México, 18 de octubre de 2024.- Las matemáticas son mucho más que una asignatura en el currículo escolar; son una herramienta fundamental para el desarrollo del pensamiento crítico, la lógica y la resolución de problemas en la vida diaria. Sin embargo, la enseñanza de esta disciplina en México enfrenta una crisis que no solo limita el futuro académico de nuestros jóvenes, sino que también socava el desarrollo social y económico del país.
Desde el preescolar, niños y niñas se inician en el mundo de los números y figuras geométricas, pero esta base esencial se desvanece rápidamente ante la realidad de un sistema educativo que carece del apoyo necesario. En la educación primaria, aunque se refuerzan conceptos básicos, la enseñanza se vuelve más abstracta y los estudiantes son presionados a asimilar operaciones matemáticas sin una comprensión profunda. A medida que avanza a la secundaria y bachillerato, conceptos como el álgebra y la trigonometría se convierten en barreras para muchos, lo que los deja atrapados en un ciclo de frustración que, en muchos casos, culmina en la deserción escolar.
La evidencia es clara y preocupante, ya que México fue clasificado como el tercer país peor evaluado en Comprensión Lectora y Matemáticas según el informe PISA 2022. Solo el 34% de estudiantes logró alcanzar el nivel mínimo en estas áreas, la cifra más baja registrada desde 2006.
A pesar que durante las últimas tres décadas, editoriales privadas han intentado abordar estas deficiencias con materiales complementarios, la realidad económica de muchas familias limita el acceso a estos recursos. Además, plataformas tecnológicas que ofrecen ejercicios atractivos y materiales prácticos, se han convertido en privilegios reservados para quienes pueden permitírselo. Este acceso desigual crea una brecha educativa que se amplía cada vez más.
“Es preocupante ver cómo los estudiantes no solo presentan dificultades con las matemáticas, sino que también pierden la oportunidad de desarrollar habilidades críticas que les serán indispensables en el futuro”. “Los planes de estudio deben evolucionar para incluir recursos que sean accesibles y relevantes, capaces de conectar las matemáticas con los problemas reales que enfrentan nuestros jóvenes.” señaló Ingrid Sánchez, editora de Caligrafix México.
Las familias, enfrentadas a este dilema, son conscientes de la importancia de ofrecer a sus hijos herramientas educativas que fomenten un aprendizaje efectivo. Sin embargo, la falta de recursos muchas veces los deja sin opciones. Como resultado, esta crisis en la educación matemática se traduce en un ciclo de desventajas que afectará no solo a estudiantes, sino a la sociedad en conjunto.
“Es crucial que todos los actores de la educación se unan para abordar y enfrentar esta crisis. La enseñanza de las matemáticas no debe ser vista solo como un requisito académico, sino como un pilar para el desarrollo integral de los estudiantes. A través de un esfuerzo conjunto y la implementación de recursos accesibles y pertinentes, podremos garantizar que las futuras generaciones de mexicanos estén equipadas con las habilidades necesarias para enfrentar los desafíos del mañana. Transformar nuestra educación matemática es una inversión en el futuro del país”, finalizó Sánchez.